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Discursos dados por Sai Baba

21. 10/06/73 La Rectitud siempre protegerá a quienes adhieran a ella

La Rectitud siempre protegerá a quienes adhieran a ella

La Rectitud siempre protegerá a quienes adhieran a ella

10 de Junio de 1973

Con palabras huecas uno jamás podrá experimentar la dicha o la felicidad. Sin plantar antes las semillas, nadie puede obtener los frutos de la Tierra.

¡Estudiantes!: El Universo creado por la voluntad de Dios es la corporificación de la Bienaventuranza. La Naturaleza y Dios aparecen como diferenciados, mas su unidad puede ser reconocida por las dulzuras que prevalecen en ellos. Con el propósito de que puedan ser comprendidos, se han dividido y se les han dado los nombres de Mukti Dhama, Vaikunta Dhama y Goloka Dhama, los que corresponden respectivamente a la Liberación, la Devoción y la Sabiduría.

Mukti Dhama representa la senda a lo largo de la cual uno inquiere sobre las variadas formas y nombres que son visibles en la Creación, los que siendo impermanentes, le llevan a uno a darse cuenta de que el Eterno Absoluto Universal que es el Dios Sin Forma ni nombre, constituye la Esencia de la Realidad. Por esta senda uno alcanza el aspecto del Yoga y a través del Yoga uno llega a la Liberación. A ello responde la denominación de este camino.

Por otra parte, si uno entrega su ego al Señor, piensa en El y solamente en El en todo momento, estaría siguiendo la senda de la devoción y ella se denomina Vaikunta Dhama.

Si uno desarrolla ideas nobles en los tres estados, es decir, en el denso, el sutil y el causal, y goza de una dicha continua reconociendo la unicidad de todo, desarrollando plenamente la convicción de su identidad con Dios, estará siguiendo la senda que se denomina Goloka Dhama.

La naturaleza del hombre es tal que va cambiando de un momento a otro. La mente cambiante es la que vela la verdadera naturaleza del Yo de cada uno. Debido a esta ignorancia, cada uno ve dualidad en el mundo y comienza a disfrutar de los cambios. Aunque uno fuera un buen cantante, por ejemplo, si no hace más que interpretar la misma canción, con la misma entonación todo el tiempo, cesará de resultar atractivo. Aunque no es visible, una canción consiste en una serie de sonidos agradables. Cada sonido tiene una forma y un nombre particulares. El hombre desea disfrutar de diferentes melodías con sus diferentes nombres y formas. Aunque el mundo es uno solamente, se muestra a través de diferentes percepciones sensoriales como sonido, tacto, vista, gusto y olor, debido a que está entremezclado con varias cualidades. De igual manera, pese a que el Yo consciente es uno solamente, asume variadas formas y npmbres, debido a sus anteriores acumulaciones de impresiones.

Creemos equivocadamente que lo que se ve es verdadero y que es falso o irreal lo que no se ve. De hecho, el aspecto invisible constituye la base de lo que vemos. En un gran árbol que vemos, por ejemplo, hay frutas, hojas y ramas. La base para todo ello la constituyen la semilla y las raíces que no vemos. Todas las mansiones que podemos observar tienen como base los cimientos que están bajo tierra y que nos resultan invisibles. La responsabilidad para la felicidad o la belleza del hombre o para su sufrimiento o su fealdad, recae en la mente y en su comportamiento. Lo que vemos exteriormente como un hombre y todas las cualidades que exhiba dependerán, en último término, de lo que no vemos, y ello es su mente. Si un caballo cuyo propósito es tirar de un carruaje, se sienta en el pescante, ¿podrá tirar de él? Al igual que el caballo sentado en el carruaje no puede tirar de él, el Principio Divino en nuestro cuerpo, destinado a impulsarlo por el trayecto de la vida, no puede hacerlo si no se libera de él. El hecho de que uno esté sentado en un vehículo no implica que uno sea el vehículo. A lo sumo uno podrá ser quien lo conduce. El Yo que está en el cuerpo humano no lo puede guiar en tanto esté bajo la ilusión de ser idéntico con él. Sólo cuando pueda desechar esta sensación ilusoria y uno se desvincule del cuerpo, podrá el "sí mismo" tomar el control de la situación.

El Bhagavad Gita nos entrega una serie de lecciones para permitirnos llegar a desvincularnos de estos aspectos corporales y para guiarnos por el camino correcto. Un joven estudiante entre ustedes me preguntó hoy acerca de lo que había dicho Krishna en el Gita respecto a los seres humanos que desechan sus cuerpos para tomar otros al renacer, del mismo modo en que desechamos una camisa vieja y gastada y nos ponemos una nueva y en buen estado cuando se hace necesario. Señaló que ello le parecía apropiado en el caso de personas ancianas y enfermas, pero preguntó cómo podría aplicarse esto al caso de gente joven, cuyo cuerpo está aún sano y lleno de capacidades. ¡Estudiantes!: Lo dicho por Dios resulta muy dificil de entender y el sentido puede ser percibido tan sólo con Sabiduría. Unicamente aquellos individuos que tienen una profunda fe en Dios y que saben de las vías que Dios elige a veces, pueden descifrar estas cosas. Lo que sea una camisa vieja o nueva puede entenderse únicamente si lo miramos desde una perspectiva adecuada. (quiero explicarles esto más en detalle. Van a Cachemira en verano y se encuentran con que las telas de lana se venden a muy buen precio. Adquieren un corte, lo traen consigo, lo guardan en un baúl y se olvidan de él. Después de cuatro o cinco años, al ordenar sus cosas, lo encuentran, lo llevan donde un sastre y le encargan un traje. Lo usan para asistir a una recepción y ven con sorpresa que el pantalón se rasga. Se preguntan cómo es que un pantalón nuevo puede desgarrarse tan rápidamente. De hecho, aun siendo nuevo el pantalón, la tela es bastante vieja. De manera similar, puede que vuestro cuerpo sea joven, mas la naturaleza y la edad del Alma Individual pueden ser de gran antigüedad.

Otro estudiante me planteó una pregunta respecto a la corrección de lo que había hecho Dharmaraja cuando gritó que Aswathama había muerto, aunque agregara en voz baja que el que había muerto era un elefante con ese nombre. No cabe duda de que Dharmaraja creó la impresión de que había fallecido el joven Aswathama y, en este sentido, engañó a quienes le escucharon. ¿Era correcta su actuación o se justificaba? En este caso hemos de recordar el hecho real de que aquel día había muerto un elefante que llevaba el nombre de Aswathama, como Dharmaraja lo indicara en un murmullo. También es cierto que Krishna le había indicado actuar así, con la intención de restarle fuerzas al guerrero Dronacharya, actuando sobre el apego que sentía por su hijo. Krishna convenció a Dharmaraja en cuanto a que no estaría diciendo una mentira si anunciaba en voz alta la muerte de Aswathama, agregando en voz baja que se trataba del elefante. Dharmaraja no hizo sino obedecer al Señor. El que Dronacharya no pudiera oír la palabra elefante fue su propia culpa y no la de Dharmaraja.

La guerra había terminado. Todos descansaban en una tienda. Dharmaraja, sintiéndose apesadumbrado, se dirigió a Krishna y le rogó explicarle por qué le había ordenado conducirse. de una manera inconsistente con su nombre y reputación. Krishna le respondió que El jamás hacía algo que no fuera justo o correcto y que nunca le pediría a sus devotos actuar de otro modo. Todo lo que haga tiene un sentido y una razón. Y para explicarlo, dio el siguiente ejemplo. Si un ladrón entrara de noche wvuestra casa robando algunos objetos de valor y luego escapa por una huella estrecha y llena de arbustos espinosos, tendrían que seguirlo por la misma huella si quieren detenerlo; no pueden esperar hacerlo si toman la carretera, en consideración a que es ancha y está,libre de espinas. Si desean alcanzar al ladrón, deberán perseguirlo por el mismo camino estrecho que tomara para escapar. Así también Dronacharya, un Brahmin, un Gurú y una persona versada en todos los Códigos Morales y los principios de la Conducta Correcta, cuyo lugar apropiado habría estado allí en donde se imparte saber, ha venido al campo de batalla, violando todos sus deberes tradicionales. Esto constituye el primer desacierto que cometiera. Además, eligió combatir a los Pandavas que eran sus discípulos. Este fue su segundo error. He venido a este mundo para restablecer la Acción Correcta. Con el objeto de triunfar sobre la injusticia tuve que perseguir a Dronacharya por el mismo camino que él había elegido para transgredir las normas de la Rectitud.

Puede que surja en ustedes otra duda respecto de esta situación. Después de describir la conducta de Dronacharya como equivocada, cuando eligió luchar en contra de sus propios discípulos, ¿no deberíamos considerar como errónea la decisión de los Pandavas de luchar en contra de su propio preceptor? Esto no puede constituir un desacierto de los Pandavas. Desde un comienzo mismo siguieron los dictados del Señor. Adhirieron a la senda de la Rectitud. Incluso después de que ambos ejércitos se alinearan en el campo de batalla y dejaran oír sus respectivos sones de combate, Dharmaraja se quitó sus atavíos de guerra, dejó de lado las armas y caminó descalzo hasta su Gurú. Al verle así, los Kauravas pensaron que venia a rendirse y se llenaron de júbilo sintiendo que los Pandavas habían sido derrotados. No sólo fue eso, sino que también sus hermanos se sintieron molestos. Krishna, sin embargo, conociendo el impulso que movía a Dharmaraja, les sugirió a los demás que siguieran al mayor como lo habían hecho toda la vida. Aunque les había sorprendido esta conducta, no quisieron desobedecer al Señor, de modo que también se quitaron los atavíos de guerra, dejaron las armas de lado y siguieron descalzos a Dharmaraja. Se dirigieron todos primero hacia Bhishma y le hablaron así: "Tú eres nuestro abuelo y has sido nuestro padre desde que él muriera. Nos criaste con afecto. Tenemos que luchar en contra tuya. Por favor, otórganos tu permiso". Bhishma se sintió tan conmovido por la Conducta Correcta de Dharmaraja, que de inmediato les bendijo y les concedió el permiso solicitado. Luego caminaron hacia su preceptor Dronacharya y le hablaron así: "Tú has sido nuestro Gurú. Mientras Aswathama es tu hijo carnal, también nosotros hemos sido tus hijos, puesto que nos has educado. Sin embargo, las circunstancias hacen que debamos luchar en contra tuya. Por favor, concédenos el permiso para hacerlo". El corazón del Gurú se derritió de inmediato. Besó a Dharmaraja y dijo: "Quienquiera que proteja los dictados de Dios será a su vez protegido por ellos. Es así que les bendigo. La victoria será vuestra debido a esta meticulosa observancia de las reglas virtuosas de que hacen gala". Esta observancia de los Pandavas de los Principios del Recto Comportamiento, justo antes de comenzar la batalla, constituyó uno de los rasgos más encomiables de sus vidas. Es por ello que resulta tan absolutamente claro que no engañaron deliberadamente a Dronacharya.

¡Estudiantes!: Es posible que las historias que lean en las Escrituras puedan, ocasionalmente, despertar dudas. en vuestras mentes. No se dejen confundir, tengan la seguridad de que no hay acto alguno de Dios que carezca de propósito. Deben tener fe en que estas historias e incidentes que aparecen en nuestros textos sagrados, como el Bhagavata y el 13hagavad Cita, buscan establecer y mantener la Rectitud. Mientras trabaja por el bien del hombre, hasta Dios ha. de adoptar planes que no nos resulten fácilmente comprensibles. Su deseo de proteger a sus devotos, por un lado, y el sustentar la Verdad y la Conduct, Recta por otro, lo llevan a hacer cosas que nos parecer. confusas en una evaluación de lo aparente. Hay otro ejemplo en el cual Dios hizo algo aparentemente incomprensible para proteger a sus devotos. Sucedió en el último día de la guerra del Mahabl:aratha.

Todos los Kauravas habían perecido. La única excepción era Duiyodhana. Cuando se aproximaba a su fin, le pidió a su amigo Aswathama que hiciera algo para darle coraje y alivio. Aswathama le aseguró y juró que antes de que amaneciera el día, mataría a todos los Pandavas y le traería la noticia para tranquilizar su mente y satisfacerle. Se dirigió entonces al templo de Kali para pedirle fuerzas. Kali, hablando desde lo invisible, le señaló que siendo que se atenían a la Lea: Divina, los Pandavas estaban protegidos por esta misma conducta suya y que nadie podía darles muerte. Sin embargo, Aswathama insistió en seguir adelante con su propósito y, por su determinación, logró arrancarle una bendición general a Kali. Sabiendo de la promesa hecha por Aswathama, Krishna decidió salvar a los Pandavas y se dirigió a ver a Durvasa. El sabio le dio la bienvenida al Señor. Krishna le dijo que debía llevar a cabo una tarea y que Durvasa había de cumplir con ella. El sabio se llenó de júbilo y accedió de inmediato a cumplir con lo que le pidiera el Señor, con la salvedad de que no diría una falsedad. Krishna le aseguró que jamás le pediría mentir; le pediría decir la verdad, aunque ateniéndose a sus instrucciones. Entonces, le comunicó a Durvasa el plan de Aswathama y le pidió proteger a los Pandavas durante esa noche. Había de cavar un foso, hacer que los Pandavas se escondieran en él, cubrirlo con una plancha y sentarse él mismo sobre ella. Si venía Aswathama, como lo haría algunas horas más tarde, y preguntaba acerca de dónde se encontraban los Pandavas, Durvasa había de decir la verdad, pero enfatizando algunas palabras. Durvasa accedió. Aswathama buscó a los Pandavas por todas partes y no pudiendo hallarlos, llegó hasta Durvasa esperando que el sabio que todo lo sabía pudiera indicarle dónde encontrarlos. Alabó a Durvasa por su conocimiento divino y le preguntó sobre dónde podrían estar ocultándose los Pandavas. Durvasa recordó lo que Krishna le había indicado y, pretendiendo enojo, gritó: ",Los Pandavas?...; Están ocultos bajo mis pies!" Aswathama, temiendo la ira del sabia, tomó sus palabras como manifestación de disb esto y semarchó. De esta manera el Señor pudo proteger a sus devotos y Durvasa no tuvo que decir una mentira.

Les he dado hoy las respuestas a las dos preguntas seleccionadas, con el objeto de fortalecer vuestra fe en nuestra mitología y en nuestras Escrituras Religiosas. Hasta tanto no sean capaces de desarrollar la fe y de adquirir la fuerza necesaria como para descifrar el significado interno de las muchas historias que contienen nuestros textos sagrados, habrán de recurrir a sus mayores. Esto les pondrá sobre el camino correcto. Pondré fin ahora a este discurso y recibiré otras preguntas en los días venideros.