.



 

Discursos dados por Sai Baba

14. ../05/79 El Yoga de la Inteligencia (Buddhi Yoga)

El Yoga de la Inteligencia (Buddhi Yoga)

El Yoga de la Inteligencia (Buddhi Yoga)

Mayo de 1979

El árbol de Prakriti (la Naturaleza) cae y las ramas de los deseos se secan sólo cuando es destruida la raíz (la mente).

¡Encarnaciones del Alma Divina!: El hombre podría ser comparado con una máquina cuyos diferentes componentes fueran la inteligencia, la mente, los sentidos y el cuerpo. Así como las diferentes partes del cuerpo trabajan en perfecta coordinación entre sí para mantener en orden al mecanismo físico del cuerpo, también las diferentes facultades en el hombre habrán de trabajar entre sí en armonía, para asegurar que el resplandor del Alma se refleje en su funcionamiento y para que la vida del hombre esté llena de Luz y de Alegría Divinas.

En las grandes factorías, los trabajadores de todos los niveles cumplen correctamente con sus deberes obedeciendo correctamente las instrucciones de sus superiores. Este proceso lleva al funcionamiento eficiente de la organización. Desarrollando este tema mientras trataba del Karma Yoga y el Karmasanyasa Yoga, el preceptor del Gita se dirigió a Arjuna diciendo: "Los sentidos controlan al cuerpo y la mente controla a los sentidos. A su vez, la mente es controlada por la inteligencia. Siendo que está más cerca del Alma, el buddhi (inteligencia) es lo que mejor refleja los atributos del Alma. La influencia del Alma cae directamente sobre la inteligencia y, por ende, ésta funciona como la facultad directriz en el hombre".

La mente genera pensamientos que son controlados por la inteligencia y a los que ésta les permite permanecer. En cada ser humano, solamente la inteligencia tiene el poder de tomar decisiones y de discriminar entre el bien y el mal. A menudo los individuos se alteran y se inquietan debido a los deseos que surgen en sus mentes. No obstante, si siguen los dictados de su inteligencia, sus mentes son llevadas a la sumisión y sus acciones desembocan en la felicidad. Veamos una pequeña ilustración.

En esta reunión puede haber una persona que piense: "el discurso de Swami bien puede seguir por otra media hora. Si espero hasta que termine su discurso para tomar el ómnibus, puedo perder la segunda proyección de la película, de modo que es mejor que me levante ahora y me vaya". Esta es la incitación de la mente. Mas, entonces, entra en escena la inteligencia y aconseja: "No, no te vayas. Es posible que no tengas otra oportunidad para escuchar un discurso de Swami que trate profundas verdades respecto del Alma y la vida espiritual. Se trata de una rara bendición y no debe ser desperdiciada. Quédate y escucha a Swami". Y entonces, la mente acata la decisión de la inteligencia. Y así ha de ser si ha de cumplirse con el propósito de la vida.

La inteligencia (buddhi) es influenciada directamente por el Alma. Por ello, si la mente sigue a la inteligencia será capaz de guiar a los sentidos por el camino correcto. Por eso, Krishna le aconsejó a Arjuna no seguir a la mente, la cual, abandonada a sí misma, se inclina a sucumbir a la atracción de los placeres sensoriales y, en cambio, subyugar a la inteligencia.

Para andar en un carro, el auriga es quien desempeña el papel más importante. Ni los caballos que tiran de él y ni siquiera el dueño que va sentado dentro, son competentes como para asegurar un trayecto sin peligros: el auriga es el único que puede hacerlo. Si no es experto, los caballos se desbocarán y arrastrarán el carro en cualquier dirección. Por lo tanto, el auriga deberá ser lo suficientemente competente y experimentado como para llevar a cabo correctamente su labor. Krishna dijo: "¡Arjuna! Tu cuerpo es un carro y tus sentidos,son los caballos; tu mente actúa como. las riendas y tu inteligencia es la que conduce. Si dejas que tu inteligencia guíe el trayecto de tu vida, llegarás a salvo hasta tu destino final".

Arjuna resultó victorioso en la batalla debido a que su auriga era Krishna, la fuente de toda inteligencia. lnstalar a Krishna como nuestro auriga representa el medio más sagrado y feliz para que podamos alcanzar la meta de la vida. No obstante, si tenemos un auriga inepto, nos estaremos descorazonando a cada instante durante nuestra vida y, eventualmente, llegaremos a perder la batalla que estamos dando en contra de nuestros enemigos interiores.

La visión interna llega a desarrollarse únicamente cuando la mente sigue a la inteligencia o buddhi. La visión interna es la que lleva a la experiencia de la dicha del Alma. La visión externa, en cambio, no hace sino convertir al hombre en víctima de indecibles sufrimientos.

Krishna le señaló a Arjuna que en este mundo de objetos que vemos con nuestra visión externa, percibimos dos cualidades: la destructibilidad y la presencia de pesar. Esto puede ser explicado a través de un ejemplo. Vemos cómo un niño crece hasta convertirse en un hombre y nos sentimos felices de que se desarrolle físicamente, pero dejamos de percatarnos de que, simultáneamente, su período de vida se va reduciendo. Esta mengua gradual de la vida dentro del hombre a medida que crece, es atribuible a la destructibilidad. Así también, vemos cómo un botón se va convirtiendo en una flor y gozamos de su fragancia sin reconocer el hecho de que en unas pocas horas esta flor habrá de marchitarse. Del mismo modo, la comida que preparamos hoy puede ser deliciosa y sana si la consumimos de inmediato, pero si la guardamos hasta mañana, puede añejarse o descomponerse. La fruta que comemos hoy puede estar dulce, fresca y deliciosa al paladar, pero al día siguiente será basura y la miraremos con desagrado. Es así que la destructibilidad o impermanencia constituye una característica inherente del mundo material. Y, al mismo tiempo, tanto los objetos como las relaciones mundanas traen pesares consigo junto a las alegrías. Un mismo objeto puede ser causa de alegría como de pesar. La sombra de la tristeza persigue a la experiencia de la alegría.

Uno podrá sentirse feliz cuando recibe la noticia del nacimiento de un hijo, pero se siente desdichado cuando recibe la de la muerte del mismo hijo.

Krishna le dijo a Arjuna: "La alegría que buscas y la autorrealización a que aspiras, se encuentran ambas dentro de ti mismo. No pueden encontrarse en el mundo exterior. Eres tan necio como aquel que va a mendigar por comida en la calle, siendo que tiene dulces y otras cosas deliciosas en su propia casa. Piensas que este mundo y sus objetos te darán felicidad. Esto no es más que una ilusión creada por tu mente. Unicamente cuando sigas a la inteligencia podrás llegar a gozar la dicha del Alma".

La real felicidad reside dentro de ustedes. Una pequeña ilustración. Al llevarse el pulgar a la boca y chuparlo, el bebé imagina que mana algo dulce de él, pese a que en realidad, lo dulce es la saliva que tiene en la boca. Tomemos otro caso. Un perro callejero encuentra un hueso arrojado a la calle. Llevado por su ansiedad y su hambre, el perro lo roe con todas sus fuerzas. De pronto el hueso se rompe y una astilla le lastima la encía al perro. El tonto animal sigue mordisqueando el hueso y piensa que la sangre mana de su presa, siendo que proviene de su propia boca y no del hueso.

Comemos diferentes tipos de confituras hechas con diferentes tipos de harina. La dulzura, empero, proviene del azúcar y no de la harina. Sin embargo, decimos que las distintas confituras son dulces. Del mismo modo, aunque la dulce dicha del Alma está dentro de nosotros, le atribuimos erróneamente la dulzura a los pasajeros objetos que se encuentran en el mundo. Nara, el hombre, debe seguir por la senda que le lleve hasta Narayana o Dios. Debemos ponernos como objetivo convertirnos en Pashupati o el Señor Shiva, pero no el de retroceder hacia la vida de un animal o pashu. Aquel que siga a su inteligencia podrá llegar a convertirse en Pashupati, en tanto que el que siga a su mente podrá llegar a ser un pashu. Es natural que la mente nos vaya impulsando y provocando, pero debemos detenernos para no traducir estos impulsos en acción de manera apresurada. Hemos de discernir mediante nuestra inteligencia e implementar sus dictados.

Se ha descripto a la inteligencia como la personificación de Dios. En el Vibhuti Yoga, Krishna dice que El es la inteligencia que le es inherente a todos los hombres. En la vida diaria, cuando alguien comete un error, le tildamos de poco inteligente. Cuando nos encontramos con un hombre bueno, comentamos "¡ese sí que tiene inteligencia!" El buddhi o inteligencia desarrolla la naturaleza divina que hay en nosotros. Debido a ello es que se hace necesario que el hombre siga a la inteligencia que le ofrece el supremo deleite y que continúa manifestando atributos divinos de nacimiento en nacimiento. La mente es destructible, en tanto que la inteligencia no puede ser destruida. La inteligencia guía al hombre y le conduce hasta el Alma. Habremos de seguir a la inteligencia que busca la dicha eterna del Alma y no a la mente que ansía los placeres de los sentidos.

En general, los seres humanos de estos tiempos siguen a la mente y son raros los que siguen a la inteligencia. Es por ello que Krishna, previendo las tendencias del Kali Yuga, quiso enseñarle el Buddhi Yoga o Yoga de la Inteligencia a todo el género humano a través de Arjuna. Espero que cada uno seguirá las sacras e inspiradas palabras que Krishna le dirigiera a Arjuna.