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Libros escritos por Sai Baba

33. Las personalidades divinas predominan en Bharat

33. Las personalidades divinas predominan en Bharat

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Si examinamos la historia desde sus comienzos, podremos saber en detalle quiénes fueron los grandes personajes que nacierori en,determinados lugares de la India.

Encarnaciones, personalidades divinas y seres que alcanzaron la liberación, como Rama, Krishna, Balarama, Janaka y Parikshit; rajayoguis como Viswamitra, todos se originaron entre los kshatriyas. Sabios brahmánícos, grandes filósofos, eruditos en los Sastras, reveladores de los himnos védicos, nacieron en la casta de los Brahmines. Las Escrituras Sagradas como los Sutras, predominan en los libros épicos como el Bharatha y el Bhagavatha. Entre los grandes devotos de Dios se cuentan, en gran número, miembros de las castas más bajas.

Para lograr la santidad sin ser afectado por el mundo y para alcanzar la Realidad Suprema, la práctica espiritual de cada uno es importante; otras cosas como la casta o la clase social no serán obstáculo alguno. Pero uno deberá merecer la gracia requerida para ello; deberá llegar a ser regular y disciplinado en las prácticas.

Estos santos Bharathiyas, sin embargo, traen ahora interminable desgracia a la religión hindú: al descuidar los principios de la vida de los grandes personajes antes mencionados, al no estudiarlos y no seguir sus instrucciones, al modificar su manera de vivir para acomodarse a los tiempos cambiantes (y como indica el dicho: "La hora de la rutina trae pensamientos malvados"), al volverse esclavos del nombre y de la fama y del deseo insaciable de poder y posición, y de una ansiedad para promover la prosperidad de sus mujeres y progenie a través de medios egoístas.

Sin embargo, no son pocas las personas que amen todo con igual medida, que estén libres de egoísmo, que estén empeñadas en la promoción del bienestar de todos, que se han dedicado al servicio de la humanidad y que lo sacrifican todo. Pero ellas son trabadas, dejadas de lado; no son apreciadas ni se las ubica en posiciones elevadas, por temor de que ya no haya entonces lugar para los malvados, los pervertidos y los injustos.

No obstante lo ancho y profundo del océano, cuando la tierra tiembla debajo, las aguas se separan, y cuando la conmoción se apacigua, ellas recuperan su posición original. Así también estos hombres buenos se mantienen alejados sin ser atrapados durante el terremoto de la injusticia, la iniquidad, el egoísmo y la ostentación y tan pronto como se disipa la confusión, ellos vuelven a entrar en el mundo. La autoridad evanescente y la autoglorificación no pueden ser permanentes.

Se dice: "Crecerás solamente para declinar". La actual falta de paz es decadencia, no crecimiento. Por lo tanto, observen cómo los Bharathiyas que desde el principio crecieron en los caminos justos, con sentimientos puros, con autocontrol y reverencia para el buen nombre, que se nutrieron de la leche de los pechos de los Vedas, de los Sastras y de los Upanishads, que dieron acogida y honraron aun a razas expulsadas de sus propios países y les manifestaron amor en igual medida, hoy, por el amor al poder y a sí mismos, acusan a sus propios hermanos, y envidiando impacientemente la prosperidad del otro, embaucan a sus propios hermanos; enloquecidos por el egoísmo voraz, mantienen apartados a sus verdaderos favorecedores, persiguen solamente el fin egoísta propio, multiplican las malas cualidades hasta ahora desconocidas en la sociedad hindú, siguen senderos y caminos de vida equivocados y se convierten en el blanco de conflictos y descontento, a causa de la ausencia de miedo al pecado, temor de Dios, de disciplina, de reverencia y fe. ¡Todo esto es completamente increíble!