04. 17/05/00 El cuerpo humano y su importancia | 17 de Mayo de 2000
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Punarvittam, punarmitram, punarpatni, punar mahi.
Etat sarvam punar labhyam, na sariram punah punah.
El dinero perdido puede recuperarse;
si se pierden amigos, pueden adquirirse nuevos amigos;
si se pierde a la esposa, uno puede volver a casarse;
pero el cuerpo, una vez perdido, nunca regresa.
Encarnaciones del amor:
El dinero, los amigos, las propiedades e incluso la esposa, si se pierden, pueden recuperarse, pero el cuerpo humano no es así; una vez perdido, nunca puede recuperarse, por mucho que se lo intente. La vida humana es muy preciosa, altamente sagrada, hermosa e invaluable. Por lo tanto, es el deber primordial de cada individuo cuidar al máximo el cuerpo. El cuerpo es un vehículo indispensable para las experiencias. Sin él, nada puede hacerse, ni siquiera una tarea sencilla. Por ello, el cuerpo humano es más precioso que la riqueza mundana y otras adquisiciones materiales. La vida debe santificarse haciendo un uso adecuado del cuerpo y comprometiéndolo en acciones sagradas. El tiempo que pasa no regresa más. Una vez que el Ganges se funde en el mar, no puede recuperarse ni una gota de su sagrada agua. De manera similar, una vez que la vida se desvanece y el cuerpo se pierde, este no puede recuperarse.
Los hombres son más valiosos que todo el dinero del mundo. ¿Cómo adquiere valor el dinero? ¿Quién es el que confiere valor al dinero, al diamante, al oro y a la tierra? El hombre es el responsable de esto. Si el hombre no existiera, ¿de dónde obtendrían su valor todas estas cosas? De ninguna parte. La vida humana es muy excepcional y preciosa. Por eso los Vedas declaran
Jantunam nara janma durlabham:
«El nacimiento humano es un regalo excepcional». Con el cuerpo humano pueden lograrse cosas extraordinarias. Sin embargo, hay momentos en los que debemos estar dispuestos a sacrificar la vida misma con el fin de alcanzar grandes metas.
Encarnaciones del amor: es de suma importancia entender el papel y el valor del cuerpo humano. El cuerpo alberga en su interior a la Divinidad. El cuerpo es como una caja fuerte de hierro utilizada para guardar joyas y otros objetos valiosos. En el caso del cuerpo, los valores almacenados son los buenos sentimientos, los buenos pensamientos y las virtudes. Si se pierden, no pueden recuperarse fácilmente. Solo las virtudes otorgan valor a la vida humana, y son las cualidades como la compasión, la paciencia y el sacrificio las que hacen que la vida humana sea preciosa. Pero hoy en día, la gente no tiene la menor idea de lo que significan los valores humanos.
El cuerpo humano es también un reloj que marca el tiempo y el paso de la vida. Sus agujas cuentan los segundos, minutos, días, semanas, meses y años. La gente sabe que la vida se está desvaneciendo, pero no se preocupa por indagar sobre el verdadero propósito de la vida. Nadie puede decir cuándo se detendrá el reloj. Por lo tanto, es esencial hacer un uso adecuado de la vida mientras aún está disponible. El cuerpo es el vehículo para el viaje de la vida. Si el vehículo no se mantiene adecuadamente, en el camino surgen serios problemas.
La gente debe contemplar la importancia de las virtudes. Ignora las respuestas a preguntas como: «¿Qué es la Divinidad?», «¿Qué es la unidad?», «¿Qué es la constancia?», «¿Qué es la ausencia de egoísmo?». Sin conocer las respuestas a preguntas importantes y básicas como estas, la gente, impulsada por la codicia y el egoísmo, está utilizando el cuerpo de manera indebida. Dios no ha otorgado el cuerpo para esto. Los Vedas declaran :
Paropakarartham idam sariram:
«El cuerpo es un regalo para servir a los demás». Debemos resolver firmemente no solo cuidarnos a nosotros mismos, sino también a los demás. Lamentablemente, hoy en día la gente no sabe qué significa el servicio. La esencia de los dieciocho Puranas puede resumirse en dos breves frases:
Ayuda siempre. Nunca lastimes.
Aunque Dios ha dado el cuerpo para el servicio, la gente no parece entender qué significa «ayudar», estando siempre inmersa en el egoísmo. Cada pensamiento, cada palabra y cada acción están impulsados por el egoísmo. La gente se ha convertido en marionetas en manos del egoísmo y el interés personal. ¿Cómo puede una marioneta ser considerada independiente? Por lo tanto, el egoísmo debe ser totalmente rechazado y el altruismo debe ser abrazado de todo corazón. Solo entonces se comprenderá el verdadero propósito del cuerpo humano y de la vida humana.
Además del cuerpo, la mente también debe usarse adecuadamente para obtener la felicidad suprema. Hay tres entidades importantes en el cuerpo: el corazón, la mente y el habla. Los Vedas se refieren al corazón como el Atma. Swami ya les ha dicho que Ishwara está representado por el corazón. Asimismo, la mente es la encarnación de Vishnu, y el habla es la encarnación de Brahma. Por lo tanto, el hombre es verdaderamente la forma de la divina Trinidad. Uno no logra entender por qué las personas no reconocen su propio valor intrínseco ni la divinidad latente en ellas mismas. Solo aquel que se conoce a sí mismo puede conocer a los demás. Debemos esforzarnos por entender el significado del «Yo».
Todo está contenido en las palabras que pronunciamos. Una vez, un devoto le dijo a Swami: —Yo quiero paz. Swami respondió: —¿Por qué sufres tanto? ¿Sabes el significado de la palabra «Yo» en tu oración? Significa el ego. De manera similar, «quiero» significa el deseo. ¡Elimina el ego y el deseo, y lo que queda es la paz! Debemos hacer todo el esfuerzo necesario para vencer al ego. La gente piensa que esto es muy difícil, pero es un gran error pensar así. En realidad, es muy fácil deshacerse del ego. ¿Por qué deberían ustedes tener ego en primer lugar? Hay un método fácil para eliminar el ego. Ustedes piensan que el «Yo» está relacionado con el nombre que les dieron al nacer, al cual consideran permanente. En el proceso, han olvidado su nombre original. Es el nombre original el que es permanente, no el nombre dado a su cuerpo al nacer. El nombre dado sirve solo mientras el cuerpo actual exista. Cuando el cuerpo perece, el nombre dado deja de ser significativo. ¿Cuánto tiempo durará el cuerpo?
Compuesto por los cinco elementos y desprovisto de fuerza,
nadie sabe cuándo este cuerpo se irá.
Aunque se dice que cien años es la duración de la vida,
nadie puede estar seguro de cuándo llegará la muerte.
Puede ser en la infancia, en la juventud, la mediana edad o la vejez;
pero lo cierto es que la muerte llegará algún día.
Solo es inteligente aquel que se percata
de su verdadera naturaleza mientras está vivo.
Es fundamental que conozcan esta verdad.
¿Quién es este «Yo»? ¿Quién soy «Yo»? Este «Yo» no es el cuerpo (deham), ni la mente (manas), ni el intelecto (buddhi), ni los sentidos interiores (antahkarana). ¡El Yo es simplemente el Yo! Este «Yo» primordial vino junto con el cuerpo; de hecho, el «Yo» es su verdadero nombre. Hay muchos «Yo» en este mundo. Si ustedes se conocen a sí mismos, también conocerán a todos los demás «Yo». Por eso es importante la pregunta «¿quién soy yo?».
Encarnaciones del amor: nadie está haciendo esfuerzo alguno por conocer los misterios de la vida humana. Hay muchos secretos asociados con la vida. Hay muchos tesoros dentro de ustedes. Todo el poder y la potencia que se encuentran en la naturaleza también están latentes en cada ser humano. Lo que no puede encontrarse dentro de un ser humano no puede encontrarse en ningún otro lugar del universo. Nuestros antepasados decían a aquellos que viajaban al extranjero: —¡Oh, necio! ¿Por qué te conviertes en un vagabundo, vagando por diversas tierras? Lo que buscas en el exterior ya está dentro de ti. No eres capaz de reconocer los tesoros escondidos dentro de ti.
Los Vedas explicaron claramente el significado del «Yo». Este «Yo» también se conoce como vyakthi. ¿Quién es este vyakthi? Vyakthi es aquel individuo que es capaz de discernir lo sutil y lo oculto. Es aquel que se ha dado cuenta que la Divinidad está latente dentro de sí. Quien no conoce a la Divinidad innata no merece ser llamado hombre. Debemos entender la identidad del individuo con Dios. La adherencia a sathya y dharma es lo único que le permite a uno convertirse en un vyakthi. De ahí los dos preceptos de las Escrituras:
Satyam vada, dharmam chara.
«Hablen siempre con la verdad y sigan siempre el camino de la rectitud». Dios les ha dado la forma humana para permitirles seguir un camino muy sagrado. Por lo tanto, deben hacer el esfuerzo de manifestar los valores humanos latentes. Uno no se convierte en erudito o persona instruida tan pronto como nace. Estas capacidades se adquieren a lo largo de muchos años y tras mucho esfuerzo. «Educare» es el nombre dado a este proceso que saca a la superficie las virtudes y valores latentes. La instrucción secular que se ofrece actualmente en todas partes es solo «educación». Al tratar exclusivamente con el mundo fenoménico, la educación es artificial. Como Swami dice a menudo: «El arte está en el exterior, mientras que el corazón está en el interior»1. El arte es educación, mientras que el corazón es educare. Hoy no hay persona en el mundo que pueda llamarse verdaderamente instruida en el sentido de «educare».
Ha estudiado todo
y lo ha dominado todo;
sin embargo, sigue siendo un necio,
sin conocer al Uno Mismo.
No importa cuán avanzado sea el aprendizaje,
ni cuán alta sea la posición ocupada,
una persona mezquina seguirá siendo mezquina.
Demasiada erudición
solo promueve la discusión.
No importa cuáles sean sus logros,
el erudito también debe morir algún día.
Por lo tanto, busquen ese Conocimiento Supremo,
que es el único que lleva a la inmortalidad.
Es este Conocimiento Supremo el que realmente deben adquirir. ¿Qué es lo que no tiene muerte? Solo el «Yo» primordial es eterno, es inmortal. No tiene muerte. La mente, la forma de Vishnu, nace del «Yo», y tampoco tiene muerte. La Trinidad de Brahma, Vishnu y Maheshwara está alojada dentro del cuerpo humano y es la encarnación de la Verdad. Cuando dicen «Yo», en realidad se refieren al nombre de Dios, el Dios dentro de ustedes. Es un error identificar al «Yo» con el cuerpo, como se hace invariablemente. El «Yo» es lo que está dentro; es el nombre de la Verdad cuando se manifiesta en un cuerpo humano.
El hombre solo es consciente del cuerpo inerte, el cual no es más que materia burda. Todo lo que pueden ver físicamente en el mundo exterior también consiste solo en materia burda.
Yaddrsyam tannasyam: «Todo lo que puede experimentarse con los sentidos es efímero».
Confundimos lo transitorio con la Verdad. De hecho, toda la Creación desaparecerá algún día; por lo tanto, también es temporal. Sin embargo, el cuerpo tiene un papel que desempeñar. La vista, por ejemplo, se ha dado para que puedan ver el mundo exterior. Cierto, pero no deben detenerse solo en ver. Su visión debe ser sagrada, lo que significa ser conscientes de que Dios es inmanente en todas las cosas que ven físicamente.
Debemos hacer un esfuerzo para darnos cuenta de que el cuerpo es solo un instrumento dado para un propósito específico, y debemos entender ese propósito. Adi Shankara destacó esto. Una vez, cuando Shankara iba con sus discípulos, notó a un hombre memorizando vigorosamente las reglas de la gramática de Panini. Shankara se acercó a ese hombre y le preguntó: —¿Por qué te esfuerzas tanto por dominar la gramática? El hombre respondió: —Porque quiero llegar a ser un erudito. —¿Qué ganarás por ser un erudito? —Puedo ser nombrado en una corte real y ganar mucho dinero. —¿Qué harás con el dinero? El hombre tenía una respuesta lista: —Oh, puedo mantener feliz a mi familia. —¿Qué pasa después de eso? El hombre pensó por un momento y dijo: —Bueno, supongo que moriré. —¿Qué pasa después de la muerte? —No lo sé. Shankara entonces aconsejó a ese hombre:
Bhaja Govindam, Bhaja Govindam,
Govindam Bhaja Mudhamate.
Samprapte Samihite Kale.
Na Hi Na Hi Raksati Dukrn Karane.
«¡Oh, necio, canta siempre el nombre del Señor! La erudición en gramática no servirá de nada cuando llegue el llamado de la muerte. Solo el nombre de Dios puede asegurar la redención». El cuerpo puede vivir mucho tiempo, pero tarde o temprano debe perecer.
Cuando llegue el fin,
y la muerte haya llegado para llevarlos,
cuando sus parientes abandonen la esperanza y se preparen para su partida,
cuando su esposa e hijos lloren lastimosamente,
¿será posible pensar de repente en Dios? |