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02. 21/05/91 El Patrimonio Védico de la India | 21 de Mayo de 1991
Brindavan
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El Creador brilla dentro del universo,
Y el universo se refleja en el Creador.
Dios y la Creación están eternamente unidos como amigos.
Las palabras de Sai transmiten la Verdad.
Todo el cosmos reside en Dios (Isavaasyam idam jagat). El mundo es donde nacemos, crecemos y morimos. La Tierra es la base del mundo. El viento impregna todos los lugares en todo momento, sin un instante de descanso, pero no es visible para la gente. El trabajo, los viajes y el cuidado del cuerpo se realizan durante el día. La naturaleza duerme silenciosa por la noche. Uno ve luz durante el día y oscuridad por la noche. Es esencial reconocer la relación entre la luz y la oscuridad.
Miren hacia arriba, y percibirán el glorioso Sol contra el fondo del cielo azul. En el cielo infinito, hay un solo Sol que derrama una luz brillante. Las actividades se realizan en este mundo cada momento. Buenas acciones, deberes, nacimientos, muertes, matrimonios, celebraciones… Tales acciones son ejecutadas sin cesar por la gente. mientras vacilan entre la alegría y la tristeza. No hay fin para esta rutina.
El hambre asalta a una persona justo después del nacimiento. Tan pronto como se corta el cordón umbilical, el bebé llora pidiendo alimento. Deja de llorar cuando se le da miel, glucosa o leche. Por lo tanto, el primer problema que se encuentra es el hambre. El alimento es el medio para satisfacer el hambre. El alimento crece con la ayuda del agua. Pueden haberse inventado máquinas y computadoras, pero solo el alimento y el agua satisfacen el hambre. La Tierra acepta la ofrenda del agua y suministra grano a la humanidad.
A medida que las personas cultivaron la Tierra, la población aumentó. Se desarrollaron la agricultura, la ganadería, los pueblos y las ciudades. La sociedad humana progresó al entender la naturaleza y utilizarla para sus necesidades básicas. Los seres humanos comenzaron a recolectar artículos para sus necesidades diarias. Descubrieron algunos secretos de la naturaleza. Fueron más allá y comprendieron que lo que sabían era limitado en comparación con lo que necesitaban descubrir.
La humanidad no puede crear tierra ni crear agua. Cuando dos ramas de un árbol se frotan entre sí, se producen chispas. Las personas no introdujeron el fuego en la madera. El fuego, aunque inherente a la rama, protege la rama sin quemarla. Esto es algo que supera a la humanidad. De esta manera, gradualmente reconocieron que había un poder que era invisible, inaudible y más allá de la capacidad de la mente.
Para saber algo, es necesaria la experiencia directa. Las personas comenzaron a indagar sobre métodos para obtener pruebas directas de este poder sobrehumano. Desarrollaron la fe de que el Sol era una prueba de la existencia de la Divinidad. Sin el Sol, no habría luz. Para el crecimiento de los cultivos o los seres vivos, el hidrógeno es muy esencial. La energía del Sol proviene del hidrógeno y el helio. El mundo no puede existir sin estos dos elementos. Por lo tanto, la gente estaba convencida de que el Sol era una percepción directa de Dios. También descubrieron algunos secretos sutiles relacionados con el Sol.
Así, el Dios Sol comenzó a considerarse la divinidad patrona del Mantra Gayatri. «Dhi yo yo nah prachodayaat»: nuestro intelecto debe brillar tan radiante como el Sol. Se ofrecían estas oraciones. Invocando al Dios Sol a través del mantra Gayatri, las personas reverenciaban a Gayatri como la Madre de los Vedas.
El mantra Gayatri no está restringido a un cierto período de tiempo, a un país en particular o a una cierta clase de personas. «Bhur bhuvah suvaha» se refiere a los tres tiempos: pasado, presente y futuro. Solo la luz disipa la oscuridad. «Bhargo Devasya dheemahi»: para disipar la oscuridad de la ignorancia, se invocaba al Dios Sol.
Gradualmente, las personas comenzaron a aprender los números. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez. De estos diez números, el número 1 es el principal. Todos los demás son meramente sus combinaciones. Dos es 1 repetido dos veces. Nueve es la repetición de 1 nueve veces. Uno se dio cuenta de que todos los números eran formas alternativas del número 1.
Por lo tanto, «La Verdad es una, pero los videntes la describen de muchas maneras» (Ekam sat vipraa bahudaa vadanti). La humanidad comprendió que la base subyacente de la creación es una sola, aunque la gente la veía como múltiples formas. Los Vedas expresan este concepto como: «El Uno aparece como muchos» (Ekoham bahusyaam). Sin el número UNO, ningún otro número puede existir. Incluso a través de la matemática, la humanidad llegó a la verdad de que Dios es Uno.
Así, las personas creyeron firmemente que había una Fuerza todopoderosa en el universo, y que era solo una, sin segunda. Se descubrió que ese poder único había asumido múltiples nombres y formas y permeaba el universo. Los Vedas anunciaron esta verdad con las palabras: «Isaavaasyam Idam Jagat».
La gente de la antigua India llamaba a este poder por el nombre Aaditya. Aaditya significa uno de los doce Aadityas, a saber, Vishnu. Ahora bien, Vishnu no es solo un ser de cuatro brazos sosteniendo la concha, el disco, la maza y el loto. Vishnu es el principio, que es omnipresente. Por supuesto, gradualmente hemos atribuido una forma a ese poder omnipresente. Vishnu significa omnipresencia.
¿Por qué consideramos a Aaditya como el Uno subyacente al cosmos? Consideren recipientes hechos de plata, oro, latón, cobre y barro. Cuando se llenan de agua, ustedes pueden ver el Sol reflejado en todos ellos. Los recipientes pueden ser diferentes, pero el Sol aparece igualmente en todos. Mil recipientes producen mil imágenes del Sol. La gente captó la verdad de que, aunque los recipientes pueden ser muchos, el Sol es uno. Sobre esta base, comenzaron a considerar al cuerpo como un recipiente. El cuerpo es temporal, hecho de barro (mrinmayam), pero alberga una consciencia brillante, dorada e indestructible (chinmayam), que se llamó Hiranyagarbha.
Así, la gente comenzó humildemente, hizo un progreso constante en su comprensión del cosmos y finalmente llegó a la Verdad Última sobre el Uno que aparece como muchos. Le dieron otro nombre a ese Poder Único: Iswara. Esta palabra significa el Uno que tiene una riqueza inagotable. ¿Qué es esta riqueza? Salud, dinero, educación, buenas cualidades, inteligencia, mente, los sentidos: todo es una forma de riqueza. Iswara es la encarnación de todas las formas de riqueza (sakala aisvarya svaroopa).
Luego, la gente se dirigió a Dios con el nombre de Siva. Siva significa aquel que está más allá de los tres gunas (cualidades de la naturaleza): la pureza (satwa), la inquietud (rajas) y la inercia (tamas). Como trasciende los gunas, también se le llamó Suddha Satwa (uno con naturaleza pura). Este es el poder que otorga auspiciosidad. La alegría y el bienestar resultan solo en ausencia de los tres gunas. Los gunas conducen a la inauspiciosidad. Por lo tanto, Siva era el más auspicioso.
La humanidad progresó aún más, dando un cuarto nombre a Dios: Sambhava. ¿Qué significa Sambhava? Uno que se expresa y se manifiesta según Su Voluntad, sin estar restringido por reglas, donde sea y cuando sea necesario, es Sambhava. El Bhagavad Gita dice:
«Siempre que la rectitud decae, oh Arjuna,
y la injusticia se eleva, Yo encarno.
Para proteger a los piadosos y destruir a los malvados,
para establecer el dharma, encarno en cada era».
Yadaa Yadaa Hi Dharmasya Glanirbhavati Bharata
Abhyutthaanam Adharmasya Tad Atmaanam Srujaamyaham
Paritraanaaya Saadhunaam Vinaashaaya Cha Dushkrutaam
Dharma Samsthaapanaarthaaya Sambhavaami Yuge Yuge.
La palabra «sambhavaami» significa: Él encarna cuando es necesario, donde es necesario, no limitado por ninguna regla. Así, el hombre reconoció las diversas cualidades de Dios y atribuyó nombres que describen cada aspecto.
Otro nombre atribuido a Dios fue Isa. Debemos entender cuán sublime era el intelecto de las personas en ese tiempo; me refiero a los sabios de la antigua India. Isa significa propiedad, riqueza, fama, belleza, conocimiento y renuncia. El Uno adornado con las seis clases de prosperidad es Isa.
El intelecto se volvió más y más agudo, y finalmente, Dios fue llamado Aprameya. Esto significa: Uno que no puede ser medido por ninguna prueba (pramaana). Posiblemente podemos medir el mar con una cinta o incluso determinar las dimensiones del cielo. Pero es imposible sondear a Dios. Las tres clases de prueba —pratyaksha, anumaana y sabda— no pueden alcanzar a Dios. El hombre comenzó a propalar que este Dios inconmensurable era omnipresente. El mundo no puede existir sin la Divinidad. Crean en ella o no, la Divinidad es omnipresente.
Para encontrarse cara a cara con este poder divino, los sabios de la antigua India emprendieron austeridades (tapas). Entendieron que el objetivo principal de una vida humana es reconocer a Dios, y esto se convirtió en la base de la vida. Mientras que todos comenzaban su búsqueda espiritual con entusiasmo, algunos abandonaron después de decidir que era una tarea imposible. Otros ni siquiera se molestaron en intentarlo, porque decían: «¡Estamos tan caídos y Dios es tan exaltado! ¿Cómo podríamos experimentar el elevado estado de la Divinidad?» No, no. ¡Este sagrado nacimiento humano no ha surgido de ningún lugar excepto de la Divinidad!
«Una eterna chispa de Mí Mismo se convirtió en las almas individuales, en el mundo de los mortales»:
Mamaivaamso jiva loke jiva bhootah sanaatanah.
Un ser humano es una chispa de la Divinidad, nada menos. ¡Es absolutamente necesario que un hijo reconozca a su padre! Reflexionando de esta manera, algunos sabios perseveraron frente a innumerables problemas e inconvenientes. Finalmente, la energía generada por sus austeridades les otorgó el conocimiento de la Divinidad. Los sabios iluminados no ocultaron este conocimiento, sino que lo propalaron por todo el mundo.
«¡Levántense, despierten y alcancen su meta, oh, personas en el sueño de la ignorancia!» (Utishtata, jaagrata, praapya varaannibodhita), declararon los sabios. «Presencien por ustedes mismos la divina refulgencia. Nosotros la hemos visto. ¿Dónde? Dios está presente dentro, fuera, en todas partes (Antar bahischa Thath sarvam vyaapya Narayana sthitaha). ¿Saben qué aspecto tiene Dios? Es imposible describir a esa Gran Persona, brillante como el Sol (Vedaah vedam Purusham Mahaantam, aditva varnam tamasah parastaat). ¿Dónde está presente? Más allá de la oscuridad (thamas)». A menos que trascendamos la oscuridad de la ignorancia, no podemos experimentarlo.
¿Cómo podríamos alcanzar la Verdad sin renunciar a la ignorancia (thamas)?
La devoción no puede amanecer sin antes librarse de la pasión (rajas).
Solo la pureza (sathwa) es un instrumento divino.
No olviden este sensato consejo.
En primer lugar, debemos deshacernos de la cualidad de la inercia ignorante (tamas). ¿Adquirimos el cuerpo solo para comer y dormir? No, no. Comer y dormir son características bestiales. La cualidad humana que trasciende la naturaleza animal es el discernimiento. La eliminación de tamas hace posible el discernimiento y permite que emerja la pasión (rajas). Rajas nos ata, al atraer la mente a una cadena continua de deseos. Cuando rajas también es superado, reina la pureza (sathwa) y trae iluminación.
Estudiantes:
Los secretos revelados en los Vedas son insondables y trascendentales. Aquellos que se acercan a los Vedas con fe y dedicación (sraddha) encuentran el camino muy simple. La persona que abre sus ojos puede ver miles de millones de estrellas en el cielo. Pero uno que es ciego o se niega a mirar no puede ver ni siquiera un potente foco colocado ante sí. ¡No podemos discernir la Divinidad, aunque brilla con el resplandor de un millón de soles! Debemos abrir los ojos de la fe (sraddha) y la devoción: estos son los ojos de la sabiduría, que ven más allá de los ojos físicos.
¿Dónde está Dios? Los estudiantes oran antes de las comidas, pero no captan el significado. Ustedes dicen:
La ofrenda es Brahman, el ghee es Brahman,
ofrecido por Brahman al fuego sagrado, que es también Brahman.
Alcanzará a Brahman
aquel que perciba solo a Brahman en todas las acciones.
Brahmaarpanam Brahma Havir
Brahmaagnaa Brahmanahuatam
Brahmaiva Tena Gantavyam
Brahma Karma Samaadhinaa
El alimento es una ofrenda (arpanam). ¿A quién? En la oración, la ofrecen a Brahma. ¿Dónde está Brahma? La respuesta está presente en la siguiente parte de la oración:
Estoy presente como la Persona Cósmica (Vaisvaanara)
en los cuerpos de todos los seres.
Junto con Prana y Apana,
digiero los cuatro tipos de alimentos.
Aham Vaisvaanaro Bhootva,
Praaninaam Deham Aasritah
Praanaapaana Samaayuktah,
Pachaamyannam Chaturvidham
Dios dice: «¡Oh, hombre loco! Estoy en USTEDES, en la forma de Vaisvaanara. ¡Sin Mi presencia en su cuerpo, morirían de indigestión! Soy el que digiere el alimento que comen». Por lo tanto, no tienen excusa para las dudas.
El que duda nunca puede ser convencido por nadie. Pueden captar la atención de una persona llamándola por su nombre. Una persona dormida puede ser despertada con dos o tres empujones. ¡Pero es imposible despertar a alguien que finge estar dormido! Esto es lo que las doncellas pastoras (gopikas) le dijeron a Krishna: «¡Señor! No estás despierto ni estás dormido. Solo finges estarlo. ¿Cómo podemos despertarte? Por favor, deja de actuar y escúchanos».
Dios no necesita dormir. Si Dios duermiera, ¡todo el universo se dormiría! ¡Dios nunca está despierto, tampoco! ¿Cómo puede caracterizarse a Dios como «despierto» si nunca duerme? ¿Pueden despertar a una persona que nunca está dormida? Despertar y dormir se aplican a aquellos que distinguen entre noche y día. Verdaderamente, no hay nada que deba llamarse día o noche. Dependiendo del curso del Sol y el lugar, el tiempo se categoriza como tal. Cuando el Sol asoma por el horizonte, lo llamamos día. Cuando el Sol se pone, noche. Pero para el mundo, no hay día ni noche.
Este, oeste, norte y sur también son ilusiones. Ascribimos nombres a las direcciones, basados en el Sol naciente y poniente. Por eso los científicos dicen que el amanecer, el atardecer y las direcciones son falacias. Sí, lo dicen, pero no lo demuestran en acción. Dicen: «Buenos días, señor». ¿De dónde vinieron estos «días»? [risas] Si creen que el día y la noche no existen, ¿por qué usan el término, en primer lugar?
De todos modos, mientras estemos subordinados a la naturaleza, viviendo una vida mundana, debemos obedecer sus leyes y vivir según sus estándares. ¿Hasta cuándo? Mientras percibamos las distinciones de «yo», «ustedes» y «ella». Cuando olvidamos estas tres entidades, alcanzamos el Atma. La distinción entre ustedes mismos y otros debe ser rechazada. Esto no es fácil, pero todo es posible con práctica. Lamentablemente, el hombre no persevera con fe y paciencia.
Las personas inicialmente fueron animales, capaces de hacer poco más que comer y dormir. Gradualmente, desarrollaron inteligencia y discernimiento, observaron el mundo a su alrededor e inventaron comodidades. Aunque investigaron todo lo exterior, se detuvieron antes de explicar las razones detrás del nacimiento y la muerte.
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