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Discursos dados por Sai Baba

23. 08/10/05 Dasara (2º dia) : Con coraje y pureza, realiza la Divinidad

CON VALOR Y PUREZA REALICEN A LA DIVINIDAD

CON VALOR Y PUREZA REALICEN A LA DIVINIDAD

8 de Octubre de 2005

Sai Kulwant Hall – Prasanthi Nilayam

Dasara (2º dia)

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Cada quien tiene que enfrentar las consecuencias de sus acciones. ¿Quién hizo que los murciélagos colgaran de las ramas de un árbol con sus cabezas para abajo? ¿Alguien los ató patas arriba por odio? No, es su destino. De igual forma, nadie puede escapar a las consecuencias del karma.

(Poema en telugu)

¡Encarnaciones del Amor!

Ayer les estaba contando acerca de la coronación de Parikshit. En esa oportunidad muchos le ofrecieron consejo y lo asistieron. Muchos lo apoyaron para que progresara. Parikshit era muy joven, casi un niño. No era fácil educar a un muchacho pequeño para que se convirtiera en un emperador eficiente. No quedaban mayores vivos en el linaje de los Pandavas. Bhima, Arjuna, Dharmaja, Nakula y Sahadeva habían iniciando su viaje a los Himalayas. El único representante del clan de los Pandavas era este pequeño muchacho Parikshit. Comenzaron a impartirle educación de la manera tradicional. Sin embargo, no había nadie que pudiera ascender al trono, salvo él. El muchacho estaba así atrapado en una situación compleja. Él, sin embargo, prosiguió en el camino mostrado por los tres preceptores disponibles. El joven Parikshit estaba desecho en lágrimas y les suplicaba a su tío abuelo y a su abuela (Dharmaja y Draupadi) diciéndoles que no era justo de su parte abandonarlo con una responsabilidad tan pesada sobre sus hombros. Dharmaja le dijo al muchacho que las consecuencias del paso del tiempo eran ineludibles. Hasta Krishna, quien había sido su apoyo constante, también los había dejado para que se defendieran solos. Ellos no tenían otra elección sino la de seguir los pasos de Krishna. Después de todo, habían sido estrictos adherentes del consejo y guía de Krishna. Krishna trató a los Pandavas como amigos del alma. Los había educado como a Sus propios hijos. Había sido su pariente más cercano. De hecho, Él los había sostenido en todas las relaciones posibles. Sólo Él era su refugio. Por lo tanto, le aconsejaron a Parikshit que enfrentara sus responsabilidades con valentía y confianza. De allí en adelante, aguardaron un tiempo para ver cómo Parikshit encaraba la situación. Parikshit respondió valientemente que él no eludiría sus responsabilidades ni tampoco dejaría que se deteriorara la gloria de su linaje. “Yo gobernaré este reino”, afirmó. Estaba lleno de confianza y valor. Dharmaja y Draupadi quedaron felices y aliviados. Les sorprendió el valiente comportamiento del muchacho.

Debemos notar algunos eventos que sucedieron en ese momento. Dharmaja estaba en su forma humana y se preparaba para proseguir a los reinos espirituales y divinos. Para ir del reino terrenal al reino divino se necesita mucho valor. Dharmaja atravesó todo el plano de lo espiritual y lo mundano e hizo el ajuste apropiado para lograr la habilidad de avanzar a los reinos divinos. De hecho, él obtuvo esa capacidad al ver la autoconfianza del joven Parikshit. Parikshit entonces recordó lo sucedido anteriormente. Él se había dirigido a cada uno de los Pandavas y les había pedido que asumieran la responsabilidad de gobernar el reino. Pero todos ellos se habían rehusado y habían insistido en que sólo Dharmaja estaba calificado para gobernar el reino, lo cual era también el deseo del pueblo. Finalmente, acordaron que el joven Parikshit era la única persona apropiada. Oyendo esto, el joven Parikshit sintió temor y cayó a los pies de su abuelo con lágrimas en los ojos, arguyendo si era posible para una persona tan joven gobernar un reino tan grande. Fue Draupadi quien le dio la necesaria confianza a Parikshit. Entonces, se llevó a cabo la coronación de Parikshit como emperador.

El segundo día después de su coronación, Parikshit reunió a todos sus reyes vasallos. La gente pensó que el joven rey estaba asustado y que por eso los estaba reuniendo a todos. Todos los reyes se reunieron y se sentaron en el salón de la corte. Parikshit les habló: “Ustedes ven delante de sí a un joven muchacho como su señor. Pero estén seguros de que no cejaré en el cumplimiento de mis deberes ni tampoco ustedes deben hacerlo. Todos estamos comprometidos en velar por el bienestar de este imperio; por lo tanto, deseo conocer su intención. Ya conozco a algunos de ustedes; a otros ni siquiera los reconozco. Así que tomen su decisión de seguirme por el bien del imperio o de seguir sus propias ambiciones”. Después de que él hablara así, la asamblea se dividió en dos facciones, una apoyando a Parikshit y la otra yendo en pos de sus ambiciones privadas, pensando que el joven rey carecía de determinación y podía ser burlado fácilmente. Después de esto, se desató una guerra entre las facciones. Parikshit peleó la batalla con los nombres de su abuelo Arjuna en sus labios. Arjuna tenía 12 nombres: Arjuna, el puro; Phalguna, nacido bajo la estrella Phalguna; Partha, el vástago del linaje de Prithu; Kiriti, el nacido con una corona; Shvetavahana, el que monta el corcel blanco; Bhibathsu, el que está por encima de la emoción de la revolución; Vijaya, el siempre victorioso; Krishna, el oscuro; Savyasachi, el ambidextro; Dhananjaya, el victorioso dueño de toda riqueza. Así, mientras luchaba, todos los Pandavas estaban presentes a su alrededor (en su forma espiritual). Hasta Draupadi estaba allí. Pocos saben que Draupadi era una gran líder por derecho propio.

Sería un error pensar que Parikshit se zambulló en la guerra como su primer acto como emperador. De hecho, Draupadi fue su mentora, físicamente cuando era un niño y espiritualmente más adelante en su vida. Ella le había advertido que no sería correcto de su parte el dejarse arrastrar a pelear tan pronto fuera coronado rey. Primero tenía que infundir confianza en su propia gente y, gracias al entrenamiento de Draupadi, él pudo lograrlo en buena medida. Todos sus súbditos, jóvenes y viejos lo respaldaron, dirigiéndose a él con afecto y reverencia como maharajá, el rey de reyes. Se volvieron confiados e intrépidos. Con semejante rey ocupándose de su bienestar, ¿qué lugar había para el temor? Y Parikshit los tranquilizaba diciéndoles que a pesar de ser tan joven, lo favorecía plenamente la gracia de Dios y que, por ende, no había poder sobre la tierra que pudiera oponérsele. Únicamente Dios era su refugio. Él emprendió la administración del imperio con plena fe, bajo la guía de Dios.

No piensen que todo este entrenamiento le fue dado solo después de la decisión de los Pandavas de dirigirse a los Himalayas. Desde el fin de la Gran Guerra, se sabía que el único heredero del imperio era el infante hijo de Abhimanyu. Draupadi decidió emprender la tarea de preparar al niño para su futuro papel. Por lo tanto, le dijo a Dharmaja que aunque él era el depositario de todas las virtudes, a veces era propenso a la indecisión. Así, desde el mismo comienzo Parikshit estuvo bajo el cuidado de Draupadi. Aun antes de la coronación formal de Parikshit, Draupadi junto con Dharmaja solían dirigirse al pueblo de Hastinapura diciéndoles que ese pequeño niño era su futuro gobernante. “No se dejen engañar por su juventud. Él está bendecido por la gracia de Dios y está lleno de virtudes reales. El deber del gobernante de una gran población es cuidar de sus necesidades como lo haría una madre. Actualmente es un niño pequeño y necesita vuestro apoyo y protección. Asúmanlo como un deber conferido a ustedes por Dios. Con el debido tiempo él será el rey y cuidará de su bienestar como un hijo respetuoso. A nosotros no nos interesa el disfrute y el placer. Hacemos todo como un deber. Y cuando llegue el momento, él los protegerá y satisfará sus necesidades ya que es en verdad un don de Dios para nosotros y para todos. Todo sucede de acuerdo con la voluntad de Dios. La voluntad de Dios no puede ser alterada por ninguna otra fuerza.”

Así fue cómo Draupadi y Dharmaja ya habían preparado el camino para la coronación de Parikshit. Esa era la forma en que se llevaba a cabo la administración política en aquellos días. Cada persona en el reino tenía que ser cuidada y atendida como los hijos de una familia muy unida. Cuando tiene el control una familia de semejantes mayores e hijos no hay lugar para el temor o la preocupación. Así, Parikshit se volvió un gran emperador. ¿Hay padres que puedan criar a sus hijos de esta manera ahora? Aun si están dispuestos a entrenar a los jóvenes muchachos de la manera correcta, los niños no estarán dispuestos a escuchar. Pero Parikshit era un buen aprendiz así como un líder valeroso. El valor es el medio para obtener resultados exitosos. Esto es también verdadera práctica espiritual. Esa es la verdadera fuerza. Armado con semejante fuerza divina y espiritual Parikshit alcanzó la grandeza. Y a partir de allí el imperio entero prosperó. Semejante protector maternal es muy raro de hallar.

Parikshit llamó a todos sus ministros así como a los representantes del sub-continente y les habló de la importancia de la unidad. De hecho, la pureza depende de la unidad y la pureza es el camino a la divinidad. Con la divinidad, todas las tareas se vuelven fructíferas. Es suficiente sostener y mantener esta pureza tanto en el individuo como en la comunidad. Este concepto del comportamiento individual y colectivo fue enseñado a sus súbditos y de ese modo se creó una comunidad ideal en su imperio. El joven rey Parikshit se acercaba a su pueblo sonriendo y hasta se disculpaba con ellos por cualquier equivocación que él pudiera haber cometido involuntariamente. El tipo de comunicación que debe existir entre gobernante y gobernados fue ejemplificado por Parikshit en plena medida. El joven Parikshit tenía plena fe en Dios, cuya benevolencia y amor aseguraba su bienestar y el de sus súbditos.

Tengan todos ustedes la misma fe firme en Dios y mantengan su pureza y pueden estar seguros del éxito de su sadhana (práctica espiritual).


Traduccion Arlette Meyer

Revision Mercedes Wesley