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Libros escritos por Sai Baba

6. La necesidad de una mente serena

El hombre siempre debe tener pensamientos benignos; sólo entonces podrá experimentar la ecuanimidad mental. La disciplina de la mente es difícil al principio, pero una vez conquistada, es capaz de sobreponerse a todos los problemas y preocupaciones. Una mente serena es lo necesario para todo aspirante; además constituye una de sus cualidades más beneficiosas. Una mente así proporciona felicidad y fuerza auténtica. Deben empeñarse en adquirirla aunque fallen en los primeros intentos, ya que con seguridad triunfarán en los siguientes.

La historia de Bruce, quien tomando el ejemplo de una araña ganó los honores de la victoria al octavo intento, es un valioso ejemplo para recordar. ¿Qué fue lo que le dio la victoria?: Shanti, una mente serena. Bruce no dio lugar a la desesperación, la cobardía, la impotencia: él se mantuvo siempre calmado, así aseguró el triunfo. Aun si la calamidad sobreviene, el aspirante al progreso espiritual no debe perder la cabeza; la mente debe estar siempre pura, calma y llena de valor. No es bueno lamentarse por el pasado; en lugar de esto, hay que concentrarse de lleno en la ejecución de la tarea presente. Esta es la principal característica de un aspirante. Estar preparado para aceptar alegremente cualquier obstáculo en el camino. Sólo así los aspirantes al progreso espiritual pueden alcanzar su objetivo.

Gozo en la ganancia y el regocijo, decepción en la pérdida y en la miseria, son las características comunes para todos los mortales. ¿Cuál es, entonces, la excelencia del aspirante al progreso espiritual? El no debe olvidar el principio de estar siempre atento y enfrentar lo inevitable alegremente. Cuando las dificultades y las pérdidas los agobien, no se precipiten sobre alguna solución, mediten calmadamente sobre el porqué de tales descalabros y traten de descubrir algún medio sencillo para vencerlos o evitarlos dentro de una atmósfera de Shanti.

Cuando les tiran un golpe a la cabeza, vean que sólo el turbante lo reciba; éste es el signo de la inteligencia aguda, para la cual la Paz es esencial. La prisa y la preocupación confundirán a la mente. Shanti desarrolla todas las cualidades benevolentes del hombre, incluso la facultad de ver el futuro, por medio de la cual los obstáculos y peligros pueden ser advertidos y prevenidos. Así, los aspirantes espirituales deben prestar atención a ciertos puntos sutiles tales como sus propias debilidades, defectos, desventajas, etc.; el poder de sentir (ichchashakti), puede purificarse y fortalecerse para que estas circunstancias no se repitan. Si los pensamientos se ocupan de estos defectos y comienzan a preguntarse sobre el porqué, el cómo y el cuándo de su origen, ustedes estarán propensos a cometer otros más, pues una vez que han sido reconocidos como fallas, ¿para qué preocuparse por sus causas y antecedentes? Por el contrario, permítanle a su mente pensar en cosas buenas. ¿Qué se gana con emplear el tiempo en cosas que ya no son necesarias? ¡No piensen más en ellas! El aspirante encontrará muy útil esta actitud.

Si el aspirante al progreso espiritual fracasa en seguir una disciplina. su deber es buscar v conocer la causa de su derrota. Como segundo paso, el aspirante cuidará que su error no se vuelva a cometer, debe hacer lo posible por alejarse de él. En estas circunstancias es recomendable ser rápido y activo cómo una ardilla, pero combinando la agilidad y vigilancia con la agudeza del intelecto. Ahora bien, todas estas cualidades sólo pueden ser adquiridas por medio de Shanti.

Para evitar y vencer los conflictos de la mente, un anhelo firme y sin desviaciones es muy importante. Hay que estar tranquilo y sin agitaciones. El valor, la sabia determinación y la constancia harán que el poder de la voluntad sea fuerte y robusto. Luminosidad en el rostro, esplendor en la mirada, apariencia firme, voz noble, sentimiento de caridad y bondad inmutable, son los síntomas de un poder de voluntad que está en desarrollo. Una mente sin agitaciones, una mirada limpia y alegre son las señales de la persona en quien Shanti se ha implantado.