.



 

Discursos dados por Sai Baba

21. ../05/74 Tat Twam Asi: Tú eres Eso

Tat Twam Asi: Tú eres Eso

Tat Twam Asi: Tú eres Eso

Mayo de 1974

El Alma es permanente. Nadie puede suprimir esta Alma permanente. Nadie puede destruir esta Alma. No existe ni la muerte ni la destrucción para el Alma. Al igual que uno cambia una vestimenta vieja por una nueva, cuando el cuerpo está desgastado el Alma entrará en un nuevo cuerpo.

¡Estudiantes, encarnaciones del Alma Sagrada!: Nuestros Vedas nos han estado enseñando que no hay nada en este mundo fuera de Dios. Y no sólo en este mundo sino en cualquier otro mundo, no hay un segundo para Dios. No hay nada que haya existido antes que Brahman (Dios), de modo que no podemos obtener pruebas de Su existencia de ninguna otra parte que no sea Brahman mismo. No hay cualidades especiales que le puedan atribuir a Dios. E'1 punto que cabe subrayar es que Brahman existía ya con anterioridad a todos los comentarios y exposiciones que hayan aparecido, de modo que ninguno de ellos puede realmente explicar Su naturaleza. El mundo material (Prakriti) y el mundo inmaterial (Nivriti), giran ambos en torno de Dios y están próximos a El. Todo lo que existe en forma de conocimiento, incluyendo la ignorancia, es simplemente Dios. La base para todo es Dios mismo. Como Dios fluye como una corriente en forma ininterrumpida y continua, comprenderlo es un asunto muy dificil. Lo que debemos entender es que, aunque la corriente fluya de manera ininterrumpida, no pierde nada de su plenitud. Este tipo de plenitud toma la forma que le dan los tres nombres de Ida, Saraswati y Bharati. También toma los tres lugares correspondientes de Vasu, Rudra y Aditya. Este poder o esta forma toma también los nombres de Sasi, Gouri y Savitri. Estas tres diosas establecen la forma en que ha de moverse el mundo. Nuestra tradición espiritual ha predicado también que la conexión entre esta trinidad de Diosas es un nexo inseparable. Las tres están siempre juntas y no las pueden apartar de una de las otras dos. El lugar natural que toma Aditya es Bharata. El lugar natural que toma Rudra es Savitri y el lugar natural para Vasu es Ida. Vasu, Rudra y Aditya representan la forma natural del Veda Van¡. Para el nombre de Aditya podemos tomar como equivalente verdadero a la palabra Bharata.

El nombre Bharata es sinónimo de Aditya y hemos de reconocer que esta palabra no se aplica únicamente a un país sino al mundo entero. Pensar que esta palabra Bharata, que ha adornado el aspecto de Aditya, representa un término limitado, es una forma incorrecta de interpretarla. Estas son palabras sagradas y védicas. No es posible describirlas plenamente en términos de palabras que no son de origen védico. Incurrir en el intento de explicar los sagrados mantras con palabras que han venido mucho más tarde, será una labor incompleta, porque los mantras mismos provienen de tiempos inmemoriales. Si hacemos el intento de emplear palabras comunes que han entrado en boga muy posteriormente para describir el aspecto de Brahman, no resultaría fiel, ya que por esta vía estaríamos limitándolo. Es en este contexto que se ha dicho que no resulta posible entender la Divinidad con la mente, los ojos o, incluso, la inteligencia de uno, ni llegar a aprehenderla. Esto se debe a que Dios apareció mucho antes que llegaran a existir la mente o la inteligencia, y, por ende, algo que ya existía no puede ser descripto por medio de palabras que aparecieron mucho más tarde. ¿Le es posible a un hijo pequeño describir las cualidades de su padre que existía muchos años antes de que él naciera? No es posible describir el aspecto infinito en términos de palabras y experiencias finitas. Los Maharshis, que eran bien versados en los Vedas y mantras, comprendieron que no era posible explicar o describir el aspecto de Brahman con palabras, de modo que lo indicaban únicamente por su silencio.

Indicaron que únicamente la experiencia puede representar la vía correcta para ver a Brahman en este contexto, y que la exposición no es lo adecuado. En este mundo resulta bastante fácil crear algunas palabras y describir algo que no entendemos. Creamos palabras como nirguna, nirakara, niranjan, etc., pero no sabemos siquiera su significado. ¿De qué sirve describir algo que no conocemos con palabras que no entendemos? Esto se ha convertido en un error común que todos cometemos. Sankara entregó un bello ejemplo para esto. Sólo cuando algo existe podemos describir su antítesis u opuesto. Si en el mundo material no hubiera algo que se relacionara con lo espiritual, no podríamos pensar en explicar su antítesis.

Si llegaran a aceptar que todos los materiales son una sola y la misma cosa y que no hay diferencia entre ellos, ¿qué sentido tendría que aceptaran una cosa y rechazaran la otra? De modo que si han llegado al nivel en el que son capaces de reconocerlo todo como un aspecto de Dios, ¿como podrían decidir qué es lo que habrían de rechazar o aceptar? A ese nivel, cualquier cosa que hagan, como aceptar o rechazar en este caso, no será sino un reflejo de vuestra propia mente.

Si no han logrado el concepto de la unidad básica única, no podrán tener el concepto de lo múltiple. Pueden avanzar y comprender el significado de lo múltiple solamente cuando hayan logrado un claro concepto de la base única. Es por ello que decimos: "Del Uno surgen las múltiples manifestaciones diversas". El conocimiento o la sabiduría con cuya ayuda llegamos a realizar este aspecto de la unicidad se llama devoción. Esto es lo que la devoción le capacita a uno a realizar.

Es la práctica en nuestro país que cuando alguien quiere adorar a Dios, toma una imagen del Señor que representa la propia forma. Y así, asociará con el Señor a una cabeza, un cuerpo, miembros, etc., iguales a los que él mismo posee. Esta imagen se basará en la idea que tenga de sí mismo. Desea representar al Señor a su propia imagen. También existe en cada individuo un sentimiento natural de pensar que Dios es algo mucho más grande, más alto que él mismo. Si le preguntaran a un búfalo sobre cómo es Dios, seguramente que les responderá que Dios es como un búfalo, sólo que muchas veces más alto y muchas veces mayor. Así también resulta natural que cada individuo se imaginará a Dios como algo mucho más grande que él y muchas veces superior en fuerza y en capacidades. Podemos ver en esto, que le hemos atribuido una forma y dado un nombre a Dios dependiendo de nuestros propios conceptos, aunque El mismo no tenga ni forma ni atributos. Los atributos que se le adscriben los hemos proyectado nosotros e incluso la forma que asociamos con El depende de nuestras propias nociones, pero Dios mismo no tiene ni nombre, ni forma, ni atributos. Un bebé recién nacido no llega con un nombre unido a él, sino que al décimo día o después, los padres o los parientes cercanos le dan un nombre. Para el bebé, los padres y los parientes existían antes de su nacimiento y por ello pudieron darle un nombre. Para el Absoluto Universal no hay nadie que existiera antes que El, de modo que nadie puede darle ningún nombre. Los devotos que adoran a Dios y que prosperan en la Gracia de Dios, comienzan a darle algún nombre de acuerdo con su propia experiencia y con sus propias nociones de El. Lo que realmente hace la gente, es tomar a esta Divinidad Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente y darle algún nombre y alguna forma y luego, experimentar la dicha que ello les proporciona. Dependiendo de la fuerza de la devoción del devoto y de acuerdo al apego que desarrolle por El, Dios se convierte en su compañero y le brinda Su ayuda.

Uno podría preguntarse con respecto a la gente que no adora a Dios, ¿es que El no les ayuda? Ni la gracia ni la bondad, ni el enojo ni la complacencia tienen su origen en Dios. Estas cosas no dependen sino de los devotos. Para entenderlo podemos tomar un ejemplo. Si alguien se acerca a una fogata, se le irá el frío y podrá sentir el calor del fuego. Si no se acerca a ella, no se le quitará el frío ni sentirá el calor. En otras palabras, sentir frío o calor dependerá de lo cerca que esté del fuego. De manera similar, que experimenten o no la Gracia y la Bondad de Dios, dependerá de cuánto se acerquen a El. Es en este contexto que nuestros ancestros usaron las palabras de "Upasana" o "Upavasa". "Upa" significa cerca y "vasa" significa'residencia, de modo que Upavasa simplemente quiere decir que cuando están cerca de Dios desaparecerán todas las malas cualidades que tengan y adquirirán las buenas. La palabra "Upasana" significa que están sentados junto al Señor. También la palabra "Upanishad" puede interpretarse como "Upa" = cerca y "ni" = sentarse, de modo que significa "acercarse al Señor y sentarse". Lo que implica es que han de acercarse al Señor y sentarse, puesto que no pueden tomar una posición por encima de El, debido a que están llenos de dudas. Aquí estarán en la posición de "Twam" y Dios en la de "Tat", vale decir, El está en una posición como para aclarar todas vuestras dudas y ustedes habrán de sentarse y dejar que las clarifique. La relación entre "Twam" y "Tat" es aquella en que el conocimiento ha de fluir desde "Tat" hacia "Twam" y es por ello que esto se ha llamado "Tat Twam As¡". "Twam" es el punto desde donde se generan las preguntas y "Tat" es el punto desde donde provienen las respuestas. Debido a que "Tat" es una posición del saber, allí no caben preguntas. "Tat" está pleno de conocimiento.

En este contexto decimos que, dependiendo del grado de Amor o afecto con que uno se acerque al Señor, Dios actuará en reciprocidad y mirará al devoto con el mismo grado de Amor y de Gracia. Hay un pequeño ejemplo para esto. Para aquellos devotos que adoran y respetan a Dios y que creen en El desde lo profundo de sus corazones, Dios se convierte en su compañero y guía. Durante el noveno día de la batalla del Mahabharatha, el anciano abuelo Bhishma lanzó múltiples tipos de ataque en contra de los Pandavas. Todas las flechas que lanzaba el enemigo sobre ellos venían cargadas de fuego y destrucción. Pero todas estas armas que pretendían herir a Arjuna, en realidad lo protegían, y la razón para ello era que el Señor mismo iba como su auriga y, en estas circunstancias, las armas no sólo no le causaban daño sino que hasta le ayudaban. Krishna nunca le confió a Arjuna cuál era el secreto en esto. Pero al noveno día, sintiendo que la victoria estaba de su lado, al volver a su campamento Arjuna se sintió algo arrogante y con algo de orgullo. En el momento en que uno se vuelva orgulloso y desarrolle ego, es natural que se produzca una situación en que se olvide hasta de su naturaleza humana. Es una experiencia común que cuando alguien va en un automóvil, no sea el dueño que se baje primero, sino que lo haga el conductor y le abra la puerta. De acuerdo con esta misma práctica, Arjuna no quiso bajar primero de su carro. Pensó que Krishna, su auriga, había de hacerlo y pararse junto a la bajada para que él pudiera bajar luego orgullosamente. Pero Krishna se dirigió a él como a su cuñado y le pidió que bajara primero y se alejara del carro. Como Arjuna a veces mostraba ciertos rasgos de testarudez, no quiso escucharle. Se le había puesto en la cabeza que Krishna había de bajar primero, para poder bajar él a continuación. Pero, después de algunos instantes, pensó que no era cuerdo pelear con Krishna, especialmente con la guerra sin terminar y con batallas aún por delante, de modo que descendió del carro y entró al campamento. Krishna le siguió indicando que se alejara más. Después de irse Arjuna, Krishna saltó del carro y, de inmediato, éste estalló en llamas y se quemó. Cuando se le preguntó por qué razón había sucedido aquello, Krishna explicó que todas las armas que habían sido usadas ese día eran mortales y estaban llenas de fuego y dijo que había debido tenerlas bajo control poniéndolas bajo sus pies. Indicó que si hubiera bajado antes que Arjuna, éste habría quedado en el carro y se habría quemado con él. Agregó que se había quedado en el carro hasta que Arjuna lo abandonara, para protegerlo y que luego había saltado El mismo.

Es en este contexto que Krishna también fue llamado Bharata, debido a Su naturaleza que todo lo penetraba. El significado de esto es que el aspecto de Bharata está conectado con Aditya, y Aditya, a su vez, con Agni y, por lo tanto, si desean controlar a Agni, sólo han de ponerla en otro lugar en el que esté Agni. Dos días antes de este episodio, Krishna había manifestado otro tipo de protección. Bhishma le juró a Duryodhana que haría algo terrible y que mataría a todos los Pandavas. Draupadi, al escucharlo, se aterró. Tuvo miedo porque sabía que Bhishma era muy fuerte y que en cosa de instantes podía matar y eliminar a todos los Pandavas. Temía que la iba a dejar sin maridos al matarlos a todos. Con todo este miedo dentro de ella, no tenía a quién recurrir para expresarlo. No le quedaba sino una sola persona y ella era el Omnipresente Señor Krishna. Fue a orar y le pidió que, ante la amenaza de Bhishma, tenía que salvarla y protegerla. Dios es de tal índole que se someterá El mismo a las limitaciones que haya creado. El Señor le dijo a Draupadi que estaba preparado para rescatarla y protegerla, pero le indicó que ella también tenía que poner esfuerzo de su parte. Le dijo: "Yo resido en tu corazón como el Alma y, por ende, si eres capaz de llamar al orden a tus propias fuerzas, podré sumarme a ellas". Si tomamos un trozo de leña y lo movemos de arriba a abajo, no se generará fuego. Tendremos que tomar dos trozos de leña similares y frotarlos vigorosamente el uno contra el otro y así generaremos fuego. Es por ello que Krishna dijera: "Cuando mi aspecto de Divinidad que se encuentra presente externamente y mi propio aspecto que está dentro de ti como Alma se juntan, sólo entonces se obtendrán resultados útiles". Como en la analogía de la corriente eléctrica, no obtendremos beneficio alguno de ella si tenemos sólo el aspecto negativo o el positivo. A menos que ambos vengan juntos, no habrá resultado alguno. El Señor dijo: "Yo puedo dar la Gracia de Dios, mas tú tendrás que aportar el esfuerzo humano. Si no se juntan la Gracia de Dios y el esfuerzo humano, no se pueden obtener resultados". De inmediato, Draupadi preguntó qué debía hacer y expresó que haría cualquier cosa por salvar a sus maridos. Solicitó que se le aclarara en qué debía consistir su esfuerzo. El Señor le dijo que debía ir hasta la casa de Bhishma esa noche y actuar como El se lo indicaba. Cierto era que en el campo de batalla Bhishma había jurado, pero luego, cuando volvió a su casa, se sintió enfrentado a un gran dilema y se preguntaba cómo podría cumplir su promesa y cómo podría matar a los Pandavas que eran las personificaciones de la Rectitud. También estaba angustiado, porque cuando no se cumple una promesa, toda la vida de uno será inútil. Sumido en estas cavilaciones, caminaba de un lado para otro en su residencia. Mientras Bhishma luchaba consigo mismo, todos los demás dormían después de la agotadora batalla del día. Entonces Krishna fue a despertar a Draupadi y le indicó que se disfrazara de alguna manera, cubriéndose con una gran manta, y le siguiera. Krishna iba adelante y Draupadi le seguía, porque sin saber dónde residía Bhishma, se dejaba guiar por Krishna. Cuando llegaron a su destino, Krishna se detuvo y le dijo a Draupadi que Bhishma estaba insomne, de modo que ella podía entrar quedamente a la casa y caer a los pies de Bhishma.

Cuando Draupadi se iba alejando, Krishna se dio cuenta de que llevaba zapatos, los que en aquellos días usaban las personas ricas, y que hacían mucho ruido. La hizo detenerse y quitárselos y luego los envolvió y los sostuvo en su mano. Draupadi entró en la casa de Bhishma y le encontró paseando agitado, se acercó hasta enfrentarlo acompañada por el tintineo de los adornos y brazaletes que llevaba, y de inmediato se dejó caer a sus pies. Por los brazaletes, Bhishma se dio cuenta de que se trataba de una mujer casada y de familia, de modo que la bendijo diciendo: "Ojalá te mantengas en esta condición de llevar estos ornamentos y de ser una mujer casada por mucho tiempo". Esta fue la bendición que pronunció espontáneamente para Draupadi. Entonces ella se puso de pie, derramando lágrimas de alegría. Bhishma se sorprendió al ver esta reacción. Y le dijo: "Te he bendecido deseándote mucho tiempo de casada, pero también he pronunciado el juramento de darle muerte a tus maridos. ¡En qué contradicción me he metido! Es seguro que no has venido por ti misma a estas horas de la noche. Alguien debe haberte dado la idea para hacer que sacaras esta bendición de mí". Draupadi le contestó que nadie fuera del Señor Krishna le habría podido ayudar en estas circunstancias. Al escuchar el nombre de Krishna, Bhishma miró buscándolo y Krishna entró sosteniendo los zapatos de Draupadi envueltos en su manto. Bhishma tocó el atado y se dio cuenta de que contenía los zapatos de Draupadi. Entonces dijo que Krishna era tan grande que, si se alcanzaba Su Gracia, él incluso llegaba a llevarle los zapatos a sus devotos. Fue al día siguiente que sucedió que todas las armas que iban dirigidas a Arjuna fueron recibidas por Krishna y Arjuna fue protegido.

Krishna se dio cuenta de que el cuerpo de Arjuna le causaba molestias y éste se sentía apesadumbrado porque Krishna sufría por él. Pensando de este modo, comenzó a desanimarse y Krishna sintió que si dejaba que esta situación se prolongara, era seguro que Bhishma le mataría y la victoria estaría de su lado. En esta coyuntura, Krishna saltó del carro de combate y salió El mismo a enfrentar a Bhishma y Bhishma se dio cuenta de que Dios mismo venía hacia él para matarlo y para proteger a Arjuna. Entonces Bhishma le rezó a aquella persona que venía a matarlo, por ser el Señor mismo, en los siguientes términos:

"Mientras desciendes del carro con un salto, el brillo de tus aros llena todo el cielo. El universo que hay dentro de ti se sacude de tal manera que el mundo es incapaz de soportar el golpe. Mientras avanzas con la rueda en la mano, el manto resbala de tus hombros. Mientras Arjuna ruega nuevamente diciendo: `He puesto toda mi reputación en tus manos, con plena fe en ti... por favor no me abandones'... Como un león, ruges: `Hoy, seré Yo quien mate a Bhishma y te salvaré a ti' y le pides a Arjuna hacerse a un lado y dejarte ir. ¡Oh Dios! Avanzas como un trueno... Tú solamente eres mi salvador y nada más... ¡Sálvame mientras pido tu protección!"

Toda la situación cambió en esos momentos y Krishna sintió una gran compasión por Bhishma. Aquí se hace necesario que entendamos el contexto en el que Bhishma había ofrecido sus plegarias. Es muy natural que le recemos a Dios si alguien viene a hacernos daño. Aquí debemos ver que Bhishma no reconoció a ningún otro Dios. El Dios que venía a dañarle era para él el único Dios y se dirigió a Krishna mismo que venía a dañarle, para que lo salvara. Debemos observar aquí la unicidad del Dios al que Bhishma rezaba. La Fuerza Divina puede ser entendida sólo por la Divinidad y puede ser controlada únicamente por la Divinidad. Nadie más puede entender o controlar la Fuerza Divina. El aspecto de Dios es aquello que está en posesión de tal Fuerza Divina que puede ser controlada únicamente por la Fuerza Divina. Estos aspectos de Dios que nos permiten realizar la unicidad de la Divinidad, son los aspectos contenidos en la trinidad de Ida, Saraswati y Bharati. Estas tres formas son las que protegen y satisfacen a todo el mundo. Sería lamentable que pensemos que la palabra Bharati, que expone un significado tan infinito, provenga del nombre de algún rey y que no sea una palabra védica. Es una palabra védica. No ha derivado de rey ni de país alguno. Hay muchas palabras en nuestros Vedas que describen el aspecto de Bharat y que exponen la grandeza de Bharat.