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Discursos dados por Sai Baba

13. 01/06/91 Práctica Espiritual

1 de Junio de 1991

Brindavan

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La disciplina espiritual (Sadhana)

Encarnaciones del amor:

El temor al pecado ha desaparecido.

Las acciones malvadas se han vuelto comunes.

La devoción al Señor Vishnu está ausente.

El mundo es una guarida de actos indescriptiblemente crueles.

El Señor Vishnu es el refugio de los sabios y los santos.

Solo su Nombre puede otorgar paz.

Solo su Nombre puede otorgar paz.

Solo su Nombre puede otorgar paz.

«He leído textos, he dominado todas las ciencias».

¿Por qué se enorgullecen tanto de un aprendizaje inútil?

Si no pueden juntar las palmas y expresar devoción a Dios,

¿no son todos sus estudios una completa pérdida?

Para llenar el pequeño estómago, pasan por dificultades

y adquieren un millón de formas de conocimiento.

Pero tal educación no otorga paz duradera.

¿Por qué sufrir tanto, habiendo tomado un nacimiento humano?

Si tan solo meditan en el Señor,

¿no les mostrará Él el camino?

Estudiantes: para alcanzar la Divinidad, para santificar su cuerpo, su tiempo y su vida, la gente realiza innumerables buenas acciones y hace diversos esfuerzos. A pesar de una incesante práctica espiritual (sadhana), no logran alcanzar la pureza que desean. ¿Por qué? Porque no reconocen qué significa la práctica espiritual, cuáles son sus resultados y cuál es su meta. Primero deben reconocer qué significa la práctica espiritual, y así podrán alcanzar su objetivo (sadhvam). Uno desperdicia toda su vida al no comprender el verdadero significado del camino de las nueve formas de devoción.

¿Qué se entiende por práctica espiritual? ¿Recitar el Nombre, meditar, entonar cantos devocionales, practicar yoga, realizar buenas acciones? No, en absoluto.

Transformar lo malo en bueno es la verdadera práctica espiritual. Convertir el dolor en felicidad es la práctica espiritual.

Sin dolor, no hay alegría. El bien tampoco puede existir sin el mal. El mundo es un eterno campo de batalla donde estas dualidades luchan entre sí. Las dificultades y la paz están inextricablemente entrelazadas. Una es el comienzo, la otra es el fin. Nadie puede separarlas. ¿Puede existir el comienzo sin un fin, o viceversa? Solo Dios está más allá del comienzo y del fin; todo lo mundano está obligado a empezar en algún lugar y terminar en algún lugar.

El dolor no nos es impuesto por alguien. Los malos pensamientos y la miseria no son introducidos en nuestras cabezas desde el exterior. Lo malo y el dolor surgen naturalmente. Incluso el objeto más sagrado cae en un estado despreciable sin práctica espiritual. Por más valioso que sea, su valor disminuye sin práctica espiritual, sin refinamiento.

Supongan que encuentran un diamante en bruto. Su valor aumenta drásticamente cuando lo cortan y lo pulen. El mineral de oro está mezclado con tierra y rocas. Tras la purificación, se vuelve precioso. La práctica espiritual transforma lo pequeño en grande, lo vil en elevado. Nadie nace educado, conocedor ni virtuoso. El conocimiento o el carácter se obtienen solo mediante el esfuerzo constante durante varios años.

En el mundo, lo bueno nace de lo malo. Sin lo malo, lo bueno no puede existir. Por ejemplo, cuando cultivan un deseo, hay una insatisfacción acompañante que los impulsa a buscar la satisfacción de ese deseo. La vida de uno es una serie de deseos («aasa») y decepciones («niraasa»). La vida está hecha de gustos («sankalpas») y disgustos («vikalpas»), unión («samyoga») y separación («viyoga»).

Cuando se les preguntó a nuestros sabios sobre la naturaleza del mundo, lo describieron como un vasto mar de uniones y separaciones. Mientras nadamos en este mar, encontramos las gemas del dolor y las dificultades. Solo cuando enfrentamos obstáculos podemos alcanzar un estado divino. Si se asustan a cada paso, si no avanzan, la vida se desperdicia. La vida está llena de obstáculos. El dolor y las dificultades son las que dan valor a la vida.

Los resultados valiosos se obtienen solo a través de las dificultades («Kashte phali»). En este mundo, todo puede lograrse mediante la práctica espiritual («Sadhanamuna panulu samakooru dharalona»). La práctica espiritual (sadhana) significa transformar lo malo en bueno, el dolor en alegría. La mente es crucial en este sentido.

No se aprecia el poder y las capacidades de la mente. La mente es la causa fundamental de todas las alegrías y dolores. El poder divino latente en la mente está más allá de cualquier descripción. La naturaleza de la mente está más allá de las palabras. Puede ir a cualquier lugar en un instante, o detenerse en un instante. Uno está atado al mundo por el karma («Karma karmarmabandhene manushya loke»). El mundo está atado por la mente («Manomoolam Idam Jagat»).

Sabemos que el alimento que comemos se convierte en nutrición para el cuerpo. No, no. ¡No es el alimento el que da nutrición, sino la mente! Si la mente no está entusiasta y alegre durante las comidas, el alimento puede incluso volverse venenoso. Solo la mente presta Divinidad a la naturaleza humana. Todo lo que vemos, hablamos, pensamos o hacemos, debemos hacerlo sagrado. Sin el impulso de la mente, no podemos ni siquiera dar un paso adelante. La gente se jacta neciamente de su fuerza física, inteligencia, riquezas y poder, pero no indaga sobre el demonio del ego, que los extravía.

Han escuchado las palabras de bendición: «Que vivan cien años» («Satamaanam bhavati satayuh»). Pero es común ver a la gente morir mucho antes de alcanzar esa edad. Alguien puede decirles que vivirán cien años, ¡pero no lo crean! No pueden saber cuándo ni dónde llegará la muerte: en la infancia, la juventud o la vejez, en el agua, en la tierra o en el cielo.

Si nadie puede decidir el momento de la muerte, ¿cuál es el significado de una vida de cien años? Los Vedas usan este número, así que no puede ser superficial. ¡Cien años es la verdad! ¿Cómo? Cada persona tiene verdaderamente una esperanza de vida de un siglo. El orgullo, la envidia y la inmoralidad son cuchillos que cortan la vida. Adherir a buenos pensamientos, palabras y hechos indudablemente otorga un siglo de vida. Este es el significado interno de la longevidad disfrutada por nuestros antiguos sabios.

Estudiantes: Fomenten las intenciones verdaderas y honestas, sin interrupción. Que la devoción y la entrega florezcan. Hoy en día, la conducta recta y la creencia en Dios están decayendo rápidamente. Con tal comportamiento ¿cómo podría la humanidad percibir la verdad de la antigua bendición «Que vivan cien años»?

Cultiven la confianza en sí mismos. Quien no confía en sí mismo no puede confiar en nadie más. Una persona es Dios Mismo. Pero, así como un ciego no puede ver el sol, el hombre egoísta no puede ver el Atma. El ego vela la visión; hay que renunciar al ego. Todos nuestros títulos, riquezas, fama y poder son «nubes pasajeras». La gente dedica la mitad de su vida a acumular dinero. ¿Usan siquiera una fracción de ese tiempo en actividades espirituales? ¿Realizan actividades de servicio sagrado? El cuerpo ha sido dado para servir a los demás («Paropakaara artham idam sareeram»). ¿Por qué la gente es incapaz de reconocer esta verdad?

Una persona es una marioneta en manos del egoísmo. Todo lo que uno ama, no lo ama por el objeto en sí, sino por su propio interés. Cuando aman a una persona, también es por interés egoísta. Cuando profundizan en las intenciones, solo se encuentra egoísmo. Tomando el egoísmo como base, uno olvida el infinito Atma.

Lo primero y más importante es que si se controla el egoísmo, se pueden evitar fácilmente los rasgos y comportamientos negativos.

Temor al pecado

Amor a Dios

Moralidad en la sociedad

«Papa bheeti»

«Daiva preeti»

«Sangha neeti»

Estos tres preceptos deben ser adorados como los Trimurtis. Sin temor al pecado, la gente no dudará en cometer los actos más atroces.

Pecar al perder el temor al pecado,

Adoptar un camino desprovisto de amor por Dios

Esto destruye las cualidades humanas.

Esta es la causa del tumulto en el mundo.

La India está llena de agitación porque no hay temor al pecado ni amor a Dios. Estudiantes: ustedes son la esperanza del futuro. Cultiven sentimientos puros y sagrados. Comprendan que el cuerpo les ha sido dado para servir a la nación y ayudar a sus semejantes. Espero que cultiven corazones de mentalidad amplia.

El sabio Vyasa escribió los 18 Puranas. ¿Cuál es su mensaje?

Los dieciocho Puranas de Vyasa enseñan dos instrucciones:

Ayudar a los demás es mérito, dañar a los demás es pecado.

«Ashtaadasa puramesu Vyasasya vachamadyavam

Paropakaara punyaaya paapacya parapeedanam»

«Ayuden siempre, nunca lastimen». Establezcan estas palabras en sus corazones. No hagan daño a los demás, sin importar la situación. En la medida de lo posible, asegúrense de que tampoco sean dañados por otros. Con el «Uno Mismo» cuidado, pueden comenzar a «ayudar». Es decir, cuando aseguren su propia seguridad, podrán avanzar por el puro camino del servicio. Comprendan la importancia de ambos términos, «Uno Mismo» y «ayudar».

Estudiantes: el mundo está aquejado de muchos problemas, que parecen empeorar con el tiempo. ¿En qué deben confiar y en qué no deben confiar? ¿Qué deben hacer, qué no deben hacer? Tal poder de discernimiento —entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo temporal y lo permanente— está fuera del alcance del ser humano actual.

La gente confía en lo más irreal e inseguro. Descartan lo confiable. ¿Por qué? El egoísmo es la razón. Reconozcan el funcionamiento de su mente. Una persona es llamada «manishi». Quien tiene una mente («manas») es «manishi». La gente crea el mundo de sus experiencias con sus mentes. ¿Qué es la mente? Solo un conjunto de pensamientos. ¿Qué son los pensamientos? Son las acciones de la vida diaria.

Por lo tanto, el progreso o el declive del mundo depende de las intenciones y acciones de los individuos. El mundo no es inherentemente malo. ¡De hecho, el mal no existe en el mundo! ¡El mundo no tiene ningún dolor! Todo el dolor y el mal son creados únicamente por nosotros. Al albergar malos deseos estamos invitando a las penurias.

Mantengan en todo momento una mente pura. Tan pronto como descubran que surgen intenciones inmorales, contemplen a Dios, para anular su efecto. ¡No recuerden repetidamente sentimientos degradados, ni los fortalezcan, como si cultivaran plantas con agua y fertilizante!

Tenemos dos tipos de plantas: plantas frutales y plantas espinosas. ¿Cómo deben cultivarse? Cuando plantan el árbol frutal en el centro y arbustos espinosos alrededor, automáticamente nutren los frutos y aseguran su seguridad. Es decir, ¡incluso las espinas son útiles! El uso beneficioso de frutos y espinas depende de nosotros.

El mundo tiene calor y frío, como las personas tienen alegrías y dolores. ¿No nos vestimos según las estaciones? ¿Cuál es nuestra ropa de verano? Es de tela muy fina. Cuando visitamos una localidad de montaña, predomina el frío. No podemos cambiar el clima, pero usamos ropa gruesa. Nos adaptamos al clima y nos sentimos cómodos en todas las condiciones.

De manera similar, durante los tiempos difíciles, primero acepten la situación y luego hagan esfuerzos para liberarse del dolor. Cuando el sufrimiento domine, piensen en la paz y la alegría. Piensen en la felicidad suprema que sigue a las dificultades. Cultiven tal ecuanimidad, tal sabiduría, para discernir qué es temporal y qué es permanente. Por otra parte, si quisieran no tener dificultades en su vida, ¿es eso siquiera posible?

Es imposible vivir sin malas experiencias. Comprendan el significado de las experiencias buenas y malas, y cultiven la actitud correcta en cada situación. Tal «comprensión» y «adaptación» son esenciales para los estudiantes. Los estudiantes solo tienen «malentendidos» pero no «comprensión». Con esta actitud defectuosa intentan «adaptarse» exteriormente. Esto causa malas reacciones en ellos. Primero cultiven la comprensión. Entonces, la adaptación es fácil, sin esfuerzo.

Debemos reconocer la unidad que existe en la humanidad. Vayan y pregunten a un mendigo: «¿Quién eres ?». Él responde: «Soy Fulano». Vayan a un hombre rico y hagan la misma pregunta; él se presenta de manera similar. Las damas también dan la misma respuesta, al igual que los caballeros.

Si se acercan a un hombre que está triste y le preguntan: «¿Quién eres? ¿Por qué estás triste?», él responde: «Soy Fulano, y estoy triste por tal y tal razón». También usa «yo» para identificarse.

Todos los seres humanos, sin excepción, usan la palabra «yo» para identificarse. ¿Qué es este «yo»? Es el principio del Atma, que existe en todos en igual medida. Una persona puede tener amor, otra no. Una puede ser tranquila, otra no. Una puede ser veraz, otra no. ¡Pero el «yo» está en todos! Todo esto está impregnado por Dios («Isavasyam Idam Sarvam»).

Los Vedas aconsejan llegar al Atma mediante el proceso de negación. Afirmen «Esto no, esto no» («neti, neti») a todo lo que no es el Atma, y llegarán a quedar cara a cara con Dios. Indagar en el principio del «yo» es exactamente este proceso. El «yo» en Mí existe en ustedes, en él, en todos. Con tal unidad en vista, no hay cabida para el conflicto. Dañen a quien dañen, se dañan a ustedes mismos. ¡Cuando calumnian a otros, arrojan lodo sobre ustedes mismos!

Este es el significado de un incidente importante en la vida de Adi Sankarcharya. Adi Sankara fue con sus discípulos a Kasi (Benarés). Mientras caminaba, una persona de casta inferior se acercó a él. Adi Sankara exclamó: «¡Mantén tu distancia!». El hombre respondió: «¿A quién pides que se mantenga alejado? ¿A mi cuerpo? El cuerpo es inerte. ¿Tiene un trozo de materia inerte autoridad para dar órdenes a otro? Ambos son burdos. ¿O quieres que mi Atma se aleje de ti? El Atma está en ti y en mí. ¿Cómo puedes pedir que esté distante, si es omnipresente?».

De esta manera, el extraño separó claramente los principios del cuerpo y el Atma. Adi Sankara comprendió que alguien con un intelecto tan clarificado, alguien que había tomado conciencia del Atma, no era otro que el Señor Mismo, y se postró a Sus Pies. Entonces, el Señor Siva se le apareció en toda su gloria y pronunció palabras de bendición: «¡Hijo! Asumí esta forma solo para liberarte de tu mentalidad estrecha, para otorgarte la verdadera sabiduría».

Dios siempre asume formas para liberar a la gente de sus malas cualidades y comportamientos perjudiciales. Pero nadie puede decir en qué forma, cuándo, dónde ni cómo aparecerá. No debemos dar cabida a malos sentimientos, sino fortalecer constantemente las intenciones puras en la medida de lo posible. Esto es la verdadera práctica espiritual (sadhana). En cambio, si repiten interminablemente el Nombre de Dios mientras fomentan vicios, ¿de qué sirve tal repetición? ¡Eso es solo una «repetición artificial»! La verdadera repetición del Nombre y la meditación deben venir del corazón.

Un hombre se sienta a meditar, inmóvil como una estatua. La gente tiene la impresión de que está absorto en el Uno Mismo. Pero si un mosquito se posa sobre él, ¡reacciona al instante! ¿En qué está meditando? ¿En Dios o en el mosquito? Si realmente estuviera contemplando a Dios, no habría sentido el mosquito sobre su cuerpo.

Hoy en día, la repetición del Nombre, la meditación, el yoga y el sacrificio son todos artificiales. No es sorprendente que los resultados también lo sean. Como es su sentimiento, así es el resultado («Yat bhaavam tat bhavati»). Si comen un pepino, ¿eructarán con sabor a mango? Dios nunca es parcial. Son favores que ustedes mismos se hacen. Su destino es escrito por ustedes mismos.

Por lo tanto, no critiquen a Dios. Solo ustedes determinan sus alegrías y dolores. Es absolutamente esencial que fijen esta verdad en su mente.

Estudiantes: Durante los últimos doce días, han escuchado con suprema felicidad discursos sobre el principio del Atma, sobre la alegría eterna, y han reflexionado sobre la manera correcta de actuar en la vida mundana y espiritual. Tales días sagrados son días reales, días significativos. He dicho en muchas ocasiones:

El día en que los verdaderos devotos se reúnen

y recuerdan a Dios con música,

el día en que alivian el dolor de los pobres

y los tratan con amor como hermanos,

el día en que contemplan a Dios y

alimentan a sus sirvientes con sabroso alimento,

el día en que grandes personajes llegan entre nosotros

y nos deleitan con historias del Señor,

esos días son días verdaderos.

Solo estos cuatro tipos de días son significativos y bien aprovechados («dinam»). ¡Todos los demás días son días de muerte («tat-dinam»)! Cuando ustedes cuidan del bienestar de los demás y hacen esfuerzos para llevarles paz y alegría, esos son verdaderos días. Los bendigo con el deseo de que llenen su vida con días sagrados y la transformen en una vida gloriosa y divina.

Del tiempo que hemos pasado juntos, mañana es el último día. Sin embargo, no digo que sea el último día para nuestros votos, austeridades y sacrificios. No existe un final para los compromisos sagrados que hemos adoptado durante esta quincena. Esta es una austeridad interminable, de por vida. ¿Qué es la austeridad? Cumplir con los deberes es austeridad. Evitar los deberes lleva a la oscuridad («thamas») en lugar de la austeridad («tapas»).

Su deber es su austeridad

Su deber es su práctica espiritual (sadhana)

Su deber es su sacrificio

Su deber es su destino

Por lo tanto, estudiantes: Consideren el bienestar de los demás como su deber principal a lo largo de la vida. Espero que sublimen su egoísmo en altruismo y lleven vidas ejemplares.

[Swami cantó con su voz de oro «Bhava Bhava Harana, Vandita Charana»]


Traduccion SBd