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11. 29/05/96 Rama Rajya, el reinado de la justicia | 29 de Mayo de 1996
Brindavan
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Aquel día es realmente el día
en que los firmes devotos cantan la gloria del Señor
en tonos nectarinos.
Aquel día es realmente el día
en que acudes en ayuda de los pobres
y te conviertes en su hermano.
Aquel día es realmente el día
en que sirves a los devotos con platos deliciosos
y alivias su hambre.
Aquel día es realmente el día
en que te acercas a los venerables
y escuchas las historias del Señor.
Aquellos son los días ciertamente reales y verdaderos;
todos los demás son como días de funeral.
Ayodhya estaba alegremente decorada para la coronación del Señor Sri Rama. La alegría y el júbilo se reflejaban en los rostros de todos. La corona que había usado Manu, el primer emperador Ikshvaku, ahora sería colocada sobre la cabeza de Sri Rama. Los venerables sacerdotes de Ayodhya, a saber, Vasishta, Vamadeva y Jabali, esperaban ansiosamente para colocar a Rama la sagrada corona. Reyes, virreyes, representantes, etc., llegaban en masa a la capital desde los rincones más lejanos de Aryavarta. Un gran letrero colgaba sobre la puerta principal, con la declaración: «Aquellos que adhieren a la verdad y al dharma están libres del miedo a la muerte».
El Señor Rama se dedicó a la tarea de difundir la verdad y la rectitud. Durante su reinado, la gente del país, grande o pequeña, joven o vieja, hombre o mujer, iluminada o no, se mantenía firme en su adhesión a la verdad y la rectitud. Así como era el rey, eran los súbditos (yatha raja tatha praja). Como era el rey, así eran los ministros. Como eran los ministros, así eran los administradores. Como eran los administradores, así era la gente. Los tres hermanos, Bharatha, Lakshmana y Satrughna, ponían gran cuidado y atención en la práctica del dharma en todo el reino. Regularmente llegaban al rey informes sobre las personas que transgredían el dharma.
El reinado de Rama fue llamado Rama Rajya, el reino de la rectitud y la verdad. La gente no estaba afligida por enfermedades. Los niños no morían a temprana edad. Las mujeres no sufrían viudez. Las lluvias llegaban a tiempo y la gente prosperaba. El Rama Rajya estaba marcado por la paz, la prosperidad y la armonía. Todo esto, es decir, el Rama Rajya, está asegurado en un reino donde hay un gobernante como Rama, sacerdotes como Vasishta y Vamadeva, y guardianes capaces como Bharatha, Lakshmana y Satrughna.
La gente en el reino de Rama siempre estaba llena de gratitud y agradecimiento. Cualquier buena acción realizada hacia ellos nunca pasaba inadvertida. Incluso Rama, el día de la coronación, expresó su profunda gratitud a todos aquellos que le habían ayudado. En primer lugar, Rama expresó su gratitud al gran héroe vanara, Hanuman, quien descubrió el paradero de Sita y brindó una ayuda invaluable. En segundo lugar, Rama expresó su profunda deuda de gratitud al ave Jatayu, que dio su vida intentando rescatar a Sita. En tercer lugar, Rama agradeció al rey vanara, Sugriva, quien puso su ejército y a sí mismo al servicio de Rama durante la búsqueda de Sita y en la batalla contra Ravana. Luego, Rama agradeció a Vibhishana, quien ayudó a Rama a sortear las redes de ilusiones creadas por los demonios y quien prestó un gran servicio a Rama. Los vanaras pertenecían a otro reino. No tenían nada en común con Rama ni con Sita. Sin embargo, sacrificaron sus vidas voluntariamente en la batalla. Rama no dejó de expresar su gratitud a los vanaras. De esta manera, Rama brindó su sincero reconocimiento a cada uno de los que le habían ayudado en la batalla.
Aquí radica una lección importante que enseña el Ramayana. Uno debe estar agradecido toda la vida hacia su benefactor. Solo aquel que brinda este tipo de agradecimiento merece ser llamado hombre. Una persona ingrata es un demonio. Los demonios y los humanos no difieren en sus formas físicas. Se clasifican según su comportamiento. Los demonios son aquellos que tienen sentimientos malvados y cometen malas acciones. Aquellas personas pervertidas que desprecian las buenas obras realizadas hacia ellos y solo se dedican a dañar a otros, son demonios. Los necios que consideran la falsedad como su propio aliento vital han sido llamados demonios. En el mundo de hoy, la gente encuentra la mentira muy querida. Se comporta de manera muy poco recta. Sin embargo, nuestros Vedas han declarado: «Sathyam vada dharmam chara». Nos llaman a hablar con la verdad y practicar la rectitud. Pero hoy, las palabras verdad y rectitud apenas aparecen en la conversación diaria.
La rectitud tiene una existencia objetiva propia y no depende de las creencias de ustedes. Tiene su propia calidad y forma. Llamamos fuego a aquello que tiene la capacidad de quemar. La capacidad de quemar es la cualidad natural del fuego. Crean en ello o no, el fuego tendrá la capacidad de quemar. Esta capacidad no depende de sus convicciones sobre lo que el fuego puede o no puede hacer. Lo toquen consciente o inconscientemente, los quemará porque esa es su cualidad. Del mismo modo, consideren el hielo. La frialdad es el atributo natural del hielo. Crean en ello o no, seguirá mostrando su frialdad. Si esta característica está ausente, ya no se lo puede llamar hielo porque ha perdido su cualidad. Tomen otro ejemplo. El sol brilla. Brillar intensamente es su atributo natural. Tal vez no puedan ver el sol brillando, pero sin embargo seguirá brillando, y esta capacidad no se basa en sus creencias. Puede que no lo vean debido a las nubes que lo cubren, o porque estén ciegos. Solo porque no pueden verlo, no pueden decir que el sol es incapaz de brillar.
De manera similar, las personas también están caracterizadas por una cualidad. ¿Cuál es esta cualidad? Es la de realizar cada tarea con trikaranasuddhi, que significa la unidad de mente, palabra y cuerpo. Esta es la característica necesaria para merecer llamarse hombre. Trikaranasuddhi es el dharma de las personas. Pensar algo en la mente, decir algo diferente y hacer algo totalmente distinto es adharma (la injusticia). Hoy, si la injusticia está desenfrenada, es debido a la falta de unidad entre pensamiento, palabra y acción. Desde los educados hasta los analfabetos, no hay señales de que nadie observe esta unidad.
Aquel que no cree pero actúa como si creyera, seguramente será destruido, tarde o temprano. Esa persona tiene atributos demoníacos. Hoy, la verdad y la rectitud han desaparecido por completo. Hombres y mujeres virtuosos e ideales deben esforzarse por proteger la verdad y la rectitud. El país en el que hombres y mujeres viven como seguidores de la verdad y la rectitud siempre será próspero. La verdad y el carácter son lo más importante. Si surgen tales hombres y mujeres, Bharat brillará con prosperidad y auspiciosidad. Desde tiempos antiguos, la cultura bharatiya ha entregado al mundo la riqueza del saber espiritual. Siempre ha bendecido al mundo entero para que sea sereno y feliz (Loka samastha sukhino bhavanthu).
Reyes, ciudadanos, mujeres castas, sabios y profetas se esforzaron por salvaguardar la rectitud. Incluso el jefe de familia común vivía según los principios de la verdad y la rectitud. ¿Cuál es la razón? El rey mismo era un estricto seguidor de la verdad y la rectitud. Por lo tanto, había amplias oportunidades para que la gente también viviera así. Hoy, los gobernantes mismos no adhieren a estos principios. ¿Cómo se puede esperar entonces que la gente lo haga? Esto no es culpa de la gente. Todos estos son defectos de los gobernantes. El mundo tiene que sufrir la situación actual porque ellos no son adecuados. Todos son egoístas. Cada uno está preocupado por cumplir sus propios deseos malvados. Cada persona ansía poder y posición. En todas partes, uno se encuentra solo con gobernantes egoístas. Nadie está preocupado por el bienestar de la gente, su felicidad y comodidad.
Si el país ha de prosperar, entonces los ideales de las grandes almas deben seguirse explícitamente. Es por seguir a los sabios de antaño que nuestro país ha podido sobrevivir hasta ahora, al menos en el estado actual. Los grandes no ganan nada con esto. ¿Cuál fue la razón para que el sabio Vasishta residiera en el palacio de Dasaratha? Él no necesitaba las riquezas, las mansiones ni el oro del emperador. Sita también le dijo lo mismo a Hanuman. Ella dijo: —¡Hanuman! No es posible satisfacerte con riquezas, oro, mansiones ni objetos similares. Incluso si yo trajera los tres mundos y te los diera, no podría saldar mi deuda. Eres un gran renunciante y devoto. Gracias a estas dos cualidades, puedes recorrer los tres mundos. Gracias a tus viajes, los tres mundos estarán seguros y prósperos.
Hoy hay que desarrollar la verdad y la rectitud. Por otro lado, hay personas que cuestionan y discuten sobre qué son la verdad y la rectitud. Hay otros que prestan apoyo voluntario a tales necios. ¿Cómo puede alguien llegar a ser humano sin saber qué son la verdad y la rectitud? ¡Quien ignora qué son estas dos cualidades, no es un ser humano! La verdad y la rectitud son las cualidades naturales del ser humano. Su vida misma es verdad y rectitud. ¡Qué clase de necio hay que ser para admitir que se ignora qué son la verdad y la rectitud! Ambas son las encarnaciones mismas de trikaranasuddhi. La verdad significa decir lo que se piensa. Poner en acción lo que se dice es dharma. La unidad de estos tres elementos es esencial. Por eso se ha dicho que: «El estudio apropiado de la condición humana es el hombre». La condición humana está caracterizada por la unidad de pensamiento, palabra y acción.
Narasimhamurthy dijo (en su discurso anterior) que debemos ganar la verdad y la rectitud. Estos no son materiales que puedan ganarse. Ya están presentes en ustedes eternamente. Nacieron con ustedes. ¿Ganaron ustedes la cabeza después de nacer? ¿Compraron las manos después de haber nacido en esta Tierra? Así como todo esto apareció con ustedes en el momento de su nacimiento, también la verdad y la rectitud aparecieron con su vida, durante su nacimiento. No necesitan buscarse ni ganarse. No es una mercancía que pueda suministrarse. Surgen naturalmente del corazón. Son tan esenciales para ustedes como su vida. Solo necesitan proteger lo que ya tienen. No necesitan ganar nada más. La verdad y la rectitud son sus derechos de nacimiento.
Hoy se exigen derechos, sin que se cumpla adecuadamente la responsabilidad. Una persona que no cumple con su deber no tiene derechos. Es pura ignorancia hacer un alboroto por los derechos. ¿Cuáles son los derechos que ustedes exigen? Ni siquiera tienen derecho a exigir nada. De hecho, si han descartado la verdad y la rectitud, ni siquiera merecen vivir en esta Tierra. Pueden vivir en esta tierra solo si viven con verdad y rectitud; de lo contrario, ¡pueden construir su casa en la ciudad de Lanka! Un hombre verdadero es aquel que cree y sigue la verdad y la rectitud.
Se ha dicho que la renuncia es esencial para esto. ¿Qué es la renuncia? La gente la define como abandonar la casa, la esposa, la familia y el dinero y retirarse a los bosques. Esta es una definición gravemente equivocada. La renuncia es ser capaz de considerar el dolor y la alegría con la misma visión. Es ser capaz de experimentar la crítica y el elogio con el mismo sentimiento. Es ser capaz de soportar y disfrutar tanto la pérdida como la ganancia, con la misma luz. La verdadera renuncia es la destrucción del sentimiento de dualidad. La renuncia está marcada por la fe en la Divinidad. Por lo tanto, la renuncia no significa abandonarlo todo. Que alguien los elogie o los censure; reciban ambas acciones con el mismo equilibrio. No se extasíen de alegría, ni se dejen aplastar cuando el dolor golpee. No lloren cuando los censuren, ni rían cuando los veneren. Esto es la verdadera renuncia. Muchos no entienden el verdadero significado de la renuncia, y la toman como abandonarlo todo. No hay que abandonar nada, excepto las diferencias y la dualidad.
La dualidad en la vida ocurre para nuestro propio bienestar. El dolor y la alegría son ambos para nuestro propio bien. En este momento, puede que ustedes estén sufriendo algún dolor. ¿Quién sabe qué alegría presentará este dolor en el futuro? Mientras viajan, tal vez suban una pequeña colina. Se ilusionan pensando que están en una altura. Pero tienen que descender de nuevo. No se preocupen pensando que están en una meseta. Continúen el viaje; volverán a encontrar otra subida en el camino. Estas alegrías y dolores son como subidas y bajadas. Debe desarrollarse un sentido de ecuanimidad; esto es la verdadera renuncia.
Durante su separación de Rama y su cautiverio en los jardines de Ashoka, Sita se sentía desanimada. Ravana había decorado los jardines de la manera más agradable, con la necia esperanza de que al ver estos arreglos, Sita lo aceptaría. Sita no sucumbió a esta belleza inútil y temporal que la rodeaba. Sin embargo, cuando un pequeño mono se posó en las ramas y cantó la gloria de Rama:
Rama, Rama, Rama, Sita.
Habiendo nacido en la raza solar y ganado el amor de Sita,
liberado a Ahalya de la maldición del rishi y bendecido a sus devotos,
este es el Señor Sri Rama...
Rama, Rama, Rama, Sita.
Sita lo escuchó con gran deleite. Estaba ansiosa por saber quién cantaba la gloria de su Señor en esa tierra de rakshasas (demonios). Levantó la cabeza y miró a su alrededor. ¿Es un mono una vista agradable? ¿Tiene alguna belleza? Tiene una apariencia extraña. Pero en ese momento, el mono le parecía muy hermoso a Sita. Esa belleza residía en el canto del nombre del Señor Rama. Cuando escuchó el nombre de su amado, se llenó de suprema felicidad. Por eso se dice que «la belleza es la felicidad». La felicidad da sustancia a la vida. La belleza sin felicidad no sirve de nada. De esta manera, el Ramayana enseña el valor de la belleza y la felicidad.
¿Qué les dio a Sita y a Rama la felicidad suprema? No fue otra cosa que la felicidad de la gente lo que les dio una felicidad extrema. La práctica de la verdad y la rectitud por parte de la gente dio felicidad a Sita y a Rama. Nunca pidieron a la gente nada más. Siempre estaban dando a la gente diversas cosas y cuidándolos con mucho amor. A lo largo de los tiempos, esta ha sido la característica de todos los Avatares. Siempre ha sido así.
Incluso ahora, ¿qué estoy pidiendo de todos ustedes? ¡Ni siquiera una moneda! Todos los estudiantes reciben educación gratuita y tratamiento médico gratuito. Las instalaciones de la biblioteca y los laboratorios son gratuitas. No deseo nada de nadie. Solo hay una cosa que me hace verdaderamente feliz. Cuando ustedes se desarrollan como estudiantes ideales, eso es suficiente para darme la felicidad suprema.
En el mundo de hoy, la dedicación y la devoción se encuentran donde se paga dinero por la educación. Hay más devoción y dedicación cuando se paga dinero y se recibe tratamiento en el hospital. Por una operación de corazón, se exige una suma de 200.000 rupias. El derecho a la admisión en un hospital viene solo con esa cantidad. La gente piensa que ese médico debe ser un gran especialista para cobrar una cantidad tan grande. ¡Así es la necia creencia de la gente! En el quirófano los cortan como una calabaza y luego el paciente es arrojado a la unidad de cuidados intensivos. Después de eso no se preocupan por el paciente. Aquí, no se cobra ni un centavo en concepto de honorarios. Las operaciones se realizan con cuidado y los pacientes son trasladados a cómodas camas con resortes, y colchones acogedores. Se les da alimento apropiado con amor, como en su propia casa. Y aun así, algunas personas dicen que no es gran cosa. ¿Por qué ha surgido este sentimiento? ¡Porque aquí no se cobran honorarios! En la opinión de la gente común, aquel que cobra los honorarios más altos es el mejor y el más grande de los médicos. Tales institutos y escuelas también se consideran los mejores. Todos se interesan solo por esos lugares. Hoy, la gente ha sido afectada por esa estupidez. Les parece que al recibirlo todo gratis, no tiene valor. En verdad, no importa lo que piensen. Tenga o no valor para ellos, el valor siempre permanecerá. Pero siempre me maravilla y me entristece su ignorancia.
Si la educación engendra tal estupidez, ¿de qué sirve esa educación? ¿Necesitan esforzarse y luchar tanto y estudiar solo para llenar este pequeño estómago? Van locamente tras ganar dinero. No hay nada grandioso en ganar dinero. Los bandidos y ladrones ganan dinero en grandes cantidades. Incluso el mendigo en la calle gana bien. Había una vez un mendigo que solía enterrar todas sus ganancias en un pozo, lo cubría y luego se sentaba encima. ¿Cuánto tiempo pudo proteger su dinero? Cuando llegó el momento, tuvo que dejar su cuerpo. Los trabajadores vinieron a recoger su cuerpo para desecharlo. Notaron el pozo en el que solía sentarse. Sintieron curiosidad y cavaron en el pozo. ¡En él se encontró una suma de tres lakhs de rupias (trescientos mil)! ¿Necesitan correr al extranjero para ganar estos lakhs de rupias? ¿Tienen que estudiar algo especial para ganar esta cantidad? ¿Por qué deben estudiar? Deben estudiar para adquirir sabiduría, no riqueza ni prosperidad. La riqueza vendrá y se irá. Quien aspira a la riqueza no fomentará el carácter. Todos los estudiantes deben esforzarse por desarrollar el carácter. La riqueza no es importante. Muchos emperadores han pasado por esta tierra. Muchos reyes han gobernado y han pasado. No les faltaba fuerza ni destreza, pero ganaron mala fama porque no tenían carácter.
Durante los últimos diez días, ustedes deben haberse dado cuenta de qué tipo de carácter tenía Ravana. Nadie podía igualarlo en riqueza. Kubera (el tesorero de los dioses) era su propio hermano. Tenía una fortaleza de oro. En su reino había amplias avenidas y altas mansiones. Las paredes estaban decoradas con perlas. Tal era la riqueza que tenía. Pero, ¿de qué sirvió todo eso? Él no tenía carácter. Finalmente, tuvo que dejar todas sus riquezas e irse. Por lo tanto, primero deben desarrollar el carácter. La verdadera educación desarrolla el carácter. La riqueza no sirve absolutamente de nada en manos de una persona sin carácter. Experimentará el mismo destino que Ravana.
Aquel que no disfruta
de la felicidad suprema,
encontrará inútil una larga vida.
Aunque se ponga frente al perro
un lago lleno de agua,
la pobre criatura no experimentará
ninguna satisfacción.
Habrán visto a un perro beber agua. No traga el agua, sino que la lame lentamente. Continuará bebiendo así, aunque esté frente a un gran lago. De manera similar, una persona rica no disfrutará de la riqueza ni permitirá que otros la disfruten. No obtiene serenidad ni felicidad porque proteger su riqueza acumulada resulta ser un gran problema para él. Entonces, ¿para qué tener tal riqueza? Obviamente, el dinero es necesario. Debe ser suficiente para la vida diaria. Ustedes no deben estar bajo la deuda ni el control de alguien. Deben ser capaces de mantener a su familia cómodamente. Deben ser capaces de cumplir con sus responsabilidades. Pero desear riqueza mucho más allá de esto hace que uno pierda la meta de la vida. Las malas cualidades, los malos sentimientos y pensamientos son consecuencias directas de la riqueza excesiva.
Ven por todas partes que solo los ricos y sus hijos entran en actividades malvadas. Aquellos que se hacen amigos de tales personas también sufrirán el mismo destino. Por lo tanto, aunque el dinero es esencial, es incorrecto considerarlo igual a la vida misma y la meta de la vida. Todo debe pensarse, sopesarse cuidadosamente y solo entonces experimentarse.
En algún momento, hay que someterse a la muerte. Reconozcan esta verdad antes de que la muerte los alcance. No es grandioso que se consideren grandes hombres. Deben probar su grandeza a través de sus acciones.
¿Cantarán como el loro
todos los pájaros verdes? |