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Discursos dados por Sai Baba

10. ../05/77 Sean buenos, hagan el bien, vean el bien

Sean buenos, hagan el bien, vean el bien

Sean buenos, hagan el bien, vean el bien

Mayo de 1977

ESTE ES EL CAMINO HACIA DIOS

Si no se desecha el guna tamásico , uno,jamás podrá lograr

un atisbo del concepto de la Divinidad. Si no se desecha el guna rajásico ,

uno .jamás podrá convertirse en un verdadero devoto.

Si se acepta únicamente el guna sátvic i ,

uno podrá seguir la senda de la devoción.

Esta es la simple verdad del mundo.

¡Encarnaciones del Amor!: Sólo el trabajo puede hacer manifiesta la verdadera fuerza del hombre y mostrarle a los demás de lo que es capaz. Al igual que un espejo puede utilizarse para mostrarnos la verdadera naturaleza de nuestro rostro, así también el tipo de trabajo que un hombre realiza mostrará las cualidades que tenga. El trabajo mostrará si el hombre posee las cualidades de tamas (indolencia), de rajas (impulsividad) o las sátvicas (equilibrio). El trabajo que un hombre lleve a cabo viene a ser como un barómetro. El barómetro del trabajo tiene la facultad de evaluar las condiciones del hombre y el estado de su mente. En este contexto podemos aceptar que no hay un test de las cualidades humanas que sea más riguroso que el examen del trabajo que el hombre realiza.

Desde tiempos inmemoriales nuestros antepasados han estado adoptando el camino del trabajo. Siguiendo por esta senda es que han llegado a ser capaces de entender y de realizar la existencia de lo divino. Algunas personas pueden parecer muy "sátvicas" (apacibles), mas cuando emprenden un trabajo, podemos ver que bajo el manto de esta aparente cualidad "sátvica" se oculta una cierta medida de aspereza. Algunas personas parecen ser duras y crueles en lo que respecta a sus expresiones, pero cuando emprenden algún trabajo, se vuelven dulces y bondadosas. En estos ejemplos se nos aclara la verdad sobre la verdadera naturaleza humana del hombre que se hace patente en su trabajo activo y que no puede ser juzgado únicamente por su apariencia externa o sus palabras.

¡Encarnaciones del Alma Divina!: El tipo de trabajo a que se dedican los hombres sabios puede parecer igual al que llevan a cabo los hombres comunes. Pese a que en apariencia puedan parecer lo mismo, el resultado será distinto en ambos casos. El trabajo a que se dedique el que no es sabio estará siempre acompañado por un sentimiento de su parte de que trabaja para su propio beneficio y desea obtener el fruto de este trabajo para sí mismo. Este tipo de trabajo estará mezclado con ego y con un sentimiento de beneficio egoísta que llevará a dificultades y pesares. El trabajo que emprenda un hombre sabio, en cambio, encerrará siempre un sentimiento que lo hará idéntico con el aspecto Divino y que lo está llevando a cabo en el nombre y en beneficio de Dios. Pensará que realmente es Dios quien ejecuta el trabajo y que él no es más que el instrumento. Esto siempre dará buenos resultados y satisfacciones para todos.

Algunas personas muestran una cierta dosis de síntesis entre sus pensamientos y el trabajo que realizan. Esto representa el verdadero tipo de la buena naturaleza humana. La unidad y la síntesis entre pensamiento, palabra y obra es importante. Las ideas, las expresiones y las acciones del hombre deberán ser una sola cosa. Esto constituye la verdadera base de la real naturaleza humana.

Estudiantes: Puede que parezcan lo mismo los trabajos que realicen en la esfera espiritual y en la material, pero en realidad, cuando los miramos en profundidad, encontramos que toman por dos sendas distintas. Aquí va un pequeño ejemplo al respecto. En el caso de un paciente diabético, puede aparecer una ampolla en su mano, la que puede empeorar y terminar por convertirse en gangrena. En tal caso, el médico aconsejará que la mano sea amputada. Si no se amputara, la gangrena se extendería al resto del cuerpo y causaría un terrible daño. En pro de la salud del cuerpo total, el paciente deberá estar dispuesto a dejarse amputar la mano en ese momento. En otra situación, alguien puede llevar bellas pulseras de oro en una muñeca y llega un ladrón que quiere robarlas. Si no pudiera arrancarlas de la muñeca, puede que trate de cortar la mano para robarlas. En estos casos podríamos decir que el médico ha hecho uso de un cuchillo para cortar la mano y que el ladrón ha hecho lo mismo. Aparentemente, ambos han hecho lo mismo, pero lo que hiciera el médico constituye una ayuda, en tanto que el ladrón ha hecho algo perjudicial. Hay otro ejemplo para esto. Movida por una cierta maldad, una persona puede que vaya hasta una casa en la que vivan otros y la incendie. El mismo tipo de destrucción por medio del fuego la llevó a cabo Hanuman en Lanka: destruyó todas las mansiones y casas de Lanka prendiéndoles fuego. Aquí parecieran ser lo mismo los actos de Hanuman y los del individuo malvado, pero lo que hiciera Hanuman fue beneficioso, en tanto que lo que hiciera el malvado causó perjuicio. Pese a que estas tareas parecieran ser iguales cuando las observamos superficialmente, los resultados son diferentes debido a la actitud mental que se tenga antes de pronunciar las palabras y ejecutar la acción.

Sólo la mente del hombre es responsable tanto para su esclavitud como para su liberación. El resultado final del trabajo dependerá de la actitud con la que se lleve a cabo. Hanuman representa a quien ha sintetizado sus pensamientos, sus palabras y sus obras, por lo que llegó a ser un personaje importante. Era docto en todos los diferentes tipos de gramática. Era un erudito conocedor de los cuatro Vedas (las Escrituras Sagradas) y los seis Códigos Morales. Su erudición le hacía mirar todas las cosas con ecuanimidad y serenidad mental. Tanto Sugriva como Hanuman vieron a Rama y Lakshmana cuando venían hacia ellos, buscando a Sita. Sin embargo, Sugriva sintió que Rama y Lakshmana eran mensajeros de Vali que venían a espiarle y a hacerle daño. Hanuman, por el contrario, llevado por sus grandes virtudes y su paz mental, le indicó a Sugriva no agitarse, indicando que él mismo iría a averiguar quiénes eran estas personas y que volvería a informarle. Su consejo fue que, sea lo que fuere lo que queramos hacer, nunca debemos actuar apresuradamente. El apresuramiento no representa la cualidad natural correcta de la propia mente. La premura siempre conduce al desperdicio y el desperdicio siempre causa problemas, de modo que uno no ha de apurarse. Hanuman estaba muy al corriente de estas máximas, de modo que nunca se apresuraba. Indicó que iría a indagar y que volvería. Cuando se encontró con Rama y Lakshmana, los enfrentó con gran humildad y, con palabras deliberada y cuidadosamente elegidas, les preguntó quiénes eran, por qué habían venido a la selva y cuál era su propósito. Todo ello manteniendo la mente estable y sin apresurarse. Debido a que Rama le dio una respuesta adecuada a sus preguntas, Hanuman se sintió complacido y ofreció cargarlos a ambos sobre sus hombros para llevarlos hasta Sugriva. Tan pronto como Rama y Lakshmana se acomodaron sobre sus hombros, sintió que todos sus pecados habían desaparecido. Debido a la Visión Divina del Señor, sintió que todos sus pecados anteriores habían sido de raíz. Se sintió inmensamente feliz tan pronto la Divina personalidad de Rama tocara su cuerpo. De inmediato una serie de buenas ideas comenzaron a brotar en la mente de Hanuman. Pensó que Sugriva estaría encontrando a muy buenos amigos en Rama y Lakshmana. Pensó también que los deseos de Sugriva se verían cumplidos y que saldría victorioso. "Las acciones de uno reflejarán el tipo de ideas que alberga en la mente". Debido a todas estas buenas ideas que cruzaban por la mente de Hanuman, también las buenas ideas en la mente de Dios se sincronizaron con ellas y ambos pensaban al unísono. De inmediato Rama le indicó a Lakshmana que, puesto que habían logrado tan buen amigo, sus esfuerzos resultarían exitosos.

Entre los mensajeros se encuentran tres tipos de ellos. Los primeros son aquellos que escuchan las órdenes del Señor, pero no le obedecen, sino que emprenden acciones contrarias a sus deseos. Los segundos son los que toman literalmente lo que el Señor ha dicho y se atienen a ello sin poner ni quitar nada de lo ordenado. El resultado de tal tarea será aceptado y llevado de vuelta al Señor. El tercer tipo corresponde a los que toman las órdenes del Señor y llevan a cabo la tarea asignada de tal manera que se vean cumplidos todos los deseos y los costos. Estos resultarán victoriosos y le traerán al Señor el mensaje de la victoria. Rama y Lakshmana se dijeron que Hanuman respondía al tercer tipo de amigo, el que se ocupará de que las órdenes del amo sean llevadas hasta un punto en que se encuentre asegurada la victoria. En verdad, Hanuman, en todo momento, no hacía sino pensar en Rama y al estar sumido en pensar en Rama no permitía que nada más entrara a su mente. Debido a que sabía muy bien del poder y la fuerza de Rama, siempre seguía sus pasos. Desde el momento en que Rama y Lakshmana se sentaron sobre sus hombros, comenzó a sentir que algún tipo de Fuerza Sagrada y Divina se había adentrado en su corazón y se sintió muy feliz. Con esto establece el sentir que, junto con el cuerpo, la mente también se hace igualmente fuerte y poderosa. En donde se combinan un cuerpo fuerte y una mente fuerte, habrá Divinidad y Fuerza Divina. Veamos un ejemplo.

Aquí tenemos un alambre y sobre él hay un revestimiento de plástico o de goma. Dentro de esta cubierta exterior hay un alambre de cobre. Por este alambre fluye una corriente. Si tomáramos simplemente otro alambre y lo juntáramos con éste, la corriente no fluirá. Fluirá sólo si cortamos la cubierta exterior de plástico en ambos y unimos los alambres de cobre. La cubierta de nuestro cuerpo es similar a esta cubierta de plástico sobre el alambre. Nuestra mente es como el cobre. Es así que junto con el cuerpo, si se une también la mente, entonces puede fluir hacia nuestro interior la Fuerza Divina. Sólo cuando se juntan lo sagrado del cuerpo con lo sagrado de la mente se puede generar Fuerza Divina. Debemos dedicarnos a ejecutar tareas sagradas con la ayuda del cuerpo. Con la ayuda de la mente hemos de desarrollar el pensamiento Divino. Este cuerpo nos ha sido dado y está para ayudarle a otros. Con la ayuda del cuerpo deberíamos ser capaces de prestar buenos servicios y ayudar a la comunidad. Cualquier trabajo que emprendamos ha de ser ejecutado con el sentir de que está siendo realizado para complacencia del Señor. Hanuman fue alguien que estaba imbuido de estas sagradas ideas y que siempre le dedicaba su trabajo al Señor y llevaba a cabo las tareas con este sentir. Después de haber tenido la Divina Visión de Rama, de inmediato emprendió la sagrada tarea de buscar a Sita. Con la ayuda del nombre de Rama y poniendo su fe y su confianza en El y en su Divina Fuerza y Poder, pudo saltar por sobre millas y millas de océano. Estos extraordinarios logros de Hanuman produjeron gran sorpresa y causaron el asombro de otros como Jambavan y Sugriva. Los jóvenes habrán de comprender en estos ejemplos, la forma implícita en que Hanuman obedecía las órdenes de Rama. Para reconocer los deseos de su Maestro, Hanuman tuvo en gran medida la ayuda de su devoción y de su fe. Junto con la devoción y la fe, Hanuman tenía una gran confianza en sí mismo. Si uno no tiene confianza en sí mismo, no será mucho lo que alcance, por mucha devoción y fe que tenga. Por otra parte, uno puede tener gran confianza en sí mismo, pero si carece de devoción y de fe, ello tampoco le ayudará. La devoción y la confianza en uno mismo vienen a ser como el polo negativo y el positivo. Es la combinación de ellos lo que nos capacitará para consolidar nuestro pensamiento sagrado. En este caso, se debió a que Hanuman poseía la noción Divina en su corazón, además de la confianza en sí mismo de que podía lograr la visión de Rama, el Señor, adondequiera que fuese. Cualquiera fuera la orden que se le diera a Hanuman, nunca cuestionaba si tenía la fuerza o la capacidad para cumplirla. Tenía la fe inconmovible de que las mismas órdenes de Rama le proporcionarían la fuerza necesaria para cumplirlas. Lo primero que hemos de hacer, en este contexto, será promover y fortalecer el aspecto de la confianza en nosotros mismos. Esta confianza en uno mismo viene a ser como el cimiento por debajo de nosotros. Sobre el cimiento de esta confianza hemos de levantar el muro de la satisfacción de uno mismo y sobre él, el techo del sacrificio de uno mismo. En esa mansión podrán alcanzar la autorrealización. Hanuman mostró de manera clara la necesidad de la confianza en,uno mismo y la fuerza que ella tiene, para todo el mundo. Mas hoy en día, en el contexto de la naturaleza humana, los hombres se comportan de una manera que nos hace pensar que no entienden en absoluto la necesidad de confianza en uno mismo. Los seres humanos individuales se han vuelto tan débiles que no son capaces de entender su propia naturaleza, su propio "sí mismo", y es por ello que tratan de escudriñar en la naturaleza de otros y de encontrar las faltas en otros. Por el hecho de que estas cualidades tan profanas se han multiplicado, es que el hombre sufre y no puede entender su propia naturaleza y es también por ello que se está degradando la calidad de la vida humana.

Después de que Hanuman encontrara a Sita en Lanka, de volver para darle las buenas noticias a Rama y a Lakshmana, ellos, Hanuman y Jambavan descansaban a orillas del océano. Miles de otros monos se les habían unido en su marcha hacia Lanka. Era una noche de Luna llena. La fresca luz de la Luna los mostraba a cada uno de manera claramente serena. Como Rama estaba algo agotado, descansaba con la cabeza apoyada en el regazo de Lakshmana. Nadie pudo dormir esa noche, ya que todos debían partir hacia Lanka al día siguiente y participar en la lucha en contra de Ravana, de modo que Rama y Lakshmana les daban palabras de aliento a los demás. Rama, pese a estar recostado apoyándose en Lakshmana, no podía relajarse. Le preguntó a Lakshmana y a Sugriva qué pensaban de la mancha oscura que se ve en la Luna. Cada uno comenzó a dar su propia versión. Alguien dijo que, debido a que la Luna se había separado de la Tierra, el polvo que quedó sobre ella se veía de este color azulado. Alguien más señaló que se trataba de conglomerados y de polvo sobre la Luna. Cada uno comenzó a entregar su propia interpretación. Todos los guerreros, Angada, Nala y Neela comenzaron a dar sus respuestas. Rama se encontraba con el ánimo relajado y complaciente y por ello, todos los que le rodeaban disfrutaban dando respuestas. Hanuman no pronunciaba palabra. Para mostrarle a los demás algo de la actitud y el comportamiento de Hanuman, Rama le planteó hacia el final la misma pregunta. Hanuman tenía los ojos llenos de lágrimas y en su corazón no había otra cosa que el nombre y la forma de Rama. Contestó que, debido a que Rama reclinaba su cabeza sobre el regazo de Lakshmana, el reflejo de su rostro en la superficie de la Luna aparecía como una mancha oscura. Ello mostró que los pensamientos y las palabras de Hanuman eran tales que cualquier cosa que dijera, cualquier cosa que viera o cualquier cosa que pensara, no era más que Rama y el nombre de Rama. Cada pelo sobre su cuerpo estaba impregnado con el nombre de Rama.

Hanuman era alguien que se encontraba en todo momento inmerso en el espiritual y sagrado nombre de Rama. Porque es muy equivocado pensar que Hanuman pertenecía a la tribu de los monos y que poseía una mente siempre inquieta. Hanuman era la personificación del aspecto del Creador Universal que está quieto y es un testigo. Si tal Divinidad se reúne con otro aspecto de la Divinidad, no cabe duda de la fuerza redoblada que se produce. En cada ser humano la Divinidad se encuentra presente en la forma del Alma. Para que podamos entender al Alma Sagrada que está presente en nuestro cuerpo, hemos de considerarla simplemente como un contenedor para el Alma.

Hemos de tratar de suprimir y de controlar los deseos que se generan desde el interior del cuerpo. Aquí va un pequeño ejemplo al respecto: A veces salimos de picnic al jardín. Nos rodeamos de varias comodidades, cocinamos nuestro alimento, nos sentamos por ahí y nos relajamos placenteramente. Si quisiéramos preparar nuestro alimento en la selva, ¿qué habríamos de hacer? En esta época moderna, llevamos con nosotros una cocinilla, cacerolas y otros implementos. En los tiempos de antaño estos implementos no existían. Se solía llevar algunos recipientes y algunos materiales necesarios para preparar los alimentos. Cuando queremos cocer alimentos, preparamos un fogón con tres piedras. Sobre las tres piedras apoyamos una olla. Echamos agua en la olla y al agua le agregamos arroz. Bajo el recipiente apoyado en las tres piedras encendemos fuego. Encendemos el fuego para que el agua pueda hervir y se cueza el arroz. El fuego que hemos encendido entre las tres piedras no toca directamente el arroz, sino que toca el recipiente, a través del recipiente toca el agua y a través del agua toca el arroz que se cuece. En esta analogía hemos de reconocer que nuestra vida es un ejemplo de la senda del Espíritu Supremo. La vida es como una selva. En esta selva de la vida, las tres piedras son los gunas de satva, rajas y tamas (atributos del equilibrio, la inquietud y la inercia). En la selva de la vida ponemos el recipiente de nuestro cuerpo sobre estas tres piedras. Dentro del recipiente de nuestro cuerpo los deseos que albergamos en él vienen a ser como el arroz. El arroz está cubierto de Amor que puede ser comparado con el agua. Entonces echamos mano del fuego de la Sabiduría entre las tres piedras. Ese fuego de la Sabiduría cocerá el arroz utilizando el agua del Amor y ahuyentará todos los deseos. Cuando este arroz está bien cocido, ya no hay un renacimiento. Cuando los deseos se han eliminado por completo, no queda oportunidad alguna para conseguir malos deseos. Sin embargo, uno podría hacerse la pregunta de: ¿será posible eliminar completamente todos los deseos? Es imposible. Pero tenemos que hacer el intento de orientarlos en la dirección correcta. Cualquiera sea el trabajo que podamos hacer, debemos llevarlo a cabo con el aspecto de Amor. Sólo así seremos capaces de obtener la sagrada dicha.

'El secreto de la felicidad reside no en hacer lo que a uno le guste, sino en que a uno le guste lo que deba hacer. Cualquiera sea el trabajo que deban llevar a cabo, habrán de hacerlo con placer y con gusto. Tomando este tipo de Amor como base, Hanuman era el que siempre se encargaba, con una obediencia completa, de las órdenes de su Señor. Nunca dejó lugar a dudas o vacilaciones en su mente con respecto a las órdenes de Ramachandra.

Hoy en día, la vida del hombre se ha convertido en un atado de dudas y vacilaciones. En verdad, el hombre ve las cosas con sus propios ojos, pero no es capaz de creerle a sus propios ojos. A veces le cree a su oído, pero en ocasiones tampoco es capaz de creerle. Un individuo débil, incapaz de creerle a su propio oído ni a sus propios ojos, ¿cómo podría creer ni tener fe en alguien más?

Jóvenes: Ustedes son los futuros ciudadanos de este país; deberían tratar de ver y de disfrutar con sus propios ojos y gozar vuestra propia experiencia. No intenten hacer uso de ojos occidentales, oído occidental y pensamiento occidental. Aquellos que son ciudadanos de Bharat deberán aceptar y reconocer las condiciones de nuestro país y sus necesidades, y seguir por una senda consistente con los ideales de nuestro país. El tipo de cultura que absorbamos y el tipo de senda que aceptemos deberán ser apropiados para nuestro país. Lo que sea apropiado para otros países será adecuado para ellos y no para nosotros. Puesto que los países son diferentes, que las épocas y el medio ambiente son diferentes, no nos es posible establecer una conducta de vida común para toda la gente. Aquí va un pequeño ejemplo al respecto.

Esta tarde, la hora en este lugar y este país, son las 18.30. Van a un club y puesto que un amigo vuestro vive en América, quieren hablarle por teléfono a esta hora vuestra de las 18.30, pero no obtienen respuesta, porque a esa hora está profundamente dormido en su dormitorio. En este punto del tiempo, cuando es de madrugada en otro país, es la tarde en éste. Es por ello que la conducta apropiada dependerá del contexto del país y de los tiempos que corran.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Hemos de reconocer lo sagrado de nuestro país de Bharat y, aceptando la sagrada cultura de esta tierra, recordando sus sagradas tradiciones, los estudiantes deben estar preparados para llevar a la práctica el ejemplo ideal que ellas ofrecen. La Verdad es nuestra vida, la Verdad es Dios para nosotros. La Verdad lo es todo para nosotros. Mas si por motivo de alguna razón egoísta nos volcamos hacia la falsedad y nos comportamos de manera injusta y ruda, ¿tendrá nuestra vida algún ideal que mostrarle a los demás?

Estudiantes: El tipo de ideales que contiene la historia del Ramayana es muy necesario para cada individuo, para cada país y para cada grupo de personas. Ya sea para nuestro pesar o para nuestra degradación, somos responsables del tipo de trabajo a que nos dediquemos. Es por ello que decimos: "Sean buenos, hagan el bien y vean el bien", éste es el camino hacia Dios. Lleven a cabo un buen trabajo, vean buenas cosas, vivan de buena manera y mueran como un buen hombre.