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Discursos dados por Sai Baba

14. ??/05/95 Los devotos inmortales del Señor (21 al 29 de mayo)

discursos del 21 al 29 de mayo

discursos del 21 al 29 de mayo

Mayo de 1995

Curso de verano

La relación inextricable entre los devotos y el Señor, una relación mantenida por una fe incuestionable e inquebrantable por un lado y un cuidado continuo y amoroso del devoto por el otro lado, fue el tema central de la serie de discursos dados por Bhagavan durante el Curso de Verano de diez días a los estudiantes en Brindavan, desde el 20 de mayo hasta el 30 de mayo. Bhagavan tomó para cada discurso un episodio del Bhagavatam para destacar enseñanzas iluminadoras sobre la naturaleza de la devoción y el papel importante de la Divinidad al ir al rescate del devoto. Publicamos aquí historias narradas por Bhagavan desde el 21-5-1995 hasta el 29-5-1005.

El Avatar Krishna

(Del primer discurso el 21-5-1995)

Hay cuatro calificaciones que todos necesitan para comprender el significado subyacente del Bhagavatam, que describe la devoción como un puente entre la Divinidad y los devotos. Ellas son:

1. Huir de la mala compañía.

2. Buscar la compañía de los piadosos.

3. Dedicarse siempre a actos meritorios.

4. Discernir entre lo eterno y lo transitorio.

Shura, un rey de la dinastía Yadhava, tenía dos hijos, Ugrasena y Devaka. El primero tenía un hijo, Kamsa, y el último tenía sólo una hija, Devaki. Kamsa sentía gran afecto por Devaki, la consideraba su propia hermana y celebró su matrimonio con Vasudeva con gran entusiasmo. Cuando él estaba conduciendo el carruaje de los recién casados para llevarlos a la residencia del novio, una voz etérea declaró que el octavo hijo de Devaki lo mataría. Al oír esta voz, Kamsa inmediatamente desenvainó su espada y decidió matar a Devaki en ese instante para evitar la catástrofe predicha. Inmediatamente Vasudeva le aseguró a Kamsa que le entregaría todos los bebés recién nacidos de Devaki y le pidió que le perdonara la vida. Kamsa cedió y les permitió marcharse. El piadoso Vasudeva mantuvo su palabra y le entregó a Kamsa cada hijo que nació. Al enterarse por Narada que la amenaza a su vida podría venir de cualquiera de los hijos de Devaki, Kamsa mató a seis de ellos.

El emperador de Magadha, Jarasandha, le dio su hija en matrimonio a Kamsa, quien abrigó un odio creciente hacia los Yadhavas, de quienes temía que viniera la amenaza a su vida y también porque, según lo que Narada le había dicho a Kamsa, los dioses encarnarían como Yadhavas con el advenimiento de Krishna.

Dios diseñó Su plan maestro para castigar a los malvados y ayudar a los devotos piadosos y puros. La otra esposa de Vasudeva, Rohini, estaba viviendo en la casa de Nanda, lejos de la tiranía de Kamsa. El Señor, a través de Su Maya Shakti (poder de ilusión) transfirió el séptimo hijo de Devaki al vientre de Rohini. Él era Balarama (que al crecer siempre estuvo con Krishna). También era llamado Sankarshana (transferido de un vientre a otro).

El Señor encarnó como Krishna, el octavo hijo de Devaki, y tanto Devaki como Vasudeva tuvieron una visión de la forma refulgente del Señor, quien dirigió a Vasudeva para que llevara al recién nacido a Repalle (Gokulam), una aldea en la otra orilla del río Yamuna. De acuerdo al Plan Divino, todos los guardianes se quedaron profundamente dormidos, las puertas de la prisión en la que Kamsa había encerrado a Vasudeva y a Devaki se abrieron por sí solas y el río crecido les dio paso mientras Adhisesha protegía al niño de las lluvias torrenciales mientras era cargado en un cesto por Vasudeva. Ningún poder puede oponerse a la Voluntad Divina. El niño fue intercambiado con el que había nacido del vientre de Yashoda, sin que nadie lo supiera, gracias a Yogamaya.

El niño que Vasudeva llevó a su celda comenzó a llorar e inmediatamente los guardianes se despertaron y se lo informaron a Kamsa, que corrió a la prisión. Se apoderó del bebé y lo levantó para matarlo, pero el Bebé escapó de sus garras, se elevó en el aire y anunció que aquel que mataría a Kamsa había nacido y estaba vivo en algún otro lugar. Enfurecido por esto, Kamsa comenzó a matar a todos los bebés recién nacidos. Envió a sus demonios a Repalle también, pero Krishna, aun siendo un bebé pequeño, los destruyó a todos.

Yashoda sentía vatsalya (amor maternal) por Krishna en el nivel físico, mientras que las gopikas del Gokulam sentían verdadera devoción. Ésta fue demostrada simbólicamente por Krishna, que solía ir a robarles su mantequilla en lugar de recibir la que le ofrecía Su madre, Yashoda. La mantequilla aquí significa el corazón espiritual del devoto, que Krishna compartía como la Divinidad. Krishna les demostró a los inocentes devotos de Repalle Su Poder Divino de diversos modos.

La devoción de Ambarisha

(Del discurso del 22-5-1995)

El padre de Ambarisha era Nabhaga, quien había sido recompensado por el Señor Shiva por su actitud de desapego de las cosas mundanas.

Ambarisha era piadoso y devoto y se adhería firmemente a la verdad. Él llevó a cabo un Yajna (sacrificio ritual) con tal fervor devocional que el Señor Narayana se sintió complacido y lo bendijo con Sudharshana, que significa buena visión, y que se manifestó como una rueda de prosperidad, paz y seguridad para su reino. Siguiendo el consejo del sabio Vashishta, Ambarisha llevó a cabo otro Yajna llamado Dhvadhasi Vrata. Un rito importante a ser observado en este vrata era que el rey debía comenzar un ayuno el día antes de Dhvadhasi (el duodécimo día después de la luna nueva), romperlo al comenzar Dhvadhasi y alimentar a toda la gente. Cuando se acercaba el momento de romper el ayuno, llegó el poderoso sabio Dhurvasa y fue recibido por Ambarisha con todos los honores. Dhurvasa aceptó el pedido del rey de ser su invitado de honor y le pidió al rey que esperara hasta que terminara su baño en el río y regresara. Cuando llegaba el auspicioso momento en que el rey tenía que romper su ayuno para cumplir el voto del Yajna, Dhurvasa no aparecía. Siguiendo el consejo del sabio Vashishta, el rey rompió su ayuno ingiriendo una hoja de tulasi con agua, y esperó la llegada del sabio Dhurvasa para ofrecerle comida.

Dhurvasa, que era bien conocido por su mal genio, sintió que Ambarisha había violado el respeto debido a un invitado al romper su ayuno antes de que el invitado hubiera ingerido su comida y, en su furia, creó un demonio para que matara a Ambarisha. El Sudharshana (disco) del Señor Narayana intervino, destruyó al demonio y comenzó a perseguir al mismo Dhurvasa. Dhurvasa se dirigió a Brahma y a Shiva para obtener protección. Ambos se declararon incapaces de salvarlo. Él se dirigió al Señor Narayana mismo, quien le dijo que no podía hacer nada pues estaba obligado por la devoción inmaculada de Ambarisha y le sugirió al sabio que le pidiera perdón al rey. Dhurvasa se acercó a Ambarisha, quien le rogó al Señor Vishnu que recuperara el Sudharshana y salvara a Dhurvasa.

La lección de este episodio es que Dios se considera un sirviente de Su verdadero devoto. Los estudiantes necesitan aprender la lección de que no basta con hacer un buen trabajo, sino que deben hacerlo con humildad y devoción. Ambarisha era la encarnación de la humildad.

La saga de Dhruva

(Del discurso del 23-5-1995)

Dhruva era un niño de cinco años que realizó austeridades con firme devoción y determinación y fue bendecido con la visión del Señor Narayana.

Utanapadha, el mayor de los dos hijos de Manu, quien le dio a la humanidad el Dharma Shastra (el Código de Rectitud), tenía dos esposas, Suruchi y Suniti. Utama era el hijo de Suruchi, la reina más joven, mientras que Dhruva era el hijo de Suniti.

Una vez ambos niños estaban jugando en el jardín. Al ver a su cariñoso padre sentado en el trono, ellos fueron corriendo a sentarse en las rodillas del rey. Mientras Utama se sentaba en las rodillas de su padre, Suruchi se lo impidió al niño Dhruva de cinco años, diciendo que sólo sus hijos tenían derecho a sentarse en las rodillas del rey. Dhruva se dirigió a su madre Suniti y comenzó a llorar. Cuando él empezó a criticar a su madrastra por su acción, su madre lo hizo callar diciendo: “Abstente de criticar a nadie. Si criticas a otros los defectos que señalas vendrán a ti. Acepta todo como algo bueno”.

Diciendo esto, ella le aconsejó a Dhruva que se dirigiera a la selva y realizara austeridades para obtener la Gracia del Señor Narayana, que era la única esperanza para los desvalidos. Dhruva obedeció a su madre implícitamente y se dirigió a la selva sin ningún temor y con plena fe en las palabras de su madre de que Dios era el único refugio de los desamparados. Habiendo notado la maravillosa determinación del pequeño, que estaba dispuesto a enfrentarse a los peligros de la selva con firme determinación, el sabio Narada apareció ante él y trató de disuadirlo de llevar a cabo severas austeridades para ganarse la Gracia del Señor. Sin embargo, Dhruva se negó a regresar y expresó su confianza en que tendría éxito en ganarse la Gracia del Señor con las bendiciones de su madre y su fe inquebrantable. Éste es el ideal que los estudiantes de hoy tienen que aprender. Narada estuvo complacido con la fe firme del joven Dhruva y lo inició en el canto del mantra de doce letras “Om Namo Bhagavate Vasudevaya”.

Dhruva llevó a cabo intensas austeridades, renunciando al alimento y a la bebida, y quedó reducido a un esqueleto. Él trascendió su Annamaya Kosha (envoltura del alimento). Quedó saturado con el nombre del Señor, que cantaba sin cesar con cada aliento. También dedicó su Manomaya Kosha (envoltura mental) al Señor, alejando todos los demás pensamientos. Todo su ser estaba lleno de bienaventuranza en la contemplación del Señor. Éste es otro ideal enseñado por Dhruva a los estudiantes: la meditación debe ser hecha con total concentración en la Forma Divina.

El Señor Narayana apareció ante Dhruva, cuyo resplandor siguió intensificándose a medida que el Señor se acercaba a él. Al ver la majestuosa forma del Señor Cósmico, Dhruva irrumpió en alabanzas extáticas. Él exclamó: “¡Oh, Señor! Hasta ahora Tú estabas en mí y has salido para otorgarme Tu gracia. ¿Vas a dejarme?”

El Señor Vishnu, sorprendido por la asombrosa sabiduría de un niño tan pequeño, le palmeó la mejilla y le preguntó qué bendición quería. Dhruva dijo: “Oh, Señor, después de haber tenido Tu Darshan (visión) y de haber recibido Tu Gracia, no quiero nada más”. El Señor respondió: “Dhruva, tú iniciaste estas austeridades con un pensamiento, sentarte en las rodillas de tu padre, pero ahora hablas en forma diferente. Tus palabras y tu acción son contrarias a tu pensamiento. Debes regresar a tu padre con Mis bendiciones. Él te recibirá con total afecto. Debes gobernar el reino y luego venir a Mí”. El Señor también le aseguró a Dhruva que después de gobernar el reino por largo tiempo él ocuparía una posición sumamente excelsa en el firmamento como una estrella alrededor de la cual girarían la constelación de los Siete Rishis (sabios) y otras galaxias.

Al regresar al reino, Dhruva fue recibido con honores ceremoniales por su arrepentido y feliz padre. Dhruva consoló a su padre recordándole que todas son formas de Narayana. Utanapada le confió el reino al niño Dhruva de seis años, diciendo que un niño que pudo obtener la visión y la gracia de Dios a tan tierna edad podía gobernar el reino. Se retiró a Skanda Ahsrama (una ermita), buscando la realización de Dios.

Dhruva gobernó correctamente y con gran sabiduría por largo tiempo, manteniendo la justicia y la paz. Cuando su permanencia en el mundo llegó a su fin, un carruaje celestial vino a llevarlo a la Morada de Dios. Él le dijo al auriga que al estar Dios en todas partes la cuestión de llevarlo a la morada de Dios no podía surgir. Diciendo esto, él se sentó, cerró los ojos en meditación y se fundió en la Divinidad.

El poder infinito de Bhakti (la verdadera devoción por el Señor) debe ser comprendido por todos. Contiene las seis cualidades, a saber, Bhukti (alimento), Rakti (encanto), Yukti (conocimiento de cómo amar a todos), Anurakti (gran atracción), Virakti (cesación de los deseos) y Mukti (Liberación).

Cuando se toma de la palabra Bhagavan (el Señor) la raíz ‘Bhag’ (relacionada con lo Divino) y se la combina con ‘kti’, que es común a las seis cualidades, se vuelve Bhakti.

La historia de Dhruva debe enseñarles a los estudiantes el valor de la determinación y la devoción a Dios.

El ejemplo de Jadabharata

(Del discurso del 24-5-1995)

Priyavrata era el hijo de Svayambhuva Manu y el hermano de Utanapadha. Habiendo tomado conciencia de la futilidad de las comodidades mundanas, que son transitorias, él renunció a su reino a la temprana edad de 19 años y partió hacia la selva en busca de la realización del Atma. Creía firmemente en la verdad de que el cuerpo humano es dado sólo para realizar y experimentar la bienaventuranza del Atma. Los estudiantes de aquellos días sacrificaban todas las comodidades para seguir sus estudios, a diferencia de los del presente que anhelan los placeres materialistas. Priyavrata desarrolló perseverancia, tranquilidad mental y pureza de corazón. El emperador Manu, su padre, estaba preocupado y trataba de hacerlo regresar al reino. Él se negó afirmando que, sin realizar su propia naturaleza y realidad, él no podía satisfacer al pueblo. Manu buscó el consejo del sabio Narada, quien convenció a Priyavrata de que aceptara gobernar el reino como una orden de Dios.

Después de algunos años, Priyavrata sintió nuevamente que la asociación con la gente y con los objetos mundanos constituía un obstáculo para el sadhana espiritual. Por lo tanto, renunció al reino y regresó a la selva. El rey Rishabha tomó las riendas del reino y gobernó con un sentido de desapego, mientras continuaba con su sadhana espiritual para la realización de la Verdad.

Bharata, el hijo de Rishabha, era un príncipe justo. Él no iniciaba ningún trabajo sin orarle a Dios y pedir la Gracia Divina. Nuestro país, Bharat, recibe su nombre de este rey Bharata. Aunque él no se veía atraído por los placeres mundanos, tenía un apego especial por un ciervo que estaba criando con gran afecto. En el momento de su muerte estaba pensando en este ciervo y volvió a nacer como un ciervo. Posteriormente tuvo un nacimiento humano. Los estudiantes deben tener cuidado de recordar la Forma y el Nombre Divinos siempre, para tener el Nombre Divino en los labios incluso en el momento de la muerte y fundirse en Dios.

En su nuevo nacimiento, Bharata estaba inmerso en la conciencia Átmica desde el principio y era totalmente ajeno a su existencia física. En este estado fue atrapado por una banda de malhechores para ser ofrecido como sacrificio humano a su deidad Kali. Él no se vio afectado en absoluto por lo que le estaban haciendo. Cuando los malhechores le estaban por cortar la cabeza, apareció la Diosa Kali misma, lo rescató y le pidió que continuara en su camino de rectitud.

En ese momento, el rey Sindhu Savira (Rahugana) pasaba por ahí en un palanquín acompañado por algunos de sus asistentes. Los sirvientes que llevaban el palanquín estaban cansados y le pidieron a Bharata que los ayudara a cargarlo por un tiempo para aliviar sus esfuerzos. Bharata tomó esto también como una dispensación divina y ayudó a cargar el palanquín. Como era muy compasivo por naturaleza y tenía cuidado de no pisar ningún insecto en el suelo, se balanceaba continuamente y caminaba con lentitud mientras llevaba el palanquín. El rey se enojó con el movimiento lento y oscilante del palanquín y les preguntó a sus sirvientes porqué estaban caminando con lentitud. Se asomó fuera del palanquín, descubrió que Bharata era la causa del movimiento lento y lo reprendió por caminar como un cadáver. Bharata respondió con calma: “No solamente yo. Todos nosotros somos cadáveres. Sólo el poder de la Divinidad nos hace funcionar”. El rey iba camino a encontrarse con Kapila, el gran sabio, para recibir el Conocimiento Átmico. Quedó sorprendido con la sabia respuesta de Bharata. Descendió del palanquín y se sentó allí para escuchar la exposición de Bharata acerca del Atma.

Como Bharata había obtenido el conocimiento por experiencia propia, fue capaz de influir en varios reyes y eruditos a través de sus exposiciones. Algunas de sus enseñanzas fueron:

- Uno debe tener control de los sentidos; sólo mediante ese control uno puede evitar el peligro del apego a lo físico.

- No tener apego por las comodidades mundanas.

- Reducir los deseos por los objetos mundanos. El hombre no debe tratar de propiciar a Dios para satisfacer deseos mundanos insignificantes.

- Uno no puede escapar a las consecuencias de sus acciones a pesar de la meditación intensa, los peregrinajes o los rituales.

- Así como es el corazón es la experiencia de uno.

- Todos deben forjarse por sí mismos un camino para superar su destino.

Manu y los reyes de su linaje ejemplificaban a los seres iluminados descritos en el Bhagavatam.

Los estudiantes deben aprender a servir a la sociedad desinteresadamente sin esperar ninguna retribución. Ellos deben combinar el sadhana espiritual con los estudios académicos.

Trishanku and Visvamitra

(Del discurso del 25-5-1995)

Trishanku, de la dinastía Lunar, era un rey noble y piadoso, pero desarrolló un deseo irracional de ir al cielo en su cuerpo humano. Su preceptor, Brahmarishi Vashista, le dijo que su deseo era como querer llevar un cadáver al cielo. Trishanku se mantuvo inflexible, pero Vashishta se negó a ayudarlo en su deseo impío. El rey se acercó a los eruditos hijos de Vashishta, que poseían inmensos poderes espirituales. Ellos se negaron a ayudar a alguien que había desafiado el consejo de su propio preceptor, que era el padre de ellos. Finalmente el rey se acercó al sabio Kaushika, que abrigaba un mal sentimiento hacia Vashishta debido a un encuentro anterior con él. Kaushika accedió a tomar el caso de Trishanku como un desafío. Él llevó a cabo un Yajna con el propósito de enviar a Trishanku en su cuerpo directo al cielo. Al concluir el Yajna, los dioses no descendieron para aceptar la ofrenda. Enfurecido por esto, Kaushika concentró todos los poderes que había adquirido a través de sus austeridades en su Brahmadhanda (bastón) para transportar a Trishanku al cielo. Sin embargo, Indra, el Señor de los seres celestiales, le cerró el paso y Trishanku se precipitó hacia la tierra. Al ver esto, Kaushika detuvo su caída en medio del firmamento y procedió a crear un cielo paralelo, con toda su parafernalia. Aun hoy, es conocido como Trishanku Svarga (En la astronomía occidental, se lo conoce como la constelación de la Cruz del Sur, que consta de cuatro estrellas).

Las consecuencias del incumplimiento de una promesa

El rey Trishanku tenía un hijo llamado Harishchandra (no el emperador Harischandra que lo sacrificó todo por la verdad). Este Harishchandra no tenía hijos y le oró al Señor Varuna (el Dios de la Lluvia) por un hijo, con la promesa de que posteriormente sacrificaría a su hijo al mismo Dios. Tuvo un hijo, Rahul. Como se apegó a él, no cumplió su promesa y se vio afectado por una extraña enfermedad.

Rahul, temiendo las consecuencias del incumplimiento de la promesa de su padre, huyó a la selva. Se le ocurrió que la enfermedad de su padre podía ser curada si alguien más era ofrecido a Varuna en su lugar. Al ver a una pareja brahmana con tres hijos, les pidió que le ofrecieran uno de los hijos para ofrecer en sacrificio a cambio de una gran manada de vacas y otras riquezas. El brahmana estaba apegado al hijo mayor y no estaba dispuesto a separarse de él. Su esposa estaba apegada al hijo menor y no quería dejarlo ir. Por lo tanto, el hijo del medio fue ofrecido. Éste prefirió morir como ofrenda a Dios antes que vivir sin el amor de su padre y su madre. Rahul se llevó al muchacho y en el camino pasó por el ashram de Kaushika. El niño brahmana, Shunassepa, le pidió refugio al sabio. Comprometiéndose a protegerlo, Kaushika le pidió a uno de sus hijos que fuera con Rahul, diciendo que el cuerpo humano tenía que ser ofrecido en servicio a otros. Sus hijos se burlaron de esa idea y se negaron a aceptar la propuesta de Kaushika. Entonces el sabio le enseñó a Shunassepa un mantra para propiciar al Señor Varuna. El muchacho cantó el mantra y el Señor Varuna apareció ante él. Reprendió a Harishchandra por aceptar ofrecer a su hijo a Varuna, luego faltar a su palabra y ofrecer a otra persona en su lugar. Le dijo que por haber roto la promesa, él sería consumido por la enfermedad que lo afectaba.

De esta lección los estudiantes deben aprender que no deben desarrollar un apego excesivo por nada y siempre deben mantener la palabra dada. El sabio Kaushika mismo fue víctima del deseo impropio (cuando era emperador) de poseer la vaca que cumplía los deseos del sabio Vashishta. Frustrado su intento, él se dedicó a hacer severas austeridades para obtener el título de Brahmarishi a la par de Vashishta. Perdió los frutos de sus austeridades varias veces antes de poder ganar finalmente el título de Brahmarishi de Vashishta mismo.

La fe de Prahladha lo conquistaba todo

(Del discurso del 25-5-1995)

Ésta es la historia de Prahladha, cuya fe en el Señor Narayana permaneció absolutamente inquebrantable a pesar de las duras pruebas a las que fue sometido por su padre, Hiranyakashipu, quien odiaba a Narayana por haber matado a su hermano.

Hiranyaksha, el hermano menor de Hiranyakashipu, fue muerto por Vishnu en su encarnación como Varaha (el Jabalí). Para adquirir un poder invencible, Hiranyakashipu se dirigió al Monte Mandhara para llevar a cabo rigurosas austeridades. Mientras estaba fuera de su hogar dedicado a su ascetismo, su esposa, Lilavati, fue llevada por el sabio Narada a su ashram para protegerla a ella y al niño que llevaba en su vientre del ataque de los devas. Le impartió a Lilavati el conocimiento de las hazañas de Narayana. Aunque ella no prestó mucha atención a las enseñanzas de Narada, el niño en su vientre las absorbió y comenzó a meditar en el Maha mantra “Om Namo Narayanaya” mientras aún estaba en el vientre.

Brahma se sintió complacido con las austeridades de Hiranyakashipu y le concedió el don de que no encontraría la muerte ni durante el día ni durante la noche, ni en la tierra ni en el cielo, ni a manos de un hombre, de una bestia o de los dioses. Con este don, él se convirtió en el señor del universo y decretó que sólo él debía ser adorado.

Cuando Prahladha tenía cinco años, fue confiado al cuidado de dos maestros, Chanda y Amarka, los hijos del sabio Kripacharya, con estrictas instrucciones de impartirle al niño todos los rasgos demoníacos y borrar el nombre de Vishnu de su mente. Los maestros le enseñaron acerca de Arta (la riqueza) y Kama (el deseo) pero se abstuvieron de enseñarle acerca de las otras dos metas de la vida humana, Dharma (la Rectitud) y Moksha (la Liberación). No obstante, a pesar de sus mejores esfuerzos, los maestros no pudieron crear un solo pensamiento negativo en la mente de Prahladha. Él persistió en su propia creencia de que el Señor Narayana era el Amo Supremo del mundo, que debía ser adorado mediante nueve modos de devoción, comenzando con escuchar las glorias del Señor y culminando en la entrega total del ser.

Hiranyakashipu probó todos los medios de persuasión suave para convencer a Prahladha de que lo aceptara como el amo supremo y olvidara a Narayana. Prahladha le dijo a su padre que aunque había llegado a dominar todo el mundo exterior no había podido dominar sus sentidos. Enfurecido con la devoción inquebrantable de su hijo por su archienemigo, Hiranyakashipu decidió poner fin a la vida de Prahladha por cualquier medio posible. Prahladha carecía totalmente de conciencia corporal y siempre estaba en un estado de bienaventuranza cantando el nombre de Hari. Sobrevivió a todas las torturas a las que fue sometido y salió ileso. Totalmente exasperado, Hiranyakashipu finalmente le preguntó a Prahladha: “¿Quién es este Dios que te protege? ¿Dónde está?”. Prahladha, que había realizado la omnipresencia de Dios, le dijo a su padre que Dios estaba en todo el cosmos, desde el más pequeño microcosmos hasta el poderoso macrocosmos. Él agregó: “Quien es un esclavo de sus sentidos no puede verlo. Mientras tengas ego y apego no podrás ver a Hari, aunque Él está dentro y fuera de cada ser”. Entonces Hiranyakashipu le preguntó a Prahladha: “¿Está Él en esta columna?”. Cuando Prahladha dijo “Sí, lo está”, Hiranyakashipu golpeó la columna con su maza. La columna se partió en dos y emergió de ella el Señor en la pavorosa forma de Narasimha (mitad león y mitad hombre). Agarró al demonio por la garganta, lo puso en su regazo y le desgarró las entrañas con las uñas.

Aunque todos se estremecieron al ver la forma aterradora de Narasimha, Prahladha permaneció junto al Señor adorándolo con alegría. Cuando el Señor le preguntó si no sentía temor, Prahladha respondió: “Para mí Tú eres sólo la encarnación del Amor. Creo en Tu Divina Forma de Amor y no en esta forma física”. Entonces el Señor Narasimha le ordenó a Prahladha que asumiera las riendas del reino, transformara a los demonios en seres virtuosos y luego regresara a Su Morada divina. Prahladha le pidió al Señor que perdonara a su padre y lo llevara al cielo. El Señor le concedió esa bendición y Prahladha gobernó el mundo durante largo tiempo con justicia y rectitud.

Los estudiantes deben absorber al menos una cualidad del gran devoto Prahladha y practicarla en la vida diaria. Siempre deben recordar a Dios y cantar Su Nombre y tener Su Forma en la mente en cualquier situación.

Krishna y los gopalas

(Del discurso del 26-5-1995)

Balarama y Krishna tenían el hábito de llevar a los otros pastores con sus vacas a pastar en el bosque cerca del Gokulam. Una vez los gopalas se dedicaron a divertirse, a danzar y a cantar, sin preocuparse por el paso del tiempo, mientras las vacas pastaban. Repentinamente vieron que las vacas habían desaparecido y fueron en diferentes direcciones para buscarlas. Encontraron a las vacas pastando en un lugar distante. Vieron que un fuego ardía a su alrededor y no pudieron acercarse a ellas. Gritaron con desesperación “Krishna, Krishna”. Cuando Krishna llamó a las vacas por sus nombres, ellas respondieron, corriendo hacia él, exclamando “Amma” (Madre). Las vacas siempre podían reconocer la voz de Krishna y entender su llamado. Los pastores estaban terriblemente agitados al ver el fuego que se acercaba. Balarama y Krishna les dijeron: “¿Por qué temer si estamos aquí?”. Krishna les pidió que cerraran sus ojos y no los abrieran hasta que se los ordenara. Ellos siempre obedecían implícitamente la orden de Krishna, en quien tenían plena fe.

Cuando Krishna les pidió que abrieran sus ojos lo hicieron y se encontraron en el mismo lugar donde habían estado danzando. Estaba fresco alrededor. El fuego había desaparecido. Inmediatamente cayeron a los pies de Krishna y lo alabaron como el Señor Supremo.

Cuando Krishna hacía tales milagros, ellos solían alabarlo como a Dios, pero después de algún tiempo volvían a su viejo hábito de llamarlo su amigo. Incluso ahora la gente considera al Avatar (Advenimiento Divino) como a Dios sólo cuando ocurren los milagros, pero en otros momentos ellos lo consideran un ser ordinario.

Krishna quería enseñarles a los gopalas acerca del Atma. Era la estación de lluvias y las nubes oscuras se cernían sobre el cielo. Había relámpagos seguidos de truenos. Krishna dijo que las nubes oscuras representaban la cualidad tamásica (la ignorancia) en el hombre, los truenos la cualidad rajásica (apasionada) y los relámpagos la cualidad sátvica (iluminadora). Debido al tamo-guna uno no puede ver el vasto cielo que es la Divinidad. Así como los relámpagos brillan en una nube oscura, Jñana (la sabiduría) brilla más allá de las nubes de la ignorancia.

Una lección para los pandits

En otra ocasión, Krishna les dio a los gopalas una experiencia sublime. Los pastores habían llevado a las vacas a pastar al bosque. Cuando sintieron hambre, le pidieron a Krishna y a Balarama que les dieran comida. Krishna dijo: “Teniendo al Ser Todopoderoso con ustedes, ¿por qué se preocupan por la comida? Algunos pandits están realizando un Yajna cerca de aquí. Todos ustedes pueden ir y decirles que tienen hambre. Ellos los alimentarán”. En consecuencia, ellos fueron al lugar y pidieron comida. Los pandits les dijeron que sólo podrían servirles comida después del Purnahuti (la terminación del ritual de sacrificio). Los muchachos regresaron decepcionados y le informaron a Krishna acerca de ello. Krishna les pidió que fueran a ver a las esposas de los pandits, que estaban cocinando los alimentos, y no a los pandits, que no podían reconocer la naturaleza de la Divinidad. Krishna les pidió que fueran detrás del yajnashala (salón del ritual) y les pidieran a las damas que les sirvieran comida. Ellos fueron allí y les informaron a las damas que eran amigos de Krishna. Mientras que los pandits no pudieron reconocer la grandeza de Balarama y Krishna, las damas les preguntaron con gran devoción dónde estaban Balarama y Krishna. Cuando les dijeron que estaban cerca de allí; las damas llevaron toda la comida de sus vasijas al lugar donde estaba Krishna. Ellas se olvidaron de la conciencia corporal y entraron en éxtasis al ver a Krishna. Hicieron sentar a todos los pastores y les sirvieron la comida. Los pandits llegaron buscando a sus esposas y las encontraron sirviéndoles comida a Balarama, a Krishna y a sus amigos. Luego se dieron cuenta de que el Dios a quien ellos habían estado haciendo sus ofrendas en el Yajna estaba allí mismo, en la forma de Krishna. Krishna les mostró la forma de Narayana a los pandits, que se postraron ante Él. ¿Qué sentido tenía hacer yajnas sin realizar al Dios en forma humana que estaba tan cerca de ellos?

Nada en el mundo es de ustedes y ustedes son sólo administradores de la riqueza que le pertenece a Dios. Desarrollando el sentimiento de lo “mío” y lo “tuyo”, la gente se apega a lo irreal y transitorio y olvida lo eterno.

La devoción de las gopikas

Las gopikas eran ejemplos de verdadera devoción. Krishna tenía cinco años cuando realizaba Rasakrida (los juegos con las gopikas). No hay nada sensual en esto; las gopikas experimentaron el sagrado Atma-tatva, que es la unidad con lo Divino. Ellas disfrutaban la música de la flauta de Krishna como Nadha-brahman (el Absoluto Cósmico en la forma de sonido). Krishna les dio la esencia de la música de los Vedas en su música y les habló en el lenguaje que ellas podían entender.

Las gopikas sólo tenían el nombre de Krishna en sus labios y la forma de Krishna en sus corazones. Cuando Uddhava fue enviado por Krishna a enseñarles los shastras (textos espirituales), ellas dijeron que tenían una sola mente y que se la habían dado a Krishna y no tenían lugar en sus mentes para nada más. Uddhava les leyó la carta que Krishna les había enviado. La carta decía: “Siempre estoy con ustedes y alrededor de ustedes. Soy el Morador interno en sus corazones. Uddhava les transmitirá el mensaje. Practíquenlo”. Las gopikas no tenían la paciencia para aprender ninguna lección de Uddhava. Finalmente ellas dijeron que querían enviarle un mensaje a Krishna. Éste era: “Que Krishna venga y haga que se abra la flor en nuestros corazones”. Uddhava se dirigió a donde estaba Krishna y ensalzó la devoción pura de las gopikas.

Deben entender la verdadera devoción de las gopikas. Deben tener plena fe en Dios y devoción inquebrantable por Él.

La visión de Akrura del Señor

(Del discurso del 28-5-1995)

Todos en el mundo aman a objetos o a personas o incluso a Dios, por sus propios fines egoístas. Nadie ama a Dios por Dios mismo. El hombre existe en los tres estados de vigilia, sueño y sueño profundo. En el estado de vigilia funcionan todos los sentidos y la mente, mientras que en el estado de sueño sólo la mente está activa y en el estado de sueño profundo todo se funde en el Ser y uno disfruta de bienaventuranza. El hombre debería hacer esfuerzos por experimentar la realidad más allá de los tres estados.

Narada le habló a Krishna con antelación sobre la visita inminente de Akrura y mencionó que Akrura lo percibiría como Narayana y a Balarama como Adhisesha. Akrura llegó poco después con una invitación para Krishna y Balarama para que asistieran al Dhnur-Yajna que llevaría a cabo Kamsa. Akrura era muy devoto de Balarama y Krishna y por lo tanto les informó que la invitación de Kamsa era sólo una parte de su nefasto plan de atraerlos hacia Matura para matarlos.

Las gopikas y los gopalas hicieron todo lo posible por evitar que Akrura se llevara a Krishna y a Balarama en su carruaje. No estaban preocupados por ningún daño que el malvado Kamsa pudiera causarles. Su temor era que Krishna no regresara de Matura. Krishna les dijo: “Debemos ir a Matura para cumplir nuestra misión. Ustedes no son el cuerpo. El Morador interno en el corazón está dirigiendo todo el asunto. Es el Atma. Ustedes están en Mí. Yo estoy en ustedes. Comprendan esta verdad y lo sabrán todo”.

Luego de tranquilizar de este modo a los gopis y las gopikas, Krishna y Balarama partieron en el carruaje conducido por Akrura. Al anochecer Akrura bajó del carruaje cerca de un río para realizar sus abluciones. Mientras se bañaba en el río tuvo la visión del Señor Vishnu reclinado sobre Adhisesha, la Serpiente Divina con cabeza de hidra. Al regresar apresuradamente vio a Krishna y a Balarama sentados impávidos en el carruaje. Krishna le preguntó a Akrura qué había visto para que su rostro luciera tan radiante. Conmovido por la experiencia, Akrura los alabó. Les pidió a ambos que se quedaran en su casa, pero Krishna declinó cortésmente la invitación, prometiendo visitarlo después de terminar su misión en Matura.

Al día siguiente, mientras caminaban a lo largo del camino vieron al lavandero real y le pidieron algunas vestimentas reales. El lavandero respondió groseramente que las vestimentas reales ni siquiera podían ser tocadas por pastores de clase baja. Enfurecido al oír esto, Krishna golpeó al dhobi, que cayó al suelo. Tomaron algunas de las vestimentas reales y continuaron su camino.

Más tarde se encontraron con una anciana encorvada, Kubja, que le proporcionaba esencias y perfumes a Kamsa. Ella tenía un rostro hermoso pero un cuerpo deforme, doblado en tres. Al ver a los dos hermanos se sintió tan feliz que les regaló todos los perfumes. Aunque Dios jamás pide nada a nadie, si alguien le ofrece algo Él se lo devuelve centuplicado. Krishna puso Su pie sobre los pies de ella, le agarró la barbilla y la levantó. ¡Su espalda torcida había desaparecido! Ella derramó lágrimas de gratitud hacia Krishna por devolverle su forma hermosa y le suplicó que visitara su casa para aceptar sus ofrendas piadosas. Krishna le prometió hacerlo después de terminar Su misión.

Los padres liberados

Kamsa oyó acerca de estas hazañas de los jóvenes y trató de enviar un elefante en celo para matarlos, pero ellos mataron al elefante. Luego Kamsa hizo que dos de sus mejores luchadores los desafiaran en un combate. Los luchadores encontraron su fin y se dieron cuenta de que la Divinidad había venido en la forma de Krishna y Balarama. Posteriormente Kamsa ordenó a sus tropas que se cerraran sobre ellos. Sin embargo, Krishna saltó en un santiamén sobre la plataforma donde estaba sentado Kamsa y le asestó fuertes golpes hasta causarle la muerte.

Después de la muerte de Kamsa, Krishna y Balarama fueron a la prisión donde Devaki y Vasudeva habían sido encerrados y los liberaron. Krishna reinstaló al padre de Kamsa en el trono.

Luego Krishna se dirigió a la casa de Akrura. Éste se refirió a los inexplicables modos en que obraba el Señor en Sus diversas encarnaciones y dijo que la visita de Krishna a su casa era una gran bendición. Abrazó a Krishna, que era muy consciente de la devoción ilimitada de Akrura.

Los estudiantes deben desarrollar tal devoción por Dios. Todo lo que hagan debe ser hecho como una ofrenda a Dios; eso en sí mismo constituirá un ascetismo para ganar la gracia de Dios.

La creación de la ciudad de Dvaraka por parte del Señor Krishna

(Del discurso del 29-5-1995)

Las personas en general anhelan una educación académica y logros mundanos, pero olvidan el Poder Supremo, que es la base de todo el conocimiento y del cosmos entero.

Después de que Kamsa fuera muerto; Nanda y Yashodha hicieron arreglos para que Krishna y Balarama recibieran educación del modo tradicional, enviándolos a un Gurukul. En aquellos días, hasta los príncipes tenían que ir a estudiar al ashram de un gurú, donde no se hacía ninguna distinción entre estudiantes ricos y pobres, de clase alta y baja. Aunque Krishna y Balarama habían demostrado poderes sobrehumanos al derrotar a Kamsa y a otros demonios, ellos tuvieron que aprender las lecciones regulares de Brahma Vidya del sabio Sandhipani, en su ashram en el bosque.

Tenían que ir al bosque y recolectar leña para la casa del gurú. Todos los estudiantes tenían que compartir el trabajo en el ashram entre ellos por igual sin ninguna distinción. Al final del curso educativo los estudiantes solían dar Gurudakshina (una ofrenda al preceptor). Krishna y Balarama le preguntaron a su preceptor qué le gustaría recibir de ellos. El maestro, que era muy consciente de los poderes Divinos de Krishna, le dijo que, ya que Él era la encarnación del Ser Supremo y podía hacer cualquier cosa, le gustaría que le devolviera la vida a su hijo, que había muerto cierto tiempo antes, pues su esposa estaba muy apegada a su hijo y se hallaba sumida en un gran dolor desde su muerte. Krishna y Balarama cantaron algunos mantras y le devolvieron la vida al hijo del gurú. El gurú se sintió inmensamente complacido y les expresó su gratitud a Krishna y a Balarama.

Después de que regresaran al reino desde el bosque, Jarasandha, el gobernante de Magadha, que había dado a sus dos hijas en matrimonio a Kamsa, y le guardaba rencor a Krishna, invadió el reino Yadhava y causó considerable destrucción. La estrategia de Krishna fue debilitar a Jarasandha después de cada encuentro para finalmente destruirlo. Los seguidores de Jarasandha abrigaban odio hacia Balarama y Krishna y hostigaban a los Yadhavas durante los yajnas. Krishna quiso establecer a su gente en un lugar seguro. Le hizo construir una ciudad en una isla a Vishvakarma, el arquitecto de los dioses. Esa ciudad fue Dvaraka, una ciudad de esplendor y belleza inigualables. Los Yadhavas comenzaron a vivir felices en el nuevo lugar.

Aquí los estudiantes deben comprender la diferencia entre los Yadhavas y las gopikas. Los Yadhavas consideraban a Krishna como su pariente y lo proclamaban con orgullo. Debido a su orgullo, finalmente perecieron en luchas mutuas después de la salida de Krishna del mundo. Por el contrario, las gopikas se consideraban adoradoras de Krishna y eran humildes devotas de Dios.

Concluyo esta serie de discursos sobre el Bhagavatam instando a los estudiantes a que aprendan las siguientes lecciones:

• Los estudiantes deben aprender la humildad y la obediencia y servir a la sociedad.

• Si tienen la Gracia de Dios, pueden progresar sin temor en el mundo.

• Para esto, la fe o la confianza en sí mismos es la base.

• Deben cultivar Ekatma-bhava o la unidad del Atma que mora en todos los seres, como lo enseña el ejemplo de Prahladha.

• Los estudiantes, al igual que Dhruva, deben tener determinación para seguir la senda correcta y sagrada.

• Deben tener la disciplina necesaria para mantener el equilibrio en la vida.

• Todo debe estar dentro de ciertos límites, y los deseos excesivos deben ser refrenados.

• Siguiendo los ejemplos de los grandes devotos como guía, deben esforzarse por ser individuos ejemplares que lleven vidas ideales.

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Quiero que cada uno de ustedes crezca hasta convertirse en una persona fuerte, estable y recta. Sus ojos no deben ver cosas malas; sus oídos no deben oír cuentos malvados; su lengua no debe pronunciar palabras malas; sus manos no deben realizar malas acciones; sus mentes no deben tener malos pensamientos. Sean puros y estén llenos de Amor. Ayuden a aquellos que están en peores condiciones y sirvan a quienes necesitan su ayuda. ( SaiBabaDice.org/9/9 )


Traduccion Mercedes Wesley