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Discursos dados por Sai Baba

19. 04/04/71 La familia Ramayana

4 de Abril de 1971

Brindavan

El Raamayaana es la sangre vital de los Baratiyas. Hasta hace unos años, era difícil encontrar a lo largo y ancho de la India una aldea sin un templo para la adoración de Rama, un hogar donde no se adorara una imagen de Rama, o una lengua donde no se pronunciara el nombre de Rama. Todo el país estaba saturado de la fragancia de Rama. Esta tierra afortunada ha degenerado en tiempos recientes en una región contaminada de arriba abajo por el contagio de kaama (lujuria). Busquen ser llenados de Rama; y serán salvados. Busquen, de otra manera, ser ensuciado por kaama; y estarán condenados.

En la Era Treta de la historia humana, el Principio sin Forma y sin atributos de la Existencia-- Conocimiento -Bienaventuranza fue tan abrumado por la compasión que asumió forma humana, como la encarnación misma del Dharma (Raamo vigrahavaan Dharmah), manifestó varios modelos de hombre de recta conducta, restableció la supremacía del Dharma y su poder inherente, y se fusionó nuevamente en el Absoluto, del cual había surgido.

Los Vedas describen la entidad Divina como Maadhava: Maa significa maaya y dhava significa Señor. Lo que es decir, Él es el Maestro de todo lo que nace y muere, lo que cambia y que, por lo tanto, ¡es falso! La vida y la muerte son parte de maya (engaño), del cual Él es soberano. Entonces, todos los que están atados por esta doble cadena deben ser leales a Dios, rendirle homenaje y obedecer sus ordenes. Ese es el camino a la felicidad. Pero la que genera maya que está en el ser humano, es decir, la mente, no suele ayudarlo en este esfuerzo. Ella corre detrás de las sombras, los reflejos, el brillo insustancial y descarta el oro. Ella corre a través de los sentidos hacia el mundo exterior y descuida el llamado de la razón para discriminar el análisis y la renuncia. Por tanto, el hombre vive en todas partes una vida de vergüenza, muy por debajo del nivel que puede alcanzar y disfrutar.

Sigan el camino de la verdad trazado por Rama.

Para conocer a una persona que vive en el décimo piso, tienen que subir nueve pisos. Para experimentar la alegría de estar con Maadhava (Dios), tienen que elevarse a esa pureza, ese amor, esa verdad, esa paz. Llénense de compasión; amen a todos; sirvan a todos; cumplan su deber con sinceridad y alegría; sean buenos, hagan lo bueno, y por ello, merecerán a Dios. Rama estará complacido cuando pisen el camino de la verdad, porque ese es el camino trazado por él. Una lectura superficial del Raamaayana sólo te dará la cáscara; el núcleo puede revelarse solo cuando reflexionen sobre cada palabra e incidente. La cultura india siempre ha alentado esta reflexión sobre el significado de los símbolos, parábolas y nombres. Se dice: “Dhasharatha tuvo cuatro hijos: Raama, Lakshmana, Bharatha y Sathrughna". Bien. Quien es el Dhasharatha? ¿Qué reino estaba gobernando? Si en alguna ciudad llamada Ayodhya, hubo una vez un gobernante llamado Dhasharatha y tuvo un hijo llamado Raama, ¿cómo nos relacionamos con ese episodio? ¿Por qué deberíamos celebrar ese evento, a esta distancia de tiempo y espacio?

Nadie puede escapar de vivir con las tres gunas.

Profundicen un poco en la historia y se darán cuenta de que Dhasharatha no es el gobernante de una tierra lejana, que su ciudad capital no está en el mapa del norte de la India, y que los cuatro hermanos no son gente que vivió en el pasado! Ayodhya significa una ciudad invencible, en la que el enemigo no puede penetrar, una fortaleza inexpugnable. Representa el Atma, el corazón donde el Señor reside, que es a prueba de tentaciones. Los enemigos sutiles de la pasión y la emoción, el impulso y el instinto. ¿Y Dhasharatha? La persona que tiene como su ratha (carro) las diez entidades, a saber, el cuerpo con los cinco sentidos de la acción y los cinco sentidos del conocimiento. Se casó con tres novias, este individuo, que es el símbolo de todos los individuos.

Ahora bien, aunque cada hombre casado puede tener una esposa con una existencia física propia, se ha también casado hasta que la muerte 'los separe', con tres atributos: Sathwa, Rajas y Thamas, las tres naturalezas: equilibradas, apasionadas y aburridas. Las tres reinas representan estas Gunas -- Kousalya, el Guna Satvico (equilibrado) Guna Sumitra, el Rajas (el apasionado, activo) y Kaikeyi, el Tamásico (ignorante, indiscriminado) Nadie puede escapar de vivir con estos tres gunas, y experimentar las variadas reacciones que implica ese contacto. A su debido tiempo, surgió en la mente el anhelo de tener un Maestro a quien obedecer y reverenciar. La agonía se volvió tan aguda que lo divino trascendente se actualizó en la Gracia que tomó la forma de paayasam (arroz con leche), traído por un mensajero de Dios desde el fuego del sacrificio. Ese don de la gracia fue compartida por las tres gunas (cualidades) y nacieron cuatro hijos, que representan el darma, arta, kaama y moksha (virtud, riqueza, cumplimiento de deseos y liberación), los cuatro fines principales del hombre. Rama, el mayor, es el darma y los otros tres representan el resto.

Tendrás que sacrificarte mucho si el darma debe nacer en tu corazón. Es por eso que Dhasharatha tuvo que hacer el Putrakameshtiyaga (un gran sacrificio) para obtener hijos. Lo Divino es la personificación misma del darma y es solo por medio del darma que Él puede ser adorado. Y el Darma es una guirnalda de flores, de hechos santos, palabras santas, pensamientos santos. Gánate la reputación; de ser bueno, servicial y eficiente en hacer el bien. Los niños que no hacen felices a sus padres, con tan buena conducta, son recordados por sus madres solo a través del dolor que les dieron al nacer.

Hagan que cada acto refleje el esplendor divino.

En la actualidad, todos se lamentan de haber perdido la paz, la seguridad y la felicidad. Hay un fuerte clamor de paz desde todos los sectores. Pero nadie busca descubrir por qué esta tragedia ha tenido lugar. La razón es esta: lo que hay que hacer no se hace; lo que debe ser observado, no es observado. No hay coordinación entre lo que se dice y lo que se hace. La hipocresía está muy extendida en los hogares, los pueblos, las oficinas, los ayuntamientos de la nación. Se eleva a altos cargos incluso en el campo espiritual. Aquellos que hacen girar cuentas con el nombre de Dios en sus labios se dedican a actividades impías. Con el Bhagavad Gita en sus manos, hablan de escándalos y traman conspiraciones malvadas. Con rosarios en los dedos, se enfurecen con los sirvientes, y pierden los estribos ante el menor pretexto. ¡Esto no es un voto, no es una disciplina espíritual!

El Bhaktha que se hace pasar por sincero debe ejercer una vigilancia constante y practicar la disciplina de estar siempre en la Divina Presencia. Dios que ahora está dormido en la conciencia de cada uno tiene que ser reconocido y resurgido para que cada acto de ustedes refleje Divino Esplendor. Vyaktha significa visible; el hombre individual se llama vyakthi en Sanscrito; porque tiene que hacer visible lo Divino latente.

Consideren los ejemplos ideales que les brinda Ramayana.

Cuando hayan alcanzado la conciencia de que Dios está en ustedes, con ustedes, para ustedes , esa conciencia debe reformar cada pensamiento, palabra y acción, y hacerlos desear el bien, hablar bien y hacer lo bueno. Los hombres que ostensiblemente se han dedicado a la disciplina religiosa son solo actores que se pavonean en el escenario del mundo. Otros desgastan su muy escasa devoción. El más pequeño de los problemas o desilusión los vuelven contra la fe en Dios. Pero la verdadera devoción tiene que resistir cualquier desgracia que pueda tener.

Consideren la serie de ejemplos ideales que proporciona el Ramayana: la familia de Rama es en sí misma una galería invaluable del Dharma Supremo. Cuando un hijo es tan leal como Rama, acepta incluso ser exiliado por la voluntad de su padre y va alegremente hacia el bosque con tanta alegría como se dirigió hacia el trono para su coronación. Será el hijo ideal. Evaluen cómo esa gran dama, Sita, veneraba a su esposo como su Señor y Dios, y ella misma lo persuadió de que la llevara con ella al exilio en el bosque, desafiando todas las privaciones en su deseo de estar a su lado. Si todas las esposas fueran tan firmes, leales y amorosas como Sita, la India ciertamente estaría llena de hogares felices resonando con un gozo sincero de satisfacción. Cada puerta estaría adornada con guirnaldas.

Hablando de hermanos, ¿quién puede igualar a Lakshmana o a Bharatha? Su madre había destinado para él el trono del vasto imperio, pero Bharata lo rechazó, pues por derecho pertenecía al mayor de los hermanos. Todos luchan por conseguir posiciones de autoridad, por cualquier medio. Sin embargo, he aquí un hombre que daba lo que había sido ganado correctamente para él por su madre, por intermedio de su padre; lo entregaba para que la persona a quien moralmente pertenecía, pudiera regresar del exilio para recibirlo, y disfrutar del estatus y el poder. Y Lakshmana, cómo sacrificó el alimento y el sueño para montar guardia cuidando a su hermano y cuñada, en lo más espeso de la jungla; ¡cómo se rindió voluntaria y alegremente a los pies de su hermano!

Grandes ejemplos de renunciación.

¿Las mujeres? Cuando Lakshmana fue con su madre Sumitra, para recibir sus bendiciones antes de acompañar a Rama al exilio, no discutió: "¿Por qué deberías ir? Tu padre no te ha pedido que te vayas. Quédate y sé feliz en el palacio y haznos felices a mí ya tu recién casada". Ella le dijo: “¡Hijo! No imagines que te vas al bosque y que nosotros nos quedamos en la ciudad de Ayodya. Sin Rama, esta ciudad es la jungla; con él la jungla es Ayodya." ¿Qué le dijo Urmila, la joven esposa, a su Señor Lakshmana? Ella no suplicó permiso para acompañar a su esposo como lo hizo Sita. Y por muy buenas razones. Ella dijo: Si voy, no podrás prestar toda la atención al servicio de Rama y Sita. ¡Me quedaré aquí esperando tu llegada después de 14 años! "¡Qué gran ejemplo de renuncia, este! Si, en cada familia, tenemos tales hijos, madres, hermanos y esposas, la tierra no tendrá ansiedad ni dolor. Será resplandeciente de alegría y paz.


Traduccion Silvina Oviedo