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Discursos dados por Sai Baba

29. ../06/78 Dios es como un Kalpatharu que puede satisfacer toda necesidad

Dios es como un Kalpatharu que puede satisfacer toda necesidad

Dios es como un Kalpatharu que puede satisfacer toda necesidad

Junio de 1978

Puede ser que alguien haya aprendido la quintaesencia

de todos los Vedas, que haya aprendido el Vedanta y los Vedangas.

Puede ser que viva en mansiones dignas de un rey,

que haya ganado grandes victorias en el campo de batalla y que, incluso,

pueda haber conquistado a la diosa de la fortuna.

Mas todo esto le resultará inútil si carece de devoción hacia Dios.

En cambio, si tiene devoción hacia Dios,

será una persona mucho mejor que incluso el rey de la comarca.

¿Qué otra Verdad podría comunicarles?

Al igual que el Kalpatharu, el árbol que satisface todos vuestros deseos,

también hay un Dios que puede satisfacer todos vuestros deseos.

Resulta mucho mejor alcanzar los Pies de loto de este Dios

que caer en el pecado y terminar en un infierno que es insoportable.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: La devoción hacia Dios representa la única senda hacia la salvación. El Nombre de Dios representa la única solución para los pesares de nacer y de morir que les acompañan en este mundo. Podemos describir la devoción como el fomento de una mente sagrada, de manera desinteresada, centrada en pensar en Dios. La Senda de la Devoción les llevará a cada uno, junto con su mente, su cuerpo y su acción, en dirección a Dios. Al igual como fluye el río hacia el océano, así deberá fluir el río de sus vidas hacia el océano de Dios. La naturaleza humana habría de tener esto como su sagrado objetivo. En verdad, una vez que hemos alcanzado el nacimiento humano, este logro constituiría un desperdicio si fuéramos incapaces de dirigirnos hacia Dios. Aunque hay varias sendas de devoción, los Vedas nos han dicho que entre ellas, tres son las principales. La primera se describe como el Pushti Bhakti. La segunda se describe como el Maryada Bhakti. La tercera es la senda del Pravaha Bhakti.

Puede describirse el Pushti Bhakti, diciendo que le permite a uno obtener la Gracia de Dios en forma directa, sin la ayuda de los normales objetivos de la vida humana. Gracias a la acumulación del bien que hayan llevado a cabo en todas sus vidas pasadas, les ha sido posible lograr devoción por Dios. Esta senda es la del Pushti Bhakti. También la podríamos describir como la de la entrega total a Dios. Una persona que la siga considerará siempre que todo lo que haga está hecho por Dios y por Su Gracia. Prahlada y Radha son los mejores ejemplos para esta categoría de devoción. Ellos son los que mejor han mostrado lo que debería ser el Pushti Bhakti. También ambos mostraron esta devoción desde su nacimiento mismo y no requirieron de la ayuda de los mayores ni llevaron a cabo disciplina espiritual alguna. Se ganaron la Gracia de Dios y gozaron de la mayor dicha. Radha entre las mujeres y Prahlada entre los hombres, son luminosos ejemplos y sus vidas encierran el propósito específico de representar nobilísimos ejemplos para todos los demás seres humanos. Prahlada jamás abandonó el Nombre de Dios; fuese que se encontrara en situaciones de dificultades o de sufrimiento o de comodidad y de placer, nunca dejó de pensar en Dios. Esta senda que tomaran Prahlada y Radha podría describirse también como la senda que toma generalmente un gato. Una gata siempre se preocupa de acarrear a sus gatitos a un lugar seguro. Los gatitos siempre llamarán y esperarán que la madre los recoja y los lleve a un lugar seguro. Por sí mismos no se moverán del lugar en que están, nunca intentarán hacer nada por sí mismos: la gata madre se preocupará siempre de todas sus necesidades y requerimientos. Todas las comodidades para los gatitos serán provistas por la madre. De la misma manera, Prahlada sentía que Dios se preocuparía por todo lo que significara su seguridad, de modo que se entregó por completo a El. Radha también era como él. Sólo buscaba la Gracia de Krishna. En el caso de ustedes, mientras conserven apegos no podrán entender nunca qué es lo que realmente les pertenece. Sólo cuando se hayan deshecho de todos los apegos llegarán a darse cuenta de esta Verdad. Prahlada y Radha eran devotos que ya habían aprendido esta gran Verdad y habían exterminado al ego en ellos. Su verdadera forma la constituía la dicha.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Un individuo representa una parte muy pequeña en la totalidad de este poder cósmico. Cuando el hombre desea amarse a sí mismo, no puede evitar amar a otros. Sólo cuando puede amar a otros tiene el derecho de amarse a sí mismo. En ese contexto, aun olvidándose de lo que es bueno para otros, habrán de reconocer la naturaleza de la Divinidad. El Amor de la Divinidad tomará gradualmente una forma en la cual se amarán a sí mismos. Este tipo de devoción que representa un puro Amor a Dios, ha de ser practicado por cada individuo. Y estos individuos son los que se describen como los que poseen el Pushti Bhakti.

La segunda categoría ha sido llamada Maryada Bhakti. Aquellos que son bien versados en los Vedas y que se acercan a los ancianos y, por medio de la gracia de ellos alcanzan la Senda de la Devoción, pueden ser descriptos como teniendo el Maryada Bhakti. Entienden el aspecto del Amor a la Divinidad a través de la práctica de las metas del hombre como la Rectitud, la Prosperidad, el Deseo y la Liberación. Para la práctica diaria, las cuatro metas se dividen en dos partes: se unen Rectitud y Prosperidad por un lado y Deseo y Liberación por el otro. Ellos creen que la riqueza ha de ser adquirida de manera dhármica (correcta). Asimismo creen que para el Dharma también es necesaria la riqueza. Entienden que uno habrá de buscar la Liberación. Esta categoría de devotos cree que toda la Creación es como un sueño y, por ende, irreal. Estos individuos a los que se describe como poseedores del Maryada Bhakti, habrán estado ganando la Gracia del Señor a través del propio esfuerzo.

La tercera categoría es la del Pravaha Bhakti. En una corriente, cuando una masa de agua se aleja de un lugar, llega otra masa de agua a reemplazarla. De este modo hay un estado de continuo movimiento. La gente perteneciente a esta categoría no tiene ni devoción ni fe. Carece en absoluto de devoción y siempre buscará los placeres del mundo. Este aspecto fue muy adecuadamente descripto por Sankara con las siguientes palabras: "Nacer y morir de nuevo y lograr repetidos nacimientos con el solo propósito de morir repetidamente. Hasta los animales tienen este tipo de ciclo de vida". Primero habremos de reconocer que es inútil alcanzar repetidamente el nacimiento en este interminable ciclo de nacimientos y de muertes. Había una vez un ladrón muy famoso. Había cumplido una sentencia en la cárcel y se le informó que sería liberado al día siguiente. Se le ordenó empacar sus pertenencias y estar listo. A ello, el ladrón contestó que era preferible que dejara sus pertenencias en la cárcel, ya que muy pronto volvería nuevamente. Pese a todo el tiempo que había permanecido encarcelado, no se había dado cuenta de que podía dejar de volver a la prisión. Siempre cometía malas acciones y volvía al mismo lugar. Esto representa el rasgo característico del Pravaha Bhakti. Esta categoría del Pravaha Bhakti responde a este tipo de ladrón, viene a ser como caer una y otra vez en el robo y volver repetidamente a la prisión. El hombre nace, desperdicia su vida en cosas inútiles, vuelve a nacer y repite el mismo ciclo.

Las diversas religiones han hecho que se vayan haciendo muy confusas nuestras actitudes en Bharat. Todas las religiones no han hecho sino enseñar cosas buenas. Ninguna religión nos enseña a decir mentiras, a ser agresivos o a no respetar a nuestros progenitores. Es posible que las religiones sean diferentes respecto a los aspectos en particular de Dios sobre los que deseemos realmente saber. No obstante, en lo que sabemos respecto a la forma en que debemos conducirnos, todas las religiones han estado enseñando lo mismo. Todas las religiones concuerdan en que es bueno cantar la Gloria de Dios y en cuanto a la Bienaventuranza que constituye la cualidad del Alma. Todas las cualidades nobles como decir la verdad, amar a los demás, etc., son generadas desde el Alma que constituye su fuente. En esta Era de Kali se ha puesto de moda desechar lo que proviene del Alma Sagrada. Aceptamos y hacemos cosas que el Alma prohíbe. Aquello que los Sastras han prohibido, es aceptado. De hecho, esto es lo que se ha hecho normal en la gente. En esta era actual, hay otros que argumentan que no hay nada como la religión, que si el hombre llegara a carecer de religión, vendría a ser como que careciera de mente. Los estudiantes, en especial, deberían reconocer que todo el que tenga una mente habría de tener una religión. Todos aquellos líderes que han querido difundir y propagar que no existe religión alguna, han terminado por crear una nueva religión. No llegan a reconocer la verdad que encierra el hecho de que hasta el decir que no existe una religión implica, en sí mismo, el crear una nueva religión. Lo que podríamos llamar religión, es algo que proviene desde dentro. La religión no es un atado de rituales ni de mandamientos por medio de los cuales le prohibimos a la gente que haga esto o aquello. Sólo cuando nos sea posible reconocer esta verdad básica, nos será posible llevar una buena vida. Hay muchos que siguen por la senda equivocada. Es erróneo seguir e imitar a alguien que no sea sino un ser humano común. Los estudiantes han de tomar esto en cuenta. Este aspecto de la imitación es un signo de debilidad. Aquí hay un pequeño ejemplo para esto.

Hay una semilla y está brotando. La riegan y la protegen cada día. Gradualmente se convierte en una débil plantita. Con la ayuda del agua y el abono, la semilla ha tomado la forma de la plantita. Para nada habrá imitado ni al agua, ni al suelo ni al abono, para poder llegar a ser una planta. No va a cambiar su forma natural: crecerá para convertirse en un árbol. Del mismo modo y aunque nos reunamos con numerosas personas y trabajemos con ellas, no debemos cambiar nuestra conducta natural. Harán el intento por absorber las buenas cualidades. La Senda Sagrada implica que no cambiarán la naturaleza propia, pero aceptarán todo lo bueno que se encuentra en otros. Cuando llegamos a encontrar algún problema, habremos de examinarlo cuidadosamente y ver en qué forma podremos resolverlo.

La felicidad o la dicha constituyen nuestra naturaleza. Se debe a que desechamos esta senda, el que tropecemos con todo tipo de dificultades. Aquí va un ejemplo para esto. Si el bebé juega feliz en su cuna, la madre no se sentirá sorprendida. Y si el bebé está jugando feliz, la madre irá a atender otros quehaceres. Si, en cambio, el bebé llora o se muestra triste, la madre correrá a su lado, para ver qué es lo que le pasa. Esto les demuestra que estar feliz representa un rasgo natural, y que no es natural estar triste o sentirse apenado. Es natural que todo lo que nazca, muera. Pero todos nos sentimos tristes frente a una cosa tan natural como la muerte. No obstante, nos sentimos felices frente a conductas no naturales. Aquí viene un pequeño ejemplo al respecto. Con un pequeño agujero que se abra ya sea en el neumático de una bicicleta o de un coche, todo el aire que haya adentro, se saldrá. Esto es natural. En el cuerpo del hombre, no obstante, hay al menos diez grandes agujeros y el aire entra y sale constantemente. ¡Qué natural es esta situación! Nuestro cuerpo está renaciendo todo el tiempo. Considerando una vida tan transitoria, nos dedicamos a construir castillos en el aire y a pensar que son permanentes. Y, en este proceso, nos olvidamos del aspecto permanente y sagrado del Alma. Es posible que el dinero y la fama sean necesarios, pero no son más que circunstanciales, no constituyen la base. Los anteriores serán valores transitorios útiles cuando la Divinidad se encuentra en ustedes. Porque la confluencia de todos ellos es la que constituye la naturaleza del hombre. Para estas características circunstanciales, el Alma viene a representar al corazón. Es un dicho conocido el que no pueda haber una aldea sin un templo, así como tampoco un cuerpo sin un corazón. Nuestro cuerpo, juntamente con todos sus accesorios, habría de ser considerado como una aldea y el corazón lleno de espiritualidad habría de ser considerado como el templo en esa aldea. Habríamos de reconocer la Verdad de que ambos se encuentran inextricablemente conectados entre sí. Así también, habríamos de tener salud y posesiones materiales y, teniéndolas, deberíamos saber cómo hacer buen uso de ellas. Habríamos de aceptar algo de disciplina y de limitaciones. No son buenos ni los excesos de algo como tampoco una conducta sin limitaciones. Nos es necesario el alimento, pero habremos de consumirlo dentro de ciertos límites. Si los transgrediéramos ello nos causaría enfermedades. Así también, nuestro cuerpo muestra una temperatura de treinta y seis grados; si se eleva a treinta y siete, decimos que tenemos fiebre. Aunque sea tan poca la temperatura de más que la requerida, ello significa que ha empezado una enfermedad. De manera similar, la riqueza, la ira, el genio y todas las cualidades han de mantenerse dentro de límites. Hemos de llevarlas a todas por una senda útil. Ahora ustedes se llaman a sí mismos estudiantes. ¿De qué vale todo esto si no podemos servirles a otros? Debemos hacer el intento por imbuirnos de obediencia y de humildad que vayan con la educación, y por ponerlas en práctica. Porque, si hemos adquirido conocimientos y sabiduría, pero tomamos por la senda equivocada, ¿de qué nos serviría nuestra educación?

La gente de hoy no muestra ni Pushti Bhakti, ni Maryada Bhakti ni Pravaha Bhakti, sino que muestra Lakshmi Bhakti, o sea la devoción a la riqueza. Viene aquí una pequeña historia al respecto. Lakshmi y Narayana estaban conversando una vez. Es habitual que las mujeres muestren muchas dudas y vacilaciones. Esta es una de sus debilidades. Cuando entra en ellas esta debilidad, también entra algo de ego y de ira. Debido.a la presencia del ego y la ira, comenzará algo de envidia. Lakshmi se encontraba en esta situación. Y no deben pensar aquí que Lakshmi tenga estas debilidades, sino que estas historias se crean para enseñar y sentar ejemplos para los seres humanos. De hecho, Lakshmi no ha hecho sino mostrar un ejemplo de femineidad ideal. El poeta telugu Potana describió una ocasión en la cual Lakshmi y Narayana estaban jugando ajedrez. Utilizando sus caballos, Lakshmi atrapó a uno de los elefantes de Narayana. En esos mismos momentos, el rey de los elefantes, Gajendra, estaba invocando la ayuda de Narayana y éste gritó que iría inmediatamente a rescatarlo. Lakshmi dijo que no podía, porque seguía pensando en el ajedrez y el elefante que había atrapado. Sin embargo, Narayana se levantó y se aprontó a partir. Aquí el poeta describe muy bellamente la conducta y la humildad de Lakshmi. Se sintió muy confundida y ansiaba preguntarle a su consorte adónde iba. En su vacilación, daba pasos adelante y pasos atrás, porque no quería importunar a su consorte. Y en esta vacilación, se le deshizo el tocado y se le desordenó el cabello. Cierto es que en esa época las mujeres mostraban una gran devoción y respeto por sus maridos, y se comportaban con gran humildad.

Volviendo al punto en que habíamos quedado, al hablar sobre la situación en el mundo, Lakshmi le insinuó a Narayana que había más personas en el mundo que eran devotos de Lakshmi. Narayana respondió que eso no era cierto y que aquellos devotos que mostraban una mayor fe por Lakshmi no lo hacían sino de manera superficial, en tanto que en realidad, los que querían alcanzar una dicha verdadera eran los devotos de Narayana. Lakshmi no estuvo de acuerdo y dijo que apostaría al respecto. Ambos salieron de viaje para determinar la verdad. Narayana asumió el papel de un gran filósofo. Tenía una manera muy convincente de predicar y fue dejando impresiones indelebles en las mentes de la gente. Viajó por el mundo enseñando los Vedas y los Sastras. Lakshmi asumió la forma de una Yoguini y fue a los mismos lugares a los que iba Narayana. Adoptó un nuevo procedimiento. Si alguien la invitaba a su casa, comenzó a insistir en algunos puntos. Decía que no comería de platos de otros e insistía en traer su propia vajilla de platos de oro; después de comer, hizo una práctica de dejar la vajilla en la casa donde hubiera estado. De modo que, puesto que dejaba la vajilla de oro, se fue haciendo muy numerosa la gente que quería tenerla en sus casas, hasta que, de hecho, no le quedaba un respiro, debido al alto número de invitaciones. Quiso hacer un buen uso de su popularidad. De modo que comenzó a insistir en que visitaría alguna aldea en particular, sólo si los aldeanos procedían a echar de ella a un cierto filósofo que los visitaba. A medida que la propaganda se intensificaba de esta manera, Narayana ya no era bienvenido a ninguna aldea. De hecho, ya no había nadie que quisiera siquiera servirle una comida. Y por este medio fue incrementándose día a día la popularidad de Lakshmi. Después de desarrollarse por un tiempo el acto que representaban, ambos se encontraron y Lakshmi le preguntó a Narayana si admitía que sus devotos eran en verdad más numerosos. Y ésta es en verdad la situación en el Kali Yuga: se han vuelto muy numerosos los devotos de Lakshmi. Están aumentando los devotos que van tras de Sir¡, en tanto que disminuyen los que van tras de Hari.

La gente muestra su devoción sólo para exhibirse, cuando de hecho no siente devoción alguna. Cuando Swami está aquí, todos se comportan tranquilos y disciplinados. Cuando Swami sale, no hay ni silencio ni disciplina. Nuestra disciplina habrá de estar conectada con toda nuestra vida y no solamente con un lugar y momento determinados. Cualquiera sea el lugar al que vayan y cualquiera la situación en que se encuentren, habrán de mantener su disciplina. Ese tipo de fe representa la verdadera fe. En la misma forma en que nuestra respiración entra y sale todo el tiempo, así también nuestra disciplina debería convertirse como en una segunda respiración e ir con nosotros adondequiera que vayamos y hagamos lo que hagamos. Es mucha gente la que viene y habla sobre Dios como si se tratara de una exhibición. En realidad, mientras sus corazones no estén limpios, no habrá lugar en ellos para Dios. Los devotos no habrían de sentir envidia ni resentimiento en contra de otros devotos que estén en mejor situación que ellos. No pueden llamarse devotos por el mero hecho de hacer ofrendas o repetición del Nombre. Habríamos de preparar nuestros corazones de tal manera como para ganarnos la Gracia del Señor. Deberíamos saber que el Amor no representa un tránsito de una sola vía. Deberán aprender que la vida entera ha de serle entregada a Dios. Todo lo que existe no es más que uno. La Verdad es una. Si hubiera dos cosas, no podría tratarse de la Verdad. Los jóvenes estudiantes habrán de aprender a rezarle a Dios al menos dos veces al día, mientras llevan a cabo las labores que les han sido encomendadas. Si deseamos tomar agua dulce, pero le echamos sal en vez de azúcar, ¿cómo podría saber dulce? Si pensamos que tanto la sal como el azúcar tienen el mismo color y, por ende ponemos sal, no podremos obtener dulzura. Habremos de aprender a controlar las malas cualidades. En cada ser humano se encuentra presente, en cierta medida, la Divinidad. Debemos empeñarnos en manifestar esta devoción.

En este vaso hay agua y en el fondo del agua, hay azúcar. Si bebemos el agua de la superficie, será insípida. Si la revolvemos bien y la bebemos, el agua nos sabrá dulce. El azúcar estaba desde antes, pero sólo al revolverla se repartió por todas partes y nos entregó la dulzura. Así también, en el vaso de nuestro corazón se encuentra la dulce azúcar en la forma de Divinidad. Debido a que no reconocemos esta Divinidad, no experimentamos más que los placeres mundanos superficiales. Pero si hacemos uso de nuestra inteligencia como cucharilla y revolvemos con la ayuda de la disciplina espiritual (sadhana), habrá dulzura en todas partes. De modo que si practican el sadhana, podrán saborear la dulzura tanto en lo material como en lo espiritual. Pero no lo hacemos.

Cuando hablamos de Dios, lo hacemos muy bien y decimos muy bonitas cosas, pero en la vida real seguimos engañando a la gente. Incluso aunque otros no se percaten de vuestro engaño, ¿no conoce Dios vuestra verdadera naturaleza? Por ende, la demostración externa no tiene ninguna importancia. Todo lo que quieran hacer deben querer hacerlo desde el fondo de sus corazones. Toda esta devoción externa fue fomentada desde tiempos muy remotos y nos vemos incapacitados para mostrar la real fuerza de la devoción interna. La devoción no consiste en tener una foto para adorarla, en realizar a diario una ofrenda ante ella o en gritar ¡Baba, Baba! La verdadera devoción implica que haya una transformación en vuestra conducta. Dios está dentro de ustedes, en torno de ustedes y en ustedes. Es Omnipresente. Reconociendo esta Verdad, deberán llegar al resultado en el que ustedes y Dios son Uno. Esta es la Verdad que han de realizar. Llevando a cabo esta práctica espiritual y reconociendo esta Verdad, los estudiantes habrán de emprender la difusión de la gloria espiritual de nuestro país. Solamente si logran este objetivo y producen esta transformación en sí mismos, habrá sido útil y habrá cumplido con su propósito vuestra estadía aquí durante el último mes. Habrán de sentir dicha y ser capaces también de traspasarle esta dicha a todos con los que entren en contacto. Deberán esforzarse por llegar a ser personas con Pushti Bhakti o Maryada Bhakti, pero no deberán ser de las filas del Pravaha Bhakti.

No se trata de que no conozcan la situación del mundo en la actualidad. Dondequiera que vayan, sobresalen cualidades como la falsedad, la dureza, el odio y la envidia. Es el momento para que entren en la sociedad estudiantes como ustedes, provistos de armas como la bondad, la tolerancia, el Amor y la paciencia, para producir una transformación social. Habrán de darle felicidad a sus padres. Eso se dice en las tradiciones de nuestro país: darle felicidad a la madre y al padre. Sólo cuando lo logren habrán alcanzado algo. Unicamente cuando puedan llevar a la práctica estos ideales, habrán aprendido algo. ¡Estudiantes, niños y niñas! Habrán de realizar cualquier trabajo con el pensamiento en Dios en sus mentes. Les bendigo para que desarrollen esta fuerza.