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Discursos dados por Sai Baba

15. ../06/78 La Gracia de Dios puede incinerar montañas de pecados

La Gracia de Dios puede incinerar montañas de pecados

La Gracia de Dios puede incinerar montañas de pecados

Junio de 1978

Así como el ungüento para el párpado no toca el globo del ojo

así como la grasa en el alimento no toca la lengua,

así como el loto no toca el fango del que proviene,

así tampoco el Alma toca nada de lo que la rodea.

¡Encarnaciones del Amor Divino!: El Alma no está hecha de algún material, como el pocillo que está hecho de greda.

El requesón es un producto de la transformación de la leche, mas el Alma no es una transformación de nada. El Alma es tá por encima de todos los órganos. No se origina en ninguno de los órganos. Podemos vivenciar el Alma únicamente con la ayuda del buddhi (la inteligencia) que esté libre de los ganas tamásicos y rajásicos (los atributos de inercia y dinamismo). La dicha del Alma puede ser experimentada únicamente a través de la inteligencia (buddhi). Para alguien que ha ya emprendido un viaje para llegar a una aldea en particular, el viaje terminará sólo cuando haya alcanzado su destino. De igual manera, para un individuo que esté en la búsqueda del Alma, la búsqueda terminará en el momento en que lo vivencie. Para el Alma no hay conexión alguna con ningún tipo de trabajo. A veces, se interpone una nube entre la Luna y nosotros y causa una obstrucción a. nuestra visión.

Para que se vayan estas nubes se requiere' algo de brisa. De manera similar, hay nubes en forma de malas ideas o de ganas que se interponen entre la inteligencia y el Alma, que pueden ser comparadas con la Luna y para que se vayan estas nubes, se requiere algo de karma o acción. Siguiendo estas acciones podemos llegar a vivenciar el aspecto del Alma con la ayuda de la inteligencia.

Hay dos clases de reforma (o samskara). Una se basa en los gunas y la otra en dosha. La que se basa en los gunas viene a ser como darle agua a un árbol frutal. La que se basa en dosha viene a ser como remover las malas cualidades y puede compararse a eliminar el polvo de la superficie de un espejo. Mirarnos a nosotros mismos después de limpiar el espejo, representa el rasgo especial de la segunda clase de reforma. Cuando el espejo está cubierto de polvo no podemos vernos claramente en él. El trabajo que se requiere es el de eliminar la impureza. Regar y abonar un árbol frutal para obtener los frutos puede señalarse como el upasana kanda (adoración védica). Considerar el trabajo diario que realicemos como relacionado con Dios, es el aspecto del karma kanda (hacer védico). Se hace referencia al acto de entregarle un Amor Sagrado y Universal a Dios, buscándole por este medio, como al upasana kanda. El proceso de eliminar las impurezas de nuestra mente y así ver al Alma, con la ayuda del upasana kanda y el karma kanda, representa un proceso muy esencial. Esto crea una forma para el Alma y nos otorga la dicha de la realización. Esta forma aparecerá con una belleza y un carácter distintivos. Esta belleza divina no tiene ninguna forma en particular y, sin embargo, puede atraer a todos.

Las gopikas experimentaron esta belleza de la forma y sufrían cuando estaban separadas de ella. En su compañía, en cambio, estaban en un estado de inmensa dicha. Las gopikas demostraron cómo la gente común puede tomar esta senda y gozar de la dicha relacionada con la experiencia del Alma. Pothana, el poeta telugu, ha descripto este aspecto del Avatar. Describió a Krishna comparando su rostro con la Luna y sus ojos con dos peces. Sus hombros los comparó con las serpientes. Su cintura la comparó con la de un león y describió sus pies como siendo comparables al loto. Cuando Krishna era así descripto, la serpiente, los peces, la Luna, el león y el loto se sintieron algo embarazados. La Luna se preguntaba si podía haber alguna comparación entre ella y el resplandeciente rostro de Krishna y se sentía avergonzada ante la comparación. Huyó y se ocultó en el cielo. Los peces se decían que no podía haber comparación entre ellos y los ojos como estrellas de Krishna y con este sentimiento se fueron a esconder en las profundidades. Los hombros de Krishna eran anchos y suaves y las serpientes se preguntaban cómo podrían compararse con ellas, de modo que sonrojándose se fueron a ocultar en los hormigueros. También el león pensó que no podía haber comparación entre su cintura y la hermosa cintura de Krishna, de modo que huyó a vivir oculto en la selva. También las flores de loto pensaron que no podía haber comparación entre ellas y los bellos y suaves pies del Señor y, con este sentir, se ocultaron bajo el agua. Lo mismo fue descripto por Vyasa de manera ligeramente diferente. Dijo: "Dos flores de loto y dos elefantes estaban jugando. Entre los dos elefantes estaba sentado un gran león. Sobre este león había un gran estanque, en medio del cual había una gran montaña. Sobre esta montaña había una Luna y en la Luna, dos peces jugaban entre ellos. En torno de la Luna zumbaban continuamente abejas oscuras". Esta descripción de Krishna por Vyasa es similar a la que indicáramos antes, y en ella, los dos pies se describen como las flores de loto, las caderas como los dos elefantes. Sobre ellos está el león que representa la cintura; sobre ella el estanque que representa el estómago y la montaña que vendría a ser el torso. Sobre lo anterior se sitúa la Luna que vendría a ser el rostro y los ojos brillantes que se comparan a los peces. Los cabellos oscuros y ensortijados se comparan con las abejas que zumban en torno del rostro. El poeta habla de los cabellos como de oscuras abejas que vienen a libar la miel contenida en la sonrisa del Divino Rostro. Las gopikas miraban esta hermosa forma y se daban cuenta de que no podía tratarse de una belleza común. Llegaron a la conclusión de que no podía sino ser una belleza asociada con la dicha Divina. Por mucho que busquen, no podrán encontrar en sus acciones o pensamientos nada que se asocie a gunas o apegos. Por otra parte, tampoco se encuentran estas características en Krishna, que es el Alma Suprema (Paramatma). El Alma Suprema, situada por encima de los atributos humanos, desciende a veces al nivel de las personas con atributos, para poderles enseñar ciertas cosas.

Voy a darles otro ejemplo para esto, de manera que pueda ser fácilmente entendido por todos los jóvenes estudiantes. Uno puede ser una persona vastamente educada. No obstante, en el momento en que requiera iniciar a un hijo en los estudios, le anotará por su propia mano el alfabeto. No nos extrañará en un momento así que una persona tan docta esté anotando el alfabeto, porque para enseñarle a un niñito que nada sabe de eso, ha descendido hasta su nivel y se lo escribe. De manera similar, el Omnisciente y Todopoderoso Ser Supremo toma a veces una forma humana, con el objeto de enseñarles varios aspectos a los ignorantes seres humanos. Pero no es fácil alcanzar al Divino Señor. Hay un profundo e importante significado para un ser humano aquí. Incluso para cultivar el Amor por un ser humano común, habrán de enfrentar una serie de problemas y dificultades. De modo que no es de sorprender que, para alcanzar el Amor de Dios tengan que enfrentar muchas dificultades y obstáculos. Es por esto que las gopikas decían que encontraban muchos problemas en el proceso de lograr el Amor de Dios. Lo mismo fue dicho por Vyasa, indicando que si desean el Amor de Dios, habrán de renunciar al Amor por otras cosas. Una vez que han renunciado al Amor por otras cosas, será fácil lograr el Amor de Dios y no encontrarán problema alguno. Cuando están sujetos por varias formas distintas de Amor, deberán enfrentar dificultades si quieren alcanzar el Amor de Dios. Este proceso es el que se ha descripto como entrega o rendición. Cuando algunos insectos ven una luz brillante, se sienten atraídos por ella e incluso llegan a perder la vida por eso. El ciervo que se sienta atraído por la música, se acercará a oírla y será atrapado. Las abejas que son atraídas por la miel dentro del loto, pueden quedar atrapadas. De manera similar, cuando desean el Amor del Señor, habrán de estar absolutamente preparados para entregarse por completo a El. No deberán sentir apego por su cuerpo, ni prestarle atención alguna al honor o respeto propios. Deberán desapegarse de todo ello y sólo entonces se acercarán al Señor. Vuestra mente debería concentrarse por completo en el Señor. Hasta tanto no lleguemos a elevarnos hasta este alto nivel de entrega, deberemos participar en actividades divinas y sagradas como bhajans (cantos devocionales) o dhyana (meditación) junto con el desarrollo del aspecto del Amor Divino. Cuando lleguen a un estado de dicha y cuando vuestro Amor por Dios fructifique y rinda frutos, habrá caído en ustedes esta Gracia. Las gopikas sufrieron muchas dificultades y pasaron por varios nacimientos con el objeto de poder acercarse al Señor y merecer Su Gracia.

Deberíamos entender hasta cierto punto la magnitud de la agitación que sacudió a las gopikas cuando llegó Akrura para llevarse a Krishna. Akrura hizo subir a Balarama y a Krishna en un carro y partió con ellos hacia Kamsa. Las gopikas sintieron que el nombre de Akrura no era el apropiado para él y que, contrariamente a lo que significa, era realmente cruel. Se preguntaban sobre cómo era posible que se llevara a su Señor y les causara tantos problemas con ello.

Llevadas por el pesar de la separación, las gopikas corrieron a sujetar las bridas de los caballos y trataron de evitar que el carro se moviera. Viendo a las apesadumbradas gopikas, Krishna trató de consolarlas de alguna manera y pretendió decirle al auriga que llevara el carro de regreso. Ante esto, las gopikas se alinearon alegremente detrás del carro. Aprovechando esta ocasión, Krishna le indicó quedamente a Akrura que partiera rápido. Las gopikas trataron de alcanzarlo y llamaban a grandes voces: "¡Oh Krishna, por favor quédate! Se te describe como protector de los devotos y como el protector de los débiles. Nos abandonas y te marchas. ¿Es esto el resultado de todas Tus cualidades y virtudes? Pese a lo que los demás decían de nosotras y de lo que hemos debido soportar, nunca dejamos de orar a ti. ¿No tienes compasión de nosotras? Nos hemos entregado a ti". Todas lloraban agobiadas por estos sentimientos y no querían retornar a Gokulam. Se mantuvieron sin alimento y sin dormir y, estando en estas condiciones, llegó un santo y les dijo: "No han sido capaces de entender la verdadera fuerza del Amor Puro o Prema. El va siempre acompañado por muchas dificultades y pesares. Si queremos disfrutar de la dulzura del zumo que contiene una fruta, hemos de eliminar la cáscara que es amarga y las semillas que hay dentro y que no se pueden comer. Sólo entonces podemos gozar del zumo real".

Esto implica que sólo cuando podamos desechar las relaciones corporales, podemos merecer la Gracia del Señor. La moraleja de esta lección es que aquéllos que anhelan el Amor del Señor, deberían haber renunciado por completo a todos los demás tipos de Amor. Si realmente queremos conseguir el Amor del Señor, han de ser echados lejos todos los malos pensamientos que estén presentes en nosotros. Están leyendo una serie de libros y están escuchando una serie de discursos, pero no le están prestando atención a los cambios que deberían producirse en vuestro propio corazón y conducta. No apuntamos a producir cambios ya sea en los mayores que nos están enseñando, o en los alumnos que le están prestando oídos a los discursos. Uno puede predicar un millón de ideales, pero de qué serviría si ninguno de ellos es llevado a la práctica. Están escuchando las historias de Krisbna y de la devoción de las gopikas, pero habrían de examinar qué cambio ha producido esto en ustedes. El Bhagavata representa un texto que nos permite experimentar la conexión entre los aspectos individuales de la Divinidad en los seres humanos. Pero únicamente cuando hagamos el intento por llevar a la práctica aunque no sea sino una pequeña fracción de lo que hemos escuchado, estaremos facultados para afirmar que nuestro sadhana o disciplina espiritual ha tenido un fin determinado.

Todo esto no quiere decir que no haya habido gopikas que tenían apegos corporales. Pero incluso ellas ponían en un alto nivel la Senda de la Divinidad y siempre adoptaban un camino sacro. Era una práctica normal el que Krishna visitara todos los hogares de Gokulam. Podía asumir cualquier número de formas. Sin embargo, no había posibilidad de malentendidos, porque en ese tiempo tenía alrededor de siete años, en tanto que las gopikas tenían alrededor de treinta. Las gopikas no sentían apego por Krishna ni siquiera como hermano o como hijo. Le consideraban como una Encarnación Divina. Debido a esto y a que Krishna no tenía en absoluto malos pensamientos, solía entrar libremente en las casas de las gopikas. En una oportunidad llegó a casa de una de ellas bastante tarde, cuando el marido ya estaba dormido. Pese a eso, Krishna, sin vacilación alguna, golpeó ruidosamente a la puerta. Se solía tener un pequeño agujero en las puertas y los maridos y suegras de las gopikas nada sabían de ellos. Esto tiene un sentido interno que voy a explicar más adelante. Mientras Krishna golpeaba a la puerta de esa manera, esta gopika, en particular, que tenía algo de apego a las cosas mundanas, replicó: "¡Oh Krishna! Por favor, espera un poco. Mi marido no está bien dormido todavía, así es que abriré la puerta en un momento". Las gopikas sabían muy bien que su entrega al Señor se realizaba en calma y sin aspavientos. En cambio los devotos de hoy llegan al extremo de desafiar a Dios y pasarán votos de desconfianza si no son eliminadas sus dificultades.

En algunas de las películas que vemos y de los libros que leemos, se proyecta a Krishna como mintiéndoles siempre a las gopikas y engañándolas, llevándolas de esta manera a quedar supeditadas a sus deseos. En muchos aspectos se describe a Krishna como un ladrón común sin moral alguna. En el Bhagavata, la conexión entre las gopikas y Krishna se describe como un nexo sagrado entre sus corazones. No se da pie alguno para mayores malentendidos. Existía una fusión absoluta entre El y ellas y no había sentimiento alguno relativo a sus cuerpos. ¿Cómo puede ser entonces que se pueda producir alguna distorsión? Se trata del más fácil camino para llegar a Dios: el desarrollo del aspecto del Amor. Con el objeto de librarnos de los malos pensamientos en nuestra mente, hemos de llevar a cabo un esfuerzo especial, pasando algún tiempo cada día pensando en Dios. De las veinticuatro horas del día, perdemos casi veintitrés horas y quince minutos. Deberían hacer el intento de emplear al menos unos minutos cada día para pensar en Dios. Fardos de algodón tan grandes como una montaña se quemarán por completo si ponen en ellos una pequeña cerilla encendida. Podemos haber cometido pecados tan grandes como una montaña, pero con que caiga sobre ustedes tan sólo un pequeño rayo de la Gracia del Señor, todos serán incinerados. Pasen la vida pensando en el Señor y en el Servicio del Señor.