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Discursos dados por Sai Baba

21. 14/09/97 Den la bienvenida a las pruebas de Dios

Den la bienvenida a las pruebas de Dios

Den la bienvenida a las pruebas de Dios

14 de Setiembre de 1997

¿Qué puede hacerle Kalipurusha a aquel cuyo corazón está lleno de compasión, cuyas palabras están adornadas con la verdad, y cuyo cuerpo está dedicado al bienestar de otros?

¡Encarnaciones del Amor!, solo puede decirse que lleva una existencia humana plena la persona cuyo corazón está lleno de compasión, cuyas palabras están adornadas con la Verdad y cuyo cuerpo está dedicado a servir a otros. La plenitud en la vida está caracterizada por la armonía de pensamiento, palabra y acción.

El corazón debe estar lleno de compasión. Cada palabra de un ser humano debe estar adornada con la Verdad. Todos tienen que advertir cuál es el propósito de la vida humana. El antiguo adagio declara: “El cuerpo es otorgado para servir a otros”. El cuerpo debería ser utilizado no solo para los propósitos personales, sino también para el beneficio de otros. En cada ser humano la Divinidad está presente en una forma sutil. Sin embargo, esta presencia no manifestada de lo Divino engaña al hombre y le hace creer que Dios no existe. Las innumerables olas del vasto océano contienen la misma agua que el océano sin importar sus formas.

Del mismo modo, aunque los seres humanos tienen innumerables nombres y formas, cada uno es una ola del océano de Ser- Conciencia-Bienaventuranza (Sat-Chit-Ananda).

Cada ser humano está dotado de inmortalidad. Es la encarnación del amor. Lamentablemente, el hombre no logra compartir este amor con otros en la sociedad. Esto se debe, sobre todo, al hecho de que el hombre está consumido por el egoísmo y el interés personal. Todas sus palabras, pensamientos y acciones están inspirados por su propio interés. Se ha vuelto una marioneta en las manos del interés personal.

Solo cuando este interés personal sea erradicado, el hombre podrá manifestar su divinidad interior. Cada individuo es una encarnación de lo Divino. Sin embargo, pocos tratan de comprenderlo. El hombre desarrolla apego al cuerpo, olvida su esencia Divina y vive una existencia sin sentido.

Para librarse del egoísmo, el hombre tiene que dedicarse al servicio desinteresado y a cantar el nombre de Dios.

Muestren gratitud hacia Dios El hombre vive su vida en la tierra dependiendo de los cinco elementos, que están relacionados entre sí: el éter, el aire, el fuego, el agua y la tierra. Cada objeto en el mundo, ya sea un ave, una oveja o cualquier otra cosa, posee un valor propio. Solo el hombre ha perdido su valor porque se ha dedicado a búsquedas mundanas. No siente gratitud hacia los cinco elementos, que le confieren gratuitamente innumerables beneficios preciosos, como la luz, el calor, el aire y el agua. El hombre tiene que pagar un precio por muchas comodidades pequeñas, como la electricidad y el agua corriente, ¿pero qué precio paga por la luz del sol que ilumina al mundo? Esta luz es un regalo de la Divinidad. ¿Qué precio paga por una suave brisa o un fuerte aguacero? Dios proporciona al hombre, gratuitamente, estos beneficios preciosos. ¿Qué gratitud le muestra el hombre a Dios por todo esto? El único modo de mostrar gratitud hacia los cinco elementos es cantar incesantemente el nombre del Señor (Smarana). Agradecemos tantos servicios triviales en la vida, ¿pero qué gratitud le ofrecemos a Dios, que es el proveedor de los beneficios más preciosos de la vida?

Canten Su nombre desde las profundidades del corazón Al expresar su gratitud a Dios cantando Su nombre, deberían cantar desde las profundidades del corazón y no como una representación musical. Ravana, por ejemplo, solía repetir el Shiva Mantra de cinco sílabas, “Namah Shivaya”, constantemente, pero no renunció a ninguna de sus cualidades demoníacas porque realizaba la recitación en forma mecánica.

Por otro lado, Prahlada, aunque era hijo de un Rakshasa, repetía el Narayana Mantra, “Om namo Narayanaya”, continuamente, con todo su corazón y su alma. Esto lo salvó de todas las terribles pruebas a las que lo sometió su padre, Hiranyakasipu. Este lo arrojó de un precipicio, hizo que fuera pisoteado por elefantes, que lo mordieran reptiles venenosos, lo arrojó al mar, pero Prahlada salió ileso de todas estas pruebas severas cantando el nombre del Señor desde su corazón. Cada instrumento de tortura se convirtió en la forma del Señor.

Debe advertirse que recitar el nombre del Señor con todo el corazón es verdadero Smarana. No debe cantarse el Nombre para obtener la aprobación de otros o para exhibirse. Es suficiente si uno es capaz de agradar al Señor. En ese proceso tiene lugar la unión con lo Divino.

El hombre, que debería manifestar su naturaleza amorosa inherente, se ha convertido en un ser con corazón de piedra. Para lograr sus deseos, debe cultivar la tolerancia, el amor y la compasión, y no recurrir a medios pecaminosos. Sus deseos no se cumplirán si causan daño a otros. No pueden complacer a Dios si están llenos de envidia, orgullo y ostentación. Dios sólo responderá al amor inmaculado y no, a la riqueza o la posición.

Chaitanya le suplicó a Krishna que le mostrara la senda para realizar a Dios, ya que no estaba familiarizado con ningún tipo de prácticas espirituales. Él dijo que el único recurso que poseía era su amor por Dios.

Muchas personas hablan acerca de obtener una visión de Dios.

Este es un deseo ingenuo. No se dan cuenta de que lo Divino está presente en todo lo que ven. Los Vedas declaran que el hombre no logra ver lo Divino aunque lo Divino se manifiesta en todo lo que ve. Los Vedas declaran que semejante individuo es completamente necio. Todo en el universo está saturado de lo Divino. Todos deberían tratar de realizar su divinidad y reconocer la divinidad en todos los seres.

La ofrenda suprema de Bali Todas las escrituras de Bharat enuncian esta profunda verdad.

Los hombres están acostumbrados a hacer todo tipo de regalos:

tierra, riquezas, propiedades, etc. Sin embargo, el regalo más grande es ofrecer el propio ser, como hizo el emperador Bali. Hasta su preceptor, Sukracharya, le aconsejó no hacer semejante regalo y trató de impedírselo.

El emperador Bali tenía un corazón lleno de compasión, se adhería firmemente a la Verdad y estaba dedicado al bienestar de su pueblo. Debido a estas tres cualidades, el Señor derramó Su gracia sobre Bali. Este le dijo con firmeza a su preceptor que no podía haber pecado más grande que faltar a la palabra dada: “Sin importar qué dificultades deba atravesar, no faltaré a mi promesa”, declaró Bali. El emperador Bali siempre se ocupaba de promover el bienestar y la felicidad de su pueblo.

Todos deberían actuar de acuerdo con el papel que se les asignó en la vida. Esto puede ilustrarse con una historia de la vida del rey Bhoja, en la que un actor, que primero apareció como un renunciante en la corte del rey, rechazó una bandeja con monedas de oro, y al aparecer por segunda vez como un bailarín, declaró que las monedas de oro que le ofrecían por ser bailarín eran insuficientes.

Hoy hay personas que llevan la túnica ocre (Kashayam), pero sus corazones están contaminados. Las personas no viven de acuerdo con el papel que asumen.

Por haber recibido la forma humana, deben representar su papel de seres humanos. Deben representar bien su papel específico, ya sea de estudiante, jefe de familia o renunciante.

Reconozcan su Divinidad La mera forma de un ser humano no es lo importante. Lo esencial es la observancia de los Valores Humanos. Los hombres muestran cambios externos, pero no hay una transformación mental.

Muchas personas vienen con frecuencia a Puttaparti.

Físicamente han cambiado, pero no hay cambio en su actitud mental.

Sin esta transformación el hombre deja de ser humano. Las cualidades (gunas) deberían cambiar, no la vestimenta (guddalu).

La Divinidad en cada ser humano se manifestará el día en que cada uno reconozca la Divinidad en cada ser. Todos ustedes deben tomar conciencia del carácter absolutamente sagrado del nacimiento humano. Las cualidades de la tolerancia, el amor y la amplitud mental deben germinar en cada ser humano.

Antiguamente, todos desarrollaban confianza en sí mismos y no dependían de los servicios de otros. Durante el reinado del rey Bhoja, la reina solía ocuparse de las necesidades del rey, entre ellas la preparación de alimentos y otros quehaceres domésticos.

Hoy las personas son perezosas y dependen de otros para muchas cosas que pueden realizar ellas mismas. Los antiguos gobernantes solían enseñar a sus súbditos estas lecciones de confianza en uno mismo.

Cuando la reina estaba atendiendo al rey Bhoja, descubrió que su cabello empezaba a encanecer debido al paso de los años. Ella se entristeció a causa del comienzo de la vejez, pero el rey le dijo que estos eran los primeros signos que mostraban que él debía prepararse para su fin. Hay cuatro signos de la providencia que muestran lo que le espera al hombre. La primera advertencia viene del cabello, que encanece. Si se la pasa por alto, entonces aparecen las cataratas, que empañan la vista. El tercer mensaje de la providencia es la aparición de arrugas. La cuarta advertencia llega cuando las manos y los pies comienzan a temblar. Si todos estos avisos se pasan por alto, el final llega en el momento establecido.

“Así como es el rey son los súbditos” Prestando atención a la primera advertencia, el rey hizo llamar a su primer ministro y le dijo que se dirigía al bosque para hacer penitencia y que dejaba los asuntos del reino a cargo del ministro. En cuanto los súbditos se enteraron de la decisión del rey, declararon que ellos también irían al bosque a hacer penitencia para asegurarle una larga vida al rey, ya que no tenía sentido permanecer en el reino sin su afectuoso y adorable monarca. El pueblo ofreció penitencias, y el Señor se apareció ante ellos y les preguntó qué querían. Dijeron que el Señor debía bendecir a su rey con una larga vida. “Que así sea”, dijo el Señor. El pueblo anunció con alegría que el Señor había otorgado al rey cien años de vida. En el instante en que oyó esto, la reina pidió permiso al rey para ir al bosque a hacer penitencia.

Mientras el pueblo se preguntaba qué había impulsado a la reina a ir al bosque, el Señor se apareció ante esta y le preguntó qué quería. La reina contestó que una larga vida para el rey sin la misma longevidad para el pueblo la llenaba de aflicción.

Complacido con su noble plegaria, el Señor dijo que no solo el pueblo sino también la reina serían bendecidos con una larga vida.

En aquellos días sagrados, el pueblo y los gobernantes eran igualmente nobles y magnánimos, igualmente bondadosos. Según el adagio: “Así como es el rey son los súbditos”. Hoy es raro encontrar tales gobernantes o tales ciudadanos. Cada uno se revuelca en su propio egoísmo.

Es esencial que todos cultiven un punto de vista amplio. Deben reconocer que Dios es el morador interno en cada corazón. Solo entonces la condición humana será significativa y redentora.

La bondad es una señal de calidad Hoy es el día sagrado en que el Señor, como el Avatar Vamana, le confirió la liberación al emperador Bali. Este era una gran persona, pero tenía una debilidad: sufría de un leve sentido de ego.

¿Quién es un gran hombre? El que ve lo humano incluso en Narayana (Dios). Sin embargo, un buen hombre es el que ve a Dios aun en lo humano. Por lo tanto, para las personas es más importante ser buenas que grandes. Hoy la mayoría de los padres desean que sus hijos se hagan grandes de diversas formas: en erudición, riqueza y posición. Este es un concepto totalmente erróneo.

En realidad, deberían desear que sus hijos fueran buenos. La grandeza significa cantidad. La bondad es una señal de calidad.

Vamana encarnó para erradicar la indeseable cualidad del ego en el emperador Bali. Este era conocido por su amor a sus súbditos. No se conocía la pobreza en su reino. Él se ocupaba del bienestar de su pueblo con justicia. Se sentía orgulloso de su reino y de su pueblo.

Vamana quiso erradicar incluso este orgullo y redimir a Bali.

Antes de partir hacia el otro mundo, Bali hizo una promesa al pueblo que amaba. Dijo que regresaría a ellos cada Día de Onam y les daría su bendición. Onam recuerda el día del advenimiento de Vamana y Bali. Marca el comienzo de una nueva vida. Por eso se celebra vistiendo ropas nuevas y tomando la decisión de llevar una nueva vida.

Incluso ahora, a pesar de las vicisitudes de la historia y de la manifestación ocasional de tendencias ateas, la gente de Kerala sigue siendo piadosa y amante de Dios. Se ven devotos en todas partes. Cuando observan a la gente que entra y sale del Templo de Padmanabha Swami, ven la profundidad de su devoción.

La existencia de cualidades opuestas es parte de la naturaleza de la vida. Por ejemplo, el placer y el dolor van juntos. El dolor es a menudo el medio por el cual Dios prueba a los seres humanos.

Ellos deberían recibir con alegría tales pruebas, porque sirven para promover el desarrollo espiritual. Los estudiantes deberían recibir contentos los exámenes porque los preparan para poder pasar a un grado superior. En la actualidad, a los devotos no les gustan las “pruebas”. Se olvidan de que, sin superar pruebas, permanecerían donde están. Desafortunadamente, hasta los estudiantes sienten aversión por los exámenes. Es una tontería. Solo a través de las pruebas pueden progresar en la vida. Deberían recibir con alegría las pruebas y las dificultades. Al superarlas, se revela su Divinidad.

Los Pandavas tomaron conciencia de su Divinidad sólo cuando enfrentaron severas pruebas durante su exilio.

Reconozcan el poder del amor ¡Encarnaciones del Amor!, hoy su principal objetivo debería ser reconocer el poder del amor. Dios habita en el corazón de cada uno como el amor encarnado. El objetivo de la vida es reconocer esta verdad y compartir su amor con quienes los rodean.

Cada ser humano debe considerar a la realización del ser el propósito principal de la vida y tiene que dedicar todas sus actividades al servicio de sus semejantes, recordando a Dios constantemente como el morador interno de todos. Esta es la forma de redimir la propia vida.

Renuncia es un término muy mal entendido. No se trata meramente de renunciar a la familia y a las posesiones. Es la renuncia total a los sentimientos posesivos de cualquier clase, ya sea relacionados con la familia o con otros apegos de miras estrechas.

(Swami ilustró esta verdad haciendo referencia a incidentes de la vida de Swami Ramathirta, un renunciante que no pudo olvidar sus vasanas regionales ni aun después de haberse establecido en Rishikesh.) La verdadera renuncia significa abandonar todas las ideas de apego a cualquier cosa. El amor sólo puede emerger cuando hay un desapego total. Consideren todo una manifestación de Dios.

Discurso pronunciado en el Salón Sai Kulwant, el 14 de septiembre de 1997.

El hombre podrá comprender su misión en la tierra solo cuando venere a todos los demás como Divinos.

Y el hombre tiene que adorar a Dios en la forma del Hombre. Dios aparece ante él como un mendigo ciego, un idiota, un leproso, un niño, un anciano decrépito, un criminal o un loco. Deben ver detrás de esos velos a la Divina Encarnación del Amor, el Poder y la Sabiduría –a Sai– y adorarlo mediante el Seva.

Baba